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Wilaya e Hijos de las Nubes: dos películas que hablan del Sáhara llegan a Canarias

La productora Wanda y Nirvana films han ofrecido a la Asociación Canaria de Solidaridad con el Pueblo Saharaui el pre-estreno de las películas Wilaya (el 3 de mayo a las 20:30 horas) e Hijos de las Nubes (el 17 de mayo a las 20:30 horas), ambas en los Multicines Monopol, en la capital grancanaria. Todo lo que se recaude en estas dos sesiones será destinado al proyecto Vacaciones en Paz.

 

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‘Hijos de las nubes, la última colonia’ narra un trayecto paralelo, el que se inició cuando Javier Bardem asistió al Festival de Cine Fisahara en el desierto y, con lo que vio, no en las películas sino en la convivencia con aquellas gentes, inició junto a otros ciudadanos una serie de acciones para llamar la atención sobre la situación de ese pueblo. Entre ellos estaba Álvaro Longoria, ahora director y uno de los productores de esta película, que en febrero se estrenó en el Festival de Berlín: «Los alemanes se quedaron muy sorprendidos e indignados con lo que vieron en la película, querían hacer algo inmediatamente, tuvimos que poner la página web de la película para que pudieran volcar ahí sus inquietudes ante una situación que en su mayoría desconocían», explica Álvaro Longoria.

El documental reconstruye el reparto de África en el que el Sahara acabó siendo español, la convivencia estable con los españoles hasta 1975, el empeño del rey Hassan II en hacerse con esos territorios para construir el ‘gran’ Marruecos, la Marcha Verde y el abandono de los saharauis por parte de España, la intervención del Frente Polisario y la muy compleja red de intereses y silencios que se mantiene desde entonces. «Queríamos tener una visión ‘macro’ del problema, ver cómo es esa partida de ajedrez que mantiene a 200.000 saharauis perdidos en el desierto, mientras Marruecos tiene tomado un territorio que no le corresponde sin que nadie le diga que no puede hacerlo», señala Longoria.

Todo empezó con una campaña para recabar firmas. Consiguieron 230.000 para entregarlas al Gobierno español, «pero debieron tirarlas a la basura». Nadie les recibió. El documental se convierte así en un viaje para intentar buscar explicaciones y recabar información, en el que el popular actor ejerce de ciudadano concienciado y activo. «Javier Bardem hace de guía del espectador, pero no es el narrador, porque no es un elemento neutral y queríamos que el espectador saque sus propias conclusiones». La voz en off que vertebra la película es la de Elena Anaya.

‘Hijos de las nubes, la última colonia’ quiere inscribirse en los movimientos de acción civil, impulsar que «la gente retome su responsabilidad como ciudadano. La Primavera Árabe o el 15-M demuestran que la acción civil está creciendo, porque los poderes no pueden vulnerar los derechos humanos en nombre de los ciudadanos».

WILAYA

«Wilaya», por su parte, retrata el reencuentro de Fatimetu, una joven saharaui que vive en España, con su hermana Hayat en un campamento de refugiados. La ocasión es el entierro de su madre y lo que se genera es la confrontación entre ambas mujeres: la inmigrante europeizada y la hermana minusválida anclada en la sociedad islámica.

«Es un filme militante, aunque militante crítico. Opté por un filme de ficción, para centrarme en la parte social y cotidiana del conflicto, no solo la denuncia», explicó Pedro Pérez Rosado, director de la película, durante su presentación en el la Berlinale, Festival al que acudió también.

«Hay mucho de mi en esa película», indicó Nadhira Mohamed, única de las dos protagonistas que acompañó al director a Berlín, ya que la otra, Memona Mohamed, no obtuvo permiso para viajar. «La primera escena es del barrio donde nací», recordó Nadhira, actriz no profesional, como el resto del reparto, sólo que a diferencia de sus compañeros ella vive, como su personaje, en España, donde estudia y trabaja como camarera.

Para Nadhira, que lleva casi 11 años en España y hacía ocho que no regresaba a los campamentos saharauis, meterse en el papel de Fatimetu «fue fácil, pero lo difícil fue rodarlo allí», explica. «Chocan comportamientos como que el personaje no lleve la melfa (pañuelo de vistosos colores que cubre el cuerpo de la mujer) o mi relación (más abierta) con los hombres durante el rodaje, y eso resulta duro».

Además de ahondar en el drama social de familias rotas o separadas por el exilio, «Wilaya» está narrada desde una mirada femenina, con la mujer musulmana como protagonista colectiva. «En los territorios saharauis, la mujer es la que sustenta a la familia, está en la retaguardia, educa a los hijos. Es la que porta la conciencia cultural», señala Pérez Rosado.

Curiosamente, el interés del cineasta valenciano en el conflicto saharaui nació en México, cuando rodaba el documental «Chiapas: El dolor del sueño» y el subcomandante Marcos le preguntó por la situación del Frente Polisario, el movimiento de liberación que busca la autodeterminación del Sáhara Occidental, la ex colonia española ocupada por Marruecos desde 1979.

Así, después del documental «Sáhara: Un pueblo» y el largometraje «Cuentos de la guerra saharaui», Pérez Rosado cierra su trilogía sobre el conflicto con «Wilaya», que se centra en esa tercera generación de saharauis nacidos en los campamentos pero educados fuera. Ellos, la mayoría exiliados en España, son el otro rostro del conflicto. «Elegí a mis actores entre la gente de los campamentos porque sólo así, creo, se logra una inmersión real en la vida ahí dentro», explicó el realizador.

«Cada generación que crece fuera es una generación que desangra aún más al Sahara de su población y su idiosincrasia», indicó el director, quien admite ser «militante» -aunque recalcando lo de «crítico»-, como «todo aquel que entra en un campo de refugiados». «El suyo es un conflicto imposible de solucionar», explica el cineasta. Son una generación que ha crecido en la cultura occidental, pero tiene muy inculcada su propia identidad, lo que desemboca en un choque interno permanente. Y «por eso, la reconciliación entre generaciones es muy importante».

«Me preocupa mucho que los campamentos sigan viviendo de la ayuda internacional humanitaria después de tanto tiempo. Tienen que evolucionar, y no pueden hacerlo desde el exilio. Para evolucionar la reconciliación es necesaria», añadió.

La recaudación de ambas proyecciones en los multicines Monopol, en Las Palmas de Gran Canaria, irá a parar al programa Vacaciones en Paz, proyecto organizado por la A.C.S.P.S. para traer a Canarias, desde los Campos de Refugiados Saharauis, niños y niñas que serán acogidos durante el verano por familias canarias.

Fuente GGB

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