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Árabes en Chile (5ºParte):comerciantes por esencia

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Inmigrantes árabes: comerciantes por esencia

Es bastante probable que la elección del comercio como principal actividad económica se haya debido a que éste no requería necesariamente de una comunicación fluida. Tan sólo bastaban unas pocas palabras: El resto lo hacía el lenguaje universal de las señas 49. Pero precisamente gracias a la relación con los clientes, los inmigrantes se relacionaron rápidamente con el medio chileno y fueron adquiriendo las normas de interacción social.

“A pesar de desconocer el idioma y las costumbres, se dedicaron a la tarea de contactarse directamente con los miembros de la comunidad receptora para ofrecer y negociar sus mercancías” 50. Dicha tarea requería también la exploración territorial y la incursión en zonas alejadas, lo que no sólo les permitió conocer las formas de vida de los chilenos, sino también aprender nociones fundamentales del idioma.

La principal relación del inmigrante hombre con la sociedad receptora fue de orden comercial: La atención del negocio y la relación con sus respectivos clientes. Para las mujeres la situación era distinta, pues su participación en la sociedad receptora estaba sujeta a la dependencia establecida por el marido: Trabajaban en el negocio familiar y atendían los quehaceres domésticos. De ahí que, más allá de los términos comerciales, el rol comunicador con la sociedad receptora haya recaído en los hijos de los inmigrantes. El niño debe “comportarse según las expectativas de sus familiares, como también adoptar su comportamiento de acuerdo a las expectativas de los grupos a los cuales va ingresando, como el colegio, los amigos el barrio, entre otros” 51. Al interior de la familia árabe, se esperaba que el descendiente hiciera propios los valores sociales y las normas de conducta del país de sus padres o abuelos, pero también es fundamental conjugar la preservación de su cultura con la integración a este nuevo país. A nuestro juicio, la unidad familiar juega un papel central en el exitoso proceso de integración de la comunidad árabe a Chile.

El comercio ambulante fue la actividad más frecuente entre los inmigrantes árabes, debido a que sus recursos eran escasos y no contaban con un oficio. Por lo demás, ésta es una actividad tradicional en varios países árabes y tiene varias ventajas: Se podía ejercer pese a las carencias del idioma español; era ideal para la mayoría de los inmigrantes que soñaban con retornar a su tierra, ya que no forjaban raíces con el país receptor; y además, unos a otros se iban transmitiendo los conocimientos para hacer negocios en Chile, sobre el perfil del cliente, sus preferencias y las características del territorio, entre otros aspectos.



Una cosa importante era no entorpecer el trabajo de los coterráneos ya establecidos, por lo que se debía buscar nuevas rutas y conseguir una clientela propia, lo que motivó la dispersión a pequeñas localidades urbanas para vender la mercancía puerta a puerta. El itinerario formado por caminos rurales que conducían a valles cercanos y lejanos, se recorría generalmente en compañía de otro buhonero o vendedor ambulante, protegiéndose además de posibles asaltos en el camino.

Un relato describe al buhonero de la siguiente manera: “Con sus canastos desbordando de las más heterogéneas mercancías, pañuelos, medias, espejos, horquillas, carretes de hilo, jabones, imperdibles, botones, miriñaques y peinetas, constituían una figura demasiado pintoresca para que pasaran inadvertidos. Recorrían las calles voceando sus productos en rudimentario español con el conocido pregón de “cosa tenda” o sea, cosas de tienda” 52.

Otro inmigrante decía: “Salvo raras excepciones todos comenzamos con un canasto o una maleta, muchos calzando ojotas o alpargatas para ganarnos los primeros pesos. Kilómetros y kilómetros en los caminos o en las ciudades ofreciendo telas y ropa hecha” 53.

En general, los inmigrantes se dedicaron a actividades más bien de carácter independiente. En cuanto podían trabajar por cuenta propia montaban su propio negocio y tomaban su camino, aunque sin perder los vínculos con aquellos que los habían acogido en sus inicios. Los que lograron reunir suficiente dinero, instalaron su propia tienda. Éste constituía el segundo paso en el desarrollo económico de los árabes en Chile. Darlo no era fácil, pues implicaba haber ahorrado durante un buen tiempo y además, haber sido capaz de reunir suficiente clientela.

Su forma de trabajar era distinta de la manera chilena, por lo que muchas veces fue mal entendida y criticada. Un ejemplo lo constituye un apartado de una novela citada por Olguín: “Usted se habrá fijado en los turcos… Abren temprano. Cierran cuando no pasa un alma. Si nadie entra, permanecen inmóviles. Así ahorran energía y ropa. Viven en caserones. ¿Cuántos habitan en el mismo? Sólo Dios sabe. ¿Los ha visto entrar? Son como hormigas. A la vuelta de unos años abren su fábrica y siguen igual: La misma ropa, la misma cara, el mismo paso. Sólo por lo que existe dentro de su fábrica uno comprende que son ricos” 54.

