Uruguay:estudio sobre la inserción social de palestinos y libaneses
«En la frontera Uruguay-Brasil se está produciendo una re-islamización producto del exilio», afirma Mangana.AP
Poco y nada se conocía hasta ahora sobre la vida e integración social del colectivo árabe musulmán en las fronteras de Rivera y Artigas. Una ambiciosa investigación liderada por la experta en Medio Oriente, Susana Mangana, echa luz sobre el día a día de libaneses y palestinos, y aborda temas tan variados como la vigencia de sus tradiciones, el rescate de historias personales, el arraigo del Islam y la situación de la mujer.
«Necesitábamos documentar historias de vida pero también trabajar sobre la inclusión social de estos colectivos de inmigrantes. Me interesaba fundamentalmente desmitificar o comprobar los rumores y sospechas que siempre se dan en todo aquello vinculado a Medio Oriente y el Islam. Es positivo saber qué colectivo árabe musulmán existe y reside en territorio uruguayo», explicó Mangana a El País.
El Censo no recoge estadísticas sobre religión por lo que no es posible determinar el número de musulmanes en Uruguay.
Por su formación, Mangana incluye en su investigación académica una dimensión política.
En un artículo publicado por la Revista Brasilera de Historia de las Religiones, Mangana señaló que «debiera interesar a los gobiernos tanto de Brasil como de Uruguay, saber quién financia la llegada e instalación de imanes o guías educadores desde Mozambique o Sudáfrica (que ella entrevistó en Quaraí y Santa Ana do Livramento). Y ello porque su visión particular de cómo debe practicarse la fe va a moldear a los musulmanes exiliados, en especial conversos/revertidos y a los que habitan en la frontera, que muchas veces cargan con el sentimiento de lejanía o abandono por parte de centros islámicos instalados en capitales como San Pablo o Río, y por tanto están deseosos -y más receptivos- de consumir este tipo de reeducación en las enseñanzas coránicas». Mangana entrevistó al imán de la mezquita de Santana, Jalil Dinath, maestro de educación primaria en estudios islámicos, quien dijo que su misión «es consolidar a los musulmanes que viven en un ambiente y país no musulmán». El artículo acota que en su caso su salario y viaje son costeados por la fundación Dar Al Ulum Zakariya en Johannesburgo.
«Una vez que estos musulmanes son fuertes serán un imán de atracción para otros, incluidos los conversos», aseveró el imán Jalil.
Consultada al respecto, Mangana aclaró que su investigación es académica y no tiene la intención de «alertar» sino que, por su formación, tampoco puede hacer caso omiso a «ruidos» detectados que pueden ser un problema hacia el futuro.
«Traslado la interrogante porque no quiero quedarme con la incógnita. Puede haber una intención de reeducar a la sociedad musulmana en el exilio, pero ¿quién los financia? Si sabemos quiénes están financiando también sabemos cuál es su ideología, qué visión del Islam tienen. Si es una visión que intenta acoplarse a la sociedad actual o si es una visión rigorista, una interpretación literal del Corán, lo cual creo que para una sociedad occidental, plural y positiva frente a la modernidad como la uruguaya o la brasilera terminaría siendo muy reduccionista», explicó.
Mangana sostuvo que no debe percibirse al Islam en clave de amenaza, pero tampoco es posible desconocer la existencia de grupos que han contribuido a demonizar al Islam y mostrar una imagen «injusta» con «una fe que también profesa enseñanzas y tiende a la búsqueda de la paz».
«No porque yo enseñe sobre el Islam tengo que desconocer que hay ciertos grupos e integrantes de esta fe que sí son una amenaza para nuestro estilo de vida, valores y la convivencia en la región. Es mi deber como académica alertar que se debe estudiar más, no para hacer una caracterización del individuo, sino para conocer los datos reales. De esa manera dejaremos de usar cifras falsas, rumores o dejaremos de alarmarnos cuando se nos alerta de un posible peligro de atentado en territorio uruguayo», opinó.
La experta agregó que, a su consideración, este proceso de reeducación está en una etapa «incipiente». «No estamos diciendo que haya que tener cuidado, simplemente hay que conocer la realidad más a fondo para saber si procede preocuparnos o son simplemente personas que quieren practicar mejor su fe», indicó.
En ese sentido, afirmó que quienes deben velar por la seguridad serían «negligentes» si no se ocupan de conocer quiénes lideran los sermones y qué tipo de sermones se dictan en la frontera. «Hay que aprender de las lecciones en Europa. No debemos esperar a que el problema esté instalado pero tampoco correr cuando se leen en la prensa dictámenes de fiscales de otro país. Hay que conocer mejor la realidad para poder determinar si hay razón para alarmarse o si todo termina siendo falso. Lo mejor es saber qué tenemos en el territorio, no para criminalizar, sino para saber. De pronto lo mejor es formar guías espirituales que hablen nuestro idioma, que sean locatarios y conozcan mejor la sociedad en la que estas colectividades están inmersas. De esa manera no habría necesidad de importar personas que vienen de realidades bien diferentes como Mozambique o Sudáfrica», explicó.
