Laarbi Maateis conoce el Islam y cree que el que va a la yihad en Siria se convierte en un criminal
Tras muchos meses en silencio, el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE), Laarbi Maateis, el máximo responsable de la entidad que aglutina a 45 de las 49 asociaciones musulmanas legalmente constituidas como tales habla, por fin, sobre cómo han podido ser captados al menos 4 jóvenes ceutíes para inmolarse, un verbo que se niega a utilizar, en Siria.
–¿Se da por aludido cuando el delegado del Gobierno dice que se ha pecado de “buenismo” en la lucha contra el radicalismo islámico?
–No me une mucha amistad con Francisco Antonio González. Me he reunido un par de veces con él en la Delegación y nos hemos visto en otros eventos organizados por el PP. Me pareció una gran persona con una gran trayectoria política que ronda los 30 años. Sin embargo, me parece que no está muy enterado de lo que hay en esta ciudad. Está muy acostumbrado al Congreso y no debe responder a los ceutíes como a los diputados. Me siento aludido y, la comunidad musulmana de Ceuta, indignada porque no habla claro. ¿Dónde queda la democracia, la libertad religiosa, el derecho de libre funcionamiento de las entidades inscritas ante el Ministerio y la Constitución? Se olvida de todo y habla hasta de madrasas donde se prepara a los jóvenes… Es un insulto a los musulmanes de Ceuta. Ninguna comunidad musulmana de la ciudad ejerce como escuela de cultura árabe y estudios coránicos con la madera en la mano, a la antigua. Debería rectificar. Si tenemos autorización del Ministerio de Justicia para ejercer, ¿qué autoridad nos puede prohibir desarrollar nuestras actividades culto-religiosas libremente? Ninguna. Ha fallado y se ha saltado a la torera las leyes.
– Dice que hay “tener conocimiento” de ciertas reuniones
– Si desarrollamos nuestras actividades, reuniones y conferencias en privado, dentro de las sedes, se interpreta mal y se dice que nadie sabe lo que se cuece. Si lo hacemos en público, que no se debería haber permitido. Que nos digan qué mal hemos hecho, en qué hemos fallado, porque también podemos asumir errores y rectificar. El mensaje del Islam que hemos difundido en Ceuta ha sido siempre por la paz, la convivencia y no perder la identidad del musulmán ceutí.
– ¿Está seguro de que en de las citas organizadas por la UCIDCE y sus comunidades no se han lanzado mensajes radicales?
– En ninguna de las 8 conferencias y 3 congresos que, con presencia de autoridades y periodistas, grabados y refundidos por las televisiones locales, se han celebrado en Ceuta se han lanzado mensajes radicales o fanáticos. Algún conferenciante ha podido repetir demasiadas veces “idólatras”. Una vez, por responsabilidad ante Dios para difundir el mensaje verdadero, es aceptable, pero no insistir para no herir la sensibilidad de los demás. La religión islámica es, desde siempre, el respeto a las demás: no quemar iglesias, respetar a los sacerdotes y a sus lugares de culto y a toda su comunidad. ¿Cómo vamos a difundir nosotros, que vivimos entre cuatro culturas, mensajes hirientes? No me gustan las insinuaciones. Que nos pongan la cinta y nos indiquen el error, pero que se diga que no se deberían haber permitido reuniones es gravísimo mientras la Iglesia puede desarrollar sus actividades con absoluta libertad sin que nos moleste para nada… Los partidos, los colegios que separan por sexos a los niños, los Legionarios de Cristo… Todos reciben subvenciones y no se utiliza el mismo tono. ¿Cuándo van a confiar en los musulmanes? Parece que jamás. La UCIDCE lleva mucho tiempo tendiendo la mano a las autoridades para, colaborando, crear un colegio concertado bilingüe para reconocer la lengua y la cultura árabo-musulmana. No ha habido respuesta.
–No pocas veces se señala a la UCIDCE, a usted, como, de una u otra forma, radicales
–Antes de la creación de la UCIDCE, en 2007, la inmensa mayoría de las comunidades islámicas y las mezquitas funcionaban de forma paralela a la Administración. El primer objetivo primordial fue regularizar esta situación, dotar a cada mezquita de una Junta Directiva, que en cada templo haya gente responsable para conducir la comunidad, para afiliar a sus socios, para dar la cara y representar a cada mezquita como entidad legalmente reconocida ante cualquier organismo público. Era un objetivo primordial para evitar malinterpretaciones, para evitar que se hable de mezquitas-garaje o ilegales. Mantenemos dos o tres reuniones al año para reiterar que son responsables de sus templos y de los mensajes con el fin de que, si hay equívocos, se nos informe para tirarles de las orejas y, si no hacen caso, cesarlos de inmediato.
