Un paisaje de Jerusalén – Por Iosu Perales
Desde lo alto del Monte de los Olivos la vista de la vieja ciudad de Jerusalén desvela que es más que un lugar. Es el tiempo pasado que se vuelca sobre el presente con una fuerza repleta de conflictos y emociones. Es el espacio lleno de mitos que discuten entre sí, minaretes, cúpulas, mezquitas, templos y sinagogas. Es el aire atravesado por los cantos del muecín, las campanas y los murmullos de los rezos.
En primer plano la muralla que rodea la ciudad con sus ocho puertas. Una de ellas, la Puerta Dorada, justo la que tengo enfrente de mí, permanece cerrada a cal y canto a la espera de abrirse cuando llegue el Mesías de los judíos. La tradición popular dice que fue cerrada por los musulmanes precisamente para evitar la entrada del Mesías que había profetizado Ezequiel (Ezequiel 44: 1-3), aunque una explicación histórica más fiable dice que fue tapiada por los musulmanes en el siglo VII para impedir el ingreso de los no musulmanes a la Explanada de las Mezquitas o Haram El-Shariff. Es la misma puerta por la que la literatura cristiana dice que entró Jesús 1 a Jerusalén el Domingo de Ramos.
Con semejante historial no es extraño que se la conozca igualmente como la Puerta de la Eternidad. Justo por delante de esta puerta, al pie de la muralla, se encuentra un cementerio musulmán, verdadero obstáculo para el tránsito del Dios de los judíos que deberá pisar tierra infiel, aun cuando como descendiente del Rey David si parece estar autorizado para pasar por encima de las tumbas. Todo un enigma. En cualquier caso no deja de ser un problema que no desanima a los miles de judíos que a precio de oro compran tumbas en la ladera del Monte de los Olivos que cae sobre el pequeño valle de Josafat, exactamente frente a la Puerta Dorada; aspiran a estar situados en el mejor observatorio cuando se produzca la entrada de su Mesías a los sones de los cuernos. Entre los compradores hay muchos millonarios norteamericanos.
El nudo del conflicto se aprieta en unos pocos metros: la tradición cristiana y judía señala que Josafat es el lugar del Juicio Final, donde Dios separará a los buenos de los malos. Por razones de conveniencia mutua las tres religiones monoteístas deberían llegar a un acuerdo para poner un poco de orden a un tráfico tan intenso.
Por encima de la muralla se levanta la Mezquita al-Aqsa, tercer lugar en importancia para el culto musulmán tras la Meca y la Medina. No en vano una oración en al-Aqsa vale por cincuenta mil oraciones, cuando su valor en una mezquita normal es de veinticinco. Lo que veo desde el Monte de los Olivos son dos cúpulas imponentes: la de la mezquita de al-Aqsa y la dorada de veinticuatro quilates de la Noble Mezquita que da cobijo a la Sagrada Roca, ambas situadas en Haram El-Shariff o Explanada de las Mezquitas.
Bajo la Noble Mezquita se encuentra la piedra desde la cual el profeta Muhammad (BPD) ascendió al infinito hasta encontrarse con Dios, del que recibió el mandamiento de las cinco oraciones diarias para los creyentes.2 Devuelto por el Arcángel San Gabriel, Muhammad (BPD) descendió a la Roca, de unos veinte por doce metros y emprendió el regreso a la Meca. ¿Es la misma Roca en la que Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac por mandato de Dios? Estaba a punto de degollarlo cuando un ángel le gritó desde el cielo para impedírselo. Abraham, por su lealtad a Dios, obtuvo un premio: “Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos”. Promesa que hay que añadir a otra anterior en la que el Señor le dijo: “Yo haré de ti un gran pueblo, te bendeciré y haré famoso tu nombre, que será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan”.3 Así pues, la Roca es en verdad una piedra de toque.
Notas
1 Nombre original Josué, significa Ungido. Nacido hacia el 6 a. C (un error de cálculo fechó el inicio de nuestra era más tarde de lo debido) Considerado Mesías, hijo de Dios, no se proponía fundar una nueva religión sino mejorar la existente. El judaísmo había corrompido el Templo, abandonado a los pobres y blasfemado contra las leyes de la pureza.
2 A la muerte de Muhammad (BPD) en el año 632, la comunidad islámica se divide en tres corrientes: los sunnitas consideran que el sucesor del Profeta, el califa, debe ser elegido entre los miembros de la tribu de Muhammad (BPD); los chiitas afirman que el sucesor sólo puede ser un miembro de la familia del Profeta; los kharejitas piensan que debe ser un hombre digo y piadoso, aunque se trate de un esclavo negro. De mil millones de musulmanes 180 millones son árabes.
3 Judaísmo, cristianismo e islam reivindican la figura de Abraham. Es el judaísmo quien más esfuerzo ha realizado para “apropiarse” de él como padre de los judíos. También el cristianismo, desde Pablo y sus Cartas ha conectado la figura de Jesús con Abraham, esto es con la tradición.