Libaneses: integración total
La investigación académica permitió visualizar que en el territorio uruguayo el colectivo árabe es mayor que el musulmán. Mangana explicó que los árabes que llegaron a Uruguay eran cristianos maronitas libaneses, a diferencia de lo que ocurre en Brasil (Santa Ana do Livramento y Quaraí) donde la mayoría de los inmigrantes son palestinos musulmanes.
«La integración de los libaneses es casi absoluta. Podemos hablar de asimilación cultural. Han perdido prácticamente todo vestigio de su cultura de origen salvo un recuerdo nostálgico, básico, además de conservar algunos platos típicos. Pero han perdido el idioma, el conocimiento de la historia de su propia familia, de cómo llegaron sus ancestros al país y cómo era su vida en el Líbano», explicó Managana. Dijo que esto se diferencia de lo que ocurre en la frontera brasileña donde predominan los palestinos y jordanos musulmanes que tienen un mayor celo por mantener su cultura, religión, idioma y que más allá de su integración y respeto hacia el país en el que viven no se casan con las criollas.
Religión, identidad y la mujer
MESTIZAJE
-«Libaneses drusos llegados a Quaraí logran un sincretismo entre su religión de origen y el catolicismo que profesan sus esposas o hijos. Musulmanes que aún orientando su cama hacia La Meca en Artigas, se casan con criollas y abandonan la práctica de su fe o mutan a católicos por pragmatismo. Hijas que adoptan el velo e indumentaria musulmana aunque sus madres no lleven velo o hiyab y católicos insatisfechos o evangélicos decepcionados que se convierten al Islam y reniegan de sus vidas anteriores. Por otra parte, se advierte un mayor grado de respeto a la ortodoxia musulmana en la frontera, quizá como vehículo para reivindicar su especificidad individual o por temor a perder sus raíces y religión. Sin embargo, algunas prácticas y costumbres adoptadas por las generaciones de jóvenes palestinos nacidos en suelo brasilero denotan mayor rigor religioso que cuando sus padres o abuelos abandonaron Palestina».
LA MUJER
-«Según las entrevistadas musulmanas, la mujer sería más respetada dentro de esta religión que fuera de ella porque es la base de la religión al explicarla a los miembros de la familia. Dicen casarse con otra persona con esas creencias porque sería difícil convivir con otra que tomara alcohol, comiera carne de
cerdo, etc. Mención aparte merece la decisión adoptada por Zohra Hanini (líder vocacional de las musulmanas de Santana do Livramento y alrededores) en cuanto a la vida académica y la mujer musulmana. Zohra de 27 años nacida en Santana, se graduó en Derecho pero no ejerce. Nadie le prohibió ejercer su carrera, pero ella tomó esa decisión por ser incompatible con su religión ya que un abogado no diría siempre la verdad para defender a su cliente. Tampoco se le prohibió trabajar, pero decidió ocuparse de su hogar y familia, educar a su hija y dedicarse a la enseñanza del idioma árabe y la fe a través de Internet. Las otras entrevistadas musulmanas trabajan en tiendas de ropa o de ramo general.
RELIGIÓN
-La religión se convierte en un incentivo para estos musulmanes, como un cordón umbilical que da sentido a una vida que a veces sin ser truncada es vivida como en distintos niveles. Se produce un desdoblamiento de la personalidad: son un poco brasileros, un poco uruguayos, un poco incrédulos, un poco desorientados y finalmente revertidos a su fe original. Así un viaje a la Meca se convierte en un jalón en sus vidas y experimentan «el milagro» de la fe y vuelven sabiendo hablar árabe. De repente sienten que han encontrado su camino y su lugar en la vida. Esto provoca la reflexión sobre cómo era su integración a la sociedad previo a este suceso. Su especificidad identitaria estaba sumergida y tras experimentar ese milagro, sale a flote y reivindican con mayor fuerza su fe, la cual dota de sentido sus vidas en el exilio. Los musulmanes más jóvenes se enorgullecen de mostrar sus rasgos diferenciadores y en ese sentido el Islam es un elemento clave». * Tramos de la investigación.
PERFIL
Susana Mangana | Arabista
Directora del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Facultad de Ciencias Empresariales y responsable de la Cátedra de Islam y Mundo Árabe de la Facultad Católica. Habla inglés, árabe, francés y portugués. Residió muchos años en Medio Oriente, donde desempeñó funciones para la embajada de España. Obtuvo la licenciatura en Economía y Filología Árabe en la Universidad de Londres. Integró la delegación del ex presidente Tabaré Vázquez como traductora en sus dos giras por Medio Oriente.
Por Gonzalo Terra
Con información de El País
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