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Origen y Contexto de la Ópera Giulio Cesare in Egitto de Händel – (+ Video)

Después de que Cleopatra sale, Aquiles le cuenta a Ptolomeo que César no ha recibido su presente de buena manera. Aconseja al rey a que mande matar a César. Él mismo, Aquiles, va a llevar el asesinato a cabo si Ptolomeo le promete la mano de Cornelia en matrimonio. A pesar de que él también desea a Cornelia, Ptolomeo accede (“L’empio, sleale”).


La muerte de Pompeyo

Aquel otoño, Pompeyo llegó procurando exilio en territorio egipcio. Los consejeros reales, Poteinus, Teódotus y Aquiles, argumentaron que no sería sagaz dar refugio al enemigo de César. En vez de hacerlo, tendieron una trampa para el otrora grandioso general. Dos veteranos del antiguo ejército de Pompeyo remaron hasta el navío del general, ofreciéndose para llevarlo ante el faraón. En la barca, mientras Pompeyo ensayaba su saludo al Faraón, sus antiguos camaradas lo apuñalaron por la espalda. Pompeyo fue decapitado, su cabeza fue llevada al Faraón, y su cuerpo fue abandonado a que se descompusiera en la playa. Los esclavos libres de Pompeyo eventualmente construyeron una barca de madera para quemar el cuerpo honrosamente.

César llegó a Egipto dos días más tarde. Ptolomeo le obsequió la cabeza cortada de Pompeyo y César quedó pasmado con tal atroz asesinato de su antiguo aliado y yerno. En su ‘Vida de Pompeyo’, Plutarco escribió: “Al hombre que le trajo la cabeza de Pompeyo, le dio su espalda con abominación, como a un asesino; y al recibir el anillo con el sello de Pompeyo, César estalló en lágrimas: el objeto mostraba un león con una espada entre sus garras. Pero a Aquiles y a Poteinos los mandó matar”. César dio las cenizas de la cabeza del general y su anillo a Cornelia, la viuda de Pompeyo, quien las llevó a la finca de la familia en Alba.

La lucha por la corona egipcia

César anunció que acabaría con la lucha por el trono egipcio. Cleopatra tenía mucho que ganar con la decisión de César, pero como se encontraba en el exilio, no podría regresar explícitamente al palacio. En vez de hacerlo, relata Plutarco, ella envió un presente a César: una alfombra consigo misma envuelta en el centro. El general de cincuenta y dos años y la reina de 22 se tornaron amantes — y César defendió el derecho de Cleopatra por el trono. En 47 a. C., Cleopatra dio a la luz un hijo de César: Ptolomeo César, apodado “Pequeño César” o Cesarión.

Sin desear compartir el poder con Cleopatra, Ptolomeo XIII se alió a su hermana Arsinoé IV, quien se impuso como tercera candidata al trono. Los ejércitos combinados de Ptolomeo XIII y Arsinoé IV combatieron los ejércitos inferiores de César y Cleopatra. Por meses, César quedaría preso en el palacio egipcio en Alejandría. Durante el conflicto, César había ordenado que la armada egipcia fuera quemada; trágicamente, parte de la famosa Biblioteca de Alejandría se incendiaría durante la batalla.

La suerte finalmente cambió cuando las fuerzas romanas de Pérgamos llegaron para auxiliar a César. Ptolomeo XIII y Arsinoé IV fueron derrotados y forzados a huir de la ciudad, Ptolomeo XIII se ahogó en el Nilo, Cleopatra reclamó el trono con otro de sus hermanos, Ptolomeo XIV, su nuevo marido y co-gobernante.

Mientras Cornelia sufre (“Deh, piangete”), llega Aquiles y la corteja nuevamente. Entra Ptolomeo. Aquiles le cuenta que no ha tenido suerte con Cornelia, pero asegura al rey de que matará a César aquel mismo día. Cornelia amenaza con suicidarse (“Cessa omai di sospirare”), pero Sexto aparece junto con Nireno a tiempo para impedírselo. Sexto renueva su promesa de matar a Ptolomeo (“L’angue offeso”).


Después de la Ópera: La Muerte de César

Cleopatra y César disfrutarían de su mutua compañía por un tiempo, haciendo un paseo placentero Nilo arriba hasta la frontera sur de Egipto. Pero eventualmente César tendría que retornar a su vida y a su trabajo. En su regreso a Roma, César puso fin a una rebelión en Asia Menor — la rápida batalla que inspiró su frase célebre “Llegué, Vi, Vencí” (“Veni, vidi, vici”). Después de derrotar a los últimos aliados de Pompeyo en África, César reverenció sus diversas victorias con una espectacular celebración de cuatro días en Roma. El Senado lo colmó de honores. Conquistó el título de Dictador Vitalicio, y ganó el derecho de vestir un manto púrpura como el de un rey. El mes de su nacimiento fue llamado de Julius (en español, julio) y estatuas de su imagen en marfil eran conducidas en procesiones religiosas. Cleopatra trajo a Cesarión para Roma, donde César lo colocó en un hogar deslumbrante.

César se negó repetidas veces a aceptar el título de rey, pero su vasto poder alarmaba a muchos romanos. La auto-coronación de César significaría el fin de la orgullosa y antigua república romana — una posibilidad que muchos senadores no aceptarían. El 15 de marzo de 44 a. C., en el Senado, un grupo de más de sesenta senadores asesinó a César a puñaladas. Su sangre salpicó una estatua de su antiguo rival Pompeyo.

Cleopatra no era popular en Roma; muchos ciudadanos sentían que ella había incitado a César a declararse rey. Después del asesinato de César, Cleopatra y su hijo regresaron a Egipto. Ptolomeo XIV moriría poco después, y Cesarión se tornaría el nuevo co-gobernante de Cleopatra y heredero al trono.

Ptolomeo sale victorioso de una batalla entre sus fuerzas y las de Cleopatra; Ahora Ella es prisionera de Su hermano. Después de encadenarla, se retira prometiéndole que pronto, Ella Se arrodillará ante el (“Domero la tua fierezza”). Cleopatra lamenta Su Destino y es transportada afuera (“Piangerò”).


La continuación: Cleopatra y Marco Antonio

Las ambiciones de Cleopatra no murieron con César. Años más tarde ella cautivaría al brazo derecho de César, el gran general Marco Antonio. Marco Antonio se enamoraría de la reina egipcia aún más que César. Fue el padre de sus gemelos, Alexander Hélios (Sol) y Cleopatra Selene (Luna). Más tarde, Marco Antonio abandonaría a su esposa para vivir con Cleopatra en Egipto, ignorando intimaciones urgentes para retornar a Roma. Como premios, regaló reinos bajo el comando romano para los hijos de la reina. Más importante, Marco Antonio declararía a Cesarión el heredero del derecho de César — y atacaría a Octavio (más tarde conocido como el Emperador Augustus), el poderoso sobrino y heredero legal de César.

Tales acciones llevaron a Roma a otra guerra civil. Cleopatra y Marco Antonio lucharon contra Octavio codo a codo, pero sus ejércitos fueron eventualmente destruidos. Antonio se suicidó en 30 a. C., después de enterarse, erróneamente, de que Cleopatra había muerto. Dias después, Cleopatra permitió que dos víboras la mordieran, evenenándola. Tenía treinta y nueve años. Cesarión sería ejecutado poco después.

El reino murió con Cleopatra; ella fue la última faraona de Egipto, el cual más tarde se convertiría en una mera provincia romana.

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