Los inmigrantes árabes y su primera generación de descendientes se desempeñaron
principalmente en el área textil, ya sea formando talleres e industrias, o vendiendo productos de este rubro. Esto, porque ya tenían experiencia desde su lugar de origen, por ejemplo en la ciudad de Homs, cuna de la mayoría de los inmigrantes sirios llegados a Chile, sus habitantes se dedicaban principalmente a fabricar sedas y algodones. Los telares eran muy primitivos y la forma de producción estaba organizada en forma parecida a lo que ocurría en la Edad Media europea, con el comerciante que proporcionaba la materia prima y compraba al artesano el producto acabado 55.

Pese a que los árabes tenían menos posibilidades de prosperar al llegar a Chile, en comparación con otras colectividades extranjeras —debido a la ausencia de capital, falta de instrucción formal y el desconocimiento del idioma, entre otros factores—, en un periodo de 20 a 30 años alcanzaron una posición que los hizo sobresalir en el ámbito económico 56. Su mayor aporte a la economía del país fue la creación de empresas privadas, especialmente textiles. En el proceso de industrialización de los años cincuenta, el carácter emprendedor de la población árabe contribuyó de manera significativa al progreso de Chile y las empresas con propietarios árabes tuvieron una activa participación en el desarrollo económico de Chile 57.

Según datos de 1981 58 y 2000 —si bien corresponden a bases de datos diferente —, se puede observar la evolución del área textil en la población árabe y no árabe. Al hacer la comparación, un 23% de todas las empresas que se dedican al rubro de las confecciones a inicios de los años ochenta tenía un propietario de origen árabe, mientras que en el rubro textil la cifra aumenta a un 48%. En el año 2000, en cambio, la población árabe aumenta su participación a un 33% en el ámbito confecciones, pero disminuye a un 36% en el textil. Esto se debe a que en los años ochenta se inició un proceso de reestructuración de la economía, con énfasis en la exportación de recursos naturales y en la importación de productos terminados, lo que claramente afectó la actividad característica de la población árabe.

Con respecto a la ubicación espacial de las empresas con participación árabe, se ha mantenido como predominante la comuna de Recoleta. Tomando en cuenta las 479 empresas vigentes al año 2000 en la guía de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), el 23% se encuentra en este barrio. Le siguen la comuna de Santiago y, en menor medida, Macul.

Un caso particular es el de la élite proveniente de las grandes industrias, que invirtió el excedente principalmente en la banca, posibilitando su incorporación al mundo financiero. Así, en el lapso de un siglo se advierte un progreso impresionante de los inmigrantes árabes: Su llegada, la precaria dedicación al comercio, la creación de pequeñas,medianas o grandes industrias; la participación financiera interna y la posterior expansión al resto de América Latina. De esta forma, el comportamiento de este grupo es acorde al de las altas esferas de la economía internacional.



Los descendientes

En la EPOA 2001, contestada sólo por descendientes de inmigrantes, se pueden apreciar algunos aspectos que caracterizan a este grupo, y distinguir algunas diferencias entre el conjunto de empresarios y académicos, pertenecientes a la misma generación, y los estudiantes, de un promedio de edad de 23 años.

Con respecto a la distribución por sexo, un 72% son hombres y un 28% mujeres. En los “académicos”, el 65% son hombres y el 35% son mujeres; en los “empresarios”, el 89% son hombres y sólo un 11% mujeres. Un mayor equilibrio se aprecia en el grupo
“estudiantes”, donde existe una distribución equilibrada por sexo, siendo incluso más las mujeres, con un 51%. Estas cifras del grupo generacional más joven se condicen con lo que sucede en la población nacional: La presencia profesional de las mujeres aumenta sostenidamente en el tiempo, lo que también refleja en este punto la integración de la población árabe en la sociedad chilena.

En cuanto a la identidad cultural, un 65% de los encuestados se reconoce como “chileno/árabe”. Con todo, esta adscripción mayoritaria disminuye en los estudiantes, ya que por pertenecer a una generación más joven están más integrados a Chile. Esta diferencia también se aprecia en las consideraciones sobre la elección del cónyuge: Mientras los académicos y empresarios sí le dan importancia a su origen, los estudiantes no creen que este punto sea relevante.