– ¿Ha sucedido alguna vez?
–Los mensajes son pacíficos. Ningún imam está dando en Ceuta discursos radicales. Hemos allanado mucho el terreno a las Fuerzas de Seguridad. Muchas comunidades ya no quieren pedir subvenciones y yo no estoy de acuerdo. ¿Para qué sirven los fondos públicos si no es también para fomentar la convivencia? Si los ceutíes no musulmanes no quieren reconocer que existe una comunidad islámica con todos sus derechos vamos a tener un problema muy grave. Hemos ganado mucho terreno para que nuestros hijos vivan en armonía, pero si no nos reconocemos apaga y vámonos.
–En este contexto que dibuja, ¿le sorprenden las noticias sobre la captación de jóvenes para combatir en países como Siria?
–Sí. Mucho. Yo no voy a hablar de inmolados sino de fallecidos. Para mí han sido mártires si no conocían el contexto de la jurisprudencia islámica.
–¿Les conocía?
–No éramos amigos, aunque de muchos de mis compañeros sí. Conozco a sus familias, no a ellos personalmente, y no lo digo para alejarme de ellos. Me sorprendió la noticia y creo que ellos no conocían las fatwas de los sabios islámicos. Si no los conocían son mártires y que Dios los tenga en su paraíso. Si los conocían han cometido una gravísima falta. Yo quiero pensar que no era así, que eran ajenos a lo que estipula la Sharía sobre la palabra yihad, para que Allâh los tenga en su paraíso.
–¿Qué dice esa jurisprudencia?
–Yo quiero dejarles claro a los jóvenes que tengan intención de hacer la yihad que esta palabra tiene varias interpretaciones en el Islam. Que significa esfuerzo, sacrificio. La yihad primordial es la que hay que hacer con nuestro propio cuerpo y entorno para alejarse del mal, para ser ejemplares y justos con nosotros mismos y nuestra familia, porque si no es así no vale ninguna causa que defender. Yihad también es sacrificio ante el Satán para no dejar que nos saque del camino de Dios. Y esforzarse para recuperar a todo musulmán que está siendo descarrilado, para que recupere su fe. La yihad como guerra, como guerra santa, tal y como se interpreta desde los sesenta, cuando los países árabes dependen de sus gobernantes tras la ocupación extranjera… Yihad es guerra en el último escalón para luchar en contra de un enemigo invasor permitida únicamente a los autóctonos. La yihad en pro de la causa de Allâh sólo se entiende cuando existe un único gobernante islámico que haga un llamamiento en ese sentido si el Islam está invadido por el enemigo. En el mapa mundial de nuestros días todas las yihad están defendiendo la soberanía de un país contra invasores y solamente se permite a los autóctonos, no a nacionales de España o Marruecos para ir a Afganistán, Irak, Chechenia o Palestina. Se trata de yihad nulas de acuerdo con las fatwas unánimes de los sabios de la última época y de las cuatro escuelas antiguas porque no reúne los requisitos esenciales para que el musulmán combata al enemigo. No hay causa para que un musulmán se desplace a ningún lugar del mundo a combatir. El que lo haga debe saber que hay fatwas en Arabia Saudí, del Consejo Superior de Ulemas de Marruecos, de Túnez, de la Universidad de El Cairo, que indican que ese tipo de yihad no lo es. Se trata de una gravísima equivocación ir a combatir a un país que no es el suyo porque son causas regionales, no religiosas.
–¿Cómo convencer a quien siente esa pulsión?
–El joven que quiera hacer la yihad debe saber que hay otras vías. La Cruz Roja Internacional, la Luna Roja, Muslim Relief… Esa es una buena forma de colaborar, no ignorar a la familia y no avisar a nadie porque la jurisprudencia islámica también se ve vulnerada actuando así. Si uno tiene esposa, hijos y padres y, sin autorización de ellos, se emprende ese camino, es doblemente ilegal e ilícito ante la norma islámica, que no lo admite ni aunque los allegados lo permitan. El profeta dejó claro que, si tienes padres, en ellos tienes una buena yihad, en portarte bien con ellos y darles la mejor vida posible. Es de aplicación 100% a estos casos. Para lo otro están los Estados, las normas internacionales… Yo soy tabligh desde 1984 y lo hacemos así. Ceuta es una ciudad muy sensible, ubicada en un lugar de tránsito permanente entre dos orillas y continentes. Que no nos extrañe que aquí se coma el coco: es mucho más fácil que en países árabes. Nuestros documentos oficiales permiten llegar a muchos lugares sin visado. Ceuta es una frontera por la que transitan 20.000 personas al día y no es extraño que alguno pueda caer.