ColonialismoCristianismoCrónicasCulturaHistoriaLiteraturaMaronitasMedio OrientePoliticaReligiónSiria

Los Maronitas por el Emir Emin Arslan

Patriarca ortodoxo

Los Maronitas


En lo concerniente al pedido de los sirios respecto a la protección de Francia hay, como en casi todo error, una pequeña parte de verdad, casi una décima.

Cierto es que, en el vasto país llamado Siria, y que va desde el Mediterráneo hasta el Eufrates, se halla una región montañosa, en Líbano, en donde después de la conquista árabe ha permanecido una población cristiana, católica, la de los Maronitas, que reconocen al Papa romano, aunque practican un rito especial.

Mgr. Mubarak Arzobispo maronita de Beirut

Esta población ha mirado en todo tiempo a Francia como a su protectora, porque Francia, aún laica, es efectivamente considerada en el Oriente, como la patrona de los católicos. A menudo amenazada por los fanáticos musulmanes, y ya castigada con las matanzas hechas por los drusos, debió su salvación, en 1860, a un pequeño ejército francés enviado por Napoleón III.

Después de ésto, en 1864, el Gobierno turco acordó a Líbano, una autonomía real bajo una garantía internacional, de la que estaba muy contento y que era mucho más real de la que goza hoy bajo la ocupación francesa.

Combatiente druso

Pero estos maronitas de Líbano no son sino 300.000, y, aparte de este pequeño grupo, la población siria es casi toda musulmana, (hay unos 300 ó 400.000 cristianos, pero de religión griega o armenia y que no reconocen ningún lazo espiritual con Francia).

Esa población siria no tiene razón alguna para mantener sentimientos de predilección por Francia. Evocar a este respecto, como se hace sin cesar, el recuerdo de las Cruzadas, es tan absurdo como si fundáramos la “entente” cordial con los ingleses sobre los recuerdos de la guerra de los Cien Años.

Nuaf Bey

Si nos presentamos como hijos de los cruzados que conquistaron una parte de Siria y levantaron allí un Reino franco, los sirios pueden decirse hijos de Saladino, que hizo la guerra a los francos y acabó por arrojarlos al mar. Su tumba está en Damasco y, sin duda, el gran sultán no habría querido reposar bajo la bandera francesa.

Said Bey Amun

“A veces he tenido oportunidad de conversar con estudiantes sirios que siguen mis cursos; saben que conmigo pueden hablar francamente; ninguno de ellos me expresó por adelantado, (era antes de la guerra), sus temores de verse anexados por Francia como los tunecinos o los marroquíes”.

Por el Emir Emin Arslan (1926)


Dedicado al querido Daniel ‘Attar, quien me abrió las puertas de la ABD (Asociación de Beneficencia Drusa), y me hizo sentir en casa. Atesoro aquellas largas charlas, tamizadas con partidas de tawle, disfrutando su interpretación del laúd y con cenas que te trasladaban a su Líbano tan querido. ¡Ilâl liqâ aji!


©2023-paginasarabes®

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

ocho + 19 =

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.