La influencia de la ascendencia árabe en la vida profesional de la población de origen árabe se aprecia como importante, aunque también hay diferencias notables entre el grupo “académicos” y “empresarios”, con respecto a los más jóvenes. Así, entre los estudiantes, se aprecia una tendencia a sentir con menos fuerza la influencia del origen árabe en su carrera profesional. Respecto de la influencia de la ascendencia árabe en la vida profesional de los académicos y empresarios, éstos indicaron lo siguiente: Un 32% de los académicos señaló que ser árabe influyó de manera positiva en su vida profesional, en el 3% afectó de manera negativa y en un 65% de los casos declaró que no tuvo ninguna relevancia. En el caso de los empresarios la situación es muy distinta, pues un 67% señaló que ser descendiente de árabe influyó de manera positiva en su vida empresarial, en un 30% no afectó de manera alguna y en un 3% la influencia se realizó de manera negativa. En el caso de los estudiantes, éstos responden en función del futuro profesional y señalan, en un 59%, que ser descendiente de árabe influirá positivamente en su vida profesional y un 41% no influirá. Ninguno opina que podrá tener un efecto negativo.

Uno de los aspectos a nuestro juicio más interesante que se obtiene de la EPOA 2001, dice relación con aquellas cualidades que se deben alentar en la familia. La “responsabilidad” es el valor más nombrado por los encuestados, con un 62% de elecciones por parte de los académicos, un 63% de los empresarios y un 64% de los estudiantes.

Las diferencias entre los grupos encuestados aparecen a partir de la segunda característica. Entre los académicos, un 35% menciona la “tolerancia”, un 24% la “determinación” y la “independencia”, y un 15% el “trabajo duro” y “no ser egoísta”. En los empresarios, el segundo lugar lo ocupa la “fe religiosa”, con un 28%; luego el “trabajo duro”, con un 22%; y la “obediencia”, con un 19%. En el caso de los estudiantes, aparece en segundo lugar el “trabajo duro”, con un 36%; luego la “tolerancia”, con un 28%; la “independencia”, con 26% y en quinto lugar la “imaginación”, con un 18%.

A modo de conclusión es posible decir que los descendientes de los inmigrantes árabes se han integrado plenamente en la sociedad chilena, proceso que se ha intensificado con el paso de las nuevas generaciones nacidas en Chile. Como la inmigración árabe se produjo en un momento en que se priorizaba a otras nacionalidades y además, se inició justo cuando comenzó a decaer la inmigración europea, el proceso ocurrió de manera desarticulada y espontánea. Esto determinó una mayor cohesión del grupo, y ayudó a fomentar y transmitir a las futuras generaciones el deseo de integrarse a la sociedad chilena.

En suma, el trabajo de los inmigrantes para integrarse en la sociedad chilena fue exitoso, a pesar de las innumerables dificultades que el medio les colocó. Con tesón y esfuerzo lograron vencer los obstáculos e insertarse de lleno en la vida económica primero, y luego, en todo el ámbito social. Los descendientes, que actualmente ya llegan a la cuarta generación nacida en Chile, han continuado la senda trazada por los inmigrantes y han profundizado el proceso de integración. La población de origen árabe ya no se concentra solamente en actividades comerciales, sino que ha profesionalizado su quehacer irrumpiendo con éxito en todos los ámbitos de la sociedad.

Podemos decir que el aporte árabe ha enriquecido a la cultura chilena en el sentido más lato posible. Ha conseguido fusionar culturas sin traumas sociales y ha logrado algo hoy en día impensado: La integración social de un grupo inmigrante y sus descendientes, junto con un innegable apego a sus raíces originales. En otras palabras, integración social con identidad cultural, sin que eso signifique tener que optar obligadamente entre formar una comunidad cerrada o diseminarse en la sociedad sin dejar trazos de su presencia original.

Por  Lorenzo Agar y Nicole Saffie *.
Con información de Revista Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos Sección Árabe – Islam -Vol. 54, año 2005 -Universidad de Granada

* Lorenzo Agar es chileno, de origen paterno sirio, sociólogo, profesor de la Universidad de Chile. Nicole Saffie es chilena, de origen paterno palestino, periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile




Árabes en Chile (4º Parte): Integración y pérdida de identidad
Árabes en Chile (3º Parte): La mirada de los inmigrantes
Árabes en Chile (2º Parte): El proceso migratorio
Árabes en Chile (1º Parte): Antecedentes históricos

Notas:

49 M. OLGUÍN y P. PEÑA. Op. Cit.
50 M. T. DAHER. Op. Cit. pp. 70.
51 Ibid. pp. 87.
52 M. OLGUÍN y P. PEÑA. Op. Cit. pp. 140-141.
53 A. REBOLLEDO. 1994. Op. Cit. pp. 141.
54 M. OLGUÍN y P. PEÑA. Op. Cit. pp. 95.
55 A. SANFUENTES. La influencia de los árabes en el desarrollo económico de Chile. Tesis, Departamento de Ciencias Económicas e Ingeniería Comercial, Universidad de Chile. Santiago: 1964.
56 Ibid.
57 A. SANFUENTES. Op. Cit.
58 L. AGAR. 1982. Op. Cit.


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