Unión Árabe de Cuba, cultura milenaria en tierra caribeña
La Unión Árabe de Cuba (UAC) agrupa cerca de la cuarta parte de los miembros de la comunidad de ese origen existentes en el país, centrada en mantener la identidad de la milenaria cultura.
Alfredo Deriche, presidente de la institución, informó a Prensa Latina que se estima la existencia de unas 45 mil personas de origen árabe en la nación caribeña, de las cuales alrededor de 10 mil están asociadas a la sede central de La Habana y a las filiales de otras provincias.
La Unión surgió como organización no gubernamental el 4 de abril de 1979, a partir de la integración de las sociedades existentes en Cuba, y con ella se multiplicó potencialmente el conocimiento y la difusión de la identidad y las costumbres árabes, no solo entre los miembros, sino entre todo el pueblo.
Según Deriche, la institución nació con el objetivo de agrupar, sin distinción de credo religioso, país de procedencia o ideal político, a los árabes residentes en Cuba y sus descendientes; «pero, no por heterogénea, deja de ser revolucionaria y unificadora».
Para potenciar el trabajo a favor de la difusión y permanencia de nuestras raíces desarrollamos varias acciones, como la creación de la revista El árabe -que en la actualidad no se publica por falta de recursos- y la constitución de diferentes comisiones como la de Historia, la Femenina, la Juvenil y la de Cultura, apuntó.
Ha sido precisamente la comisión de Cultura un importante pilar de la actividad desplegada por la Unión Árabe, tanto a partir de la celebración de eventos y certámenes artísticos, como por su labor a favor del rescate de danzas, costumbres y ritmos típicos.
En la actualidad contamos con tres grupos de baile que integran a niños y adultos, realizamos obras de teatro e, incluso, en un momento llegamos a tener un grupo musical, rememoró.
La comisión hace muchísimas cosas con sus propios recursos para elaborar los trajes, que son costosísimos, a la vez que imparten talleres de danza árabe, de los cuales escogen los mejores bailarines para integrar los grupos.
Para la promoción cultural la entidad convoca a dos premios de creación en las áreas de literatura y artes plásticas, en los cuales pueden participar los autores radicados en Cuba, miembros o no de la organización, que traten temas relacionados con el mundo y las raíces árabes.
Anualmente la Unión convoca a la entrega de uno u otro galardón, ya sea el Abdala, para reconocer los trabajos del mundo de las letras -en los géneros de poesía, cuento, ensayo y testimonio-, o el Fayad Jamis, dedicado a artes plásticas como la pintura, el dibujo y el grabado.
Deriche resaltó como uno de los grandes logros de la UAC la celebración, cada sábado, del espacio Diálogo y Encuentro con la Cultura Árabe, el cual abre sus puertas a toda la población cubana y cuenta con la participación de conferencistas de primer nivel.
La actividad difunde los valores tanto de la cultura árabe e islámica como de la cubana, latinoamericana y universal, y se caracteriza por ser multidisciplinaria, citadina, comunitaria y educativa.
De manera bianual la institución realiza los Simposios Internacionales sobre la presencia árabe e islámica en el mundo, en los cuales participan académicos, historiadores, investigadores, especialistas, escritores y artistas en la presentación y debate de tesis, ponencias y conferencias.
El propósito de los encuentros, expresado en la convocatoria a la última edición -realizada en La Habana del 25 al 29 de octubre de 2011- es contribuir a enriquecer el campo de la investigación y demostrar cómo el componente árabe ha conformado muchos rasgos de la nacionalidad de los países del mundo.
Otra iniciativa para estrechar lazos entre los diversos pueblos árabes es la celebración de veladas político-culturales en conmemoración de efemérides destacadas de esas naciones, a través de las cuales se divulgan historia, tradiciones, costumbres y folclor.
El presidente de la UAC destacó el interés de la agrupación por mantener un vínculo continuo con toda la población cubana, para lo cual se realizan variadas actividades académicas y culturales.
En domingos alternos realizamos ruedas de casino y, dos veces en el mes, una peña de tango, que tiene mucho prestigio, pues nosotros somos parte indivisible del pueblo de este país, y como tal, nos unen también intereses comunes, manifestó.
Apuntó además que cuentan con un aula en la que se imparten todos los sábados cuatro cursos de idioma árabe, para lo cual la institución dispone de profesores y programa de estudio propios.
Según el dirigente, poco tiempo después de creada la UAC, esta comenzó a tener una presencia activa en la arena internacional, a partir de la participación en el V Congreso de de la Federación de Entidades Árabes de América, celebrado en Washington, en 1981.
Siempre hemos participado en los congresos y reuniones del Comité Ejecutivo de la organización -la cual agrupa a unos 19 millones de árabes en el continente americano-, donde quiera que se hagan, tanto en países árabes como en el Cono Sur, apuntó.
Hace más de 15 años ocupamos una vicepresidencia de la Federación y en este momento soy el vicepresidente primero, afirmó, y como parte de nuestra participación en los eventos internacionales siempre defendemos las diferentes causas cubanas.
En ese sentido, argumentó que a pesar de la condición de organización no gubernamental de la UAC, tienen el objetivo de cooperar con el pueblo cubano, por lo que siempre incluyen en las resoluciones finales de esos eventos la condena al bloqueo de Estados Unidos contra la isla.
Deriche afirma que los cubanos tienen de árabe mucho más de lo que imaginan, si no es por las raíces españolas, es por las africanas, y señaló el importante papel desplegado por las personas de ese origen en las diferentes etapas de la vida del país.
La historia de los árabes en Cuba es tan larga como el propio descubrimiento, explicó, porque se sabe que venían en las tres embarcaciones que condujeron a Colón al Nuevo Mundo, pues España había vivido una dominación árabe durante ocho siglos.
Precisó que en las luchas independentistas cubanas participaron árabes de distintos orígenes, fundamentalmente libaneses, los cuales, como Felipe Elías Tuma, quien llegó a comandante del Ejército Libertador, alcanzaron grados militares en la guerra del 95.
Los árabes han trabajado mucho a favor de la vida social, cultural y económica de Cuba, porque tenemos presente que en este país encontramos hogar, patria y nación, y por consiguiente, compartimos el mismo camino, subrayó.
Por Martha Andrés Román
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