Historia de las especias y su comercio
No cabe duda que la historia de las especias a través del tiempo revela algunos rasgos fascinantes, debido al hecho que durante siglos las especias constituyeron la expresión máxima de riqueza y de opulencia, siendo a la vez objeto de comercio, trueque, luchas sangrientas se liberaron para conseguirlas y retener el monopolio de su comercio.
Es probable que la costumbre de condimentar alimentos naciera conjuntamente con la aplicación del fuego para su cocción ya que la sal y algunas especias resultaron ser más necesarias para alimentos cocidos, que para la alimentación primitiva que brindaba la naturaleza al hombre en forma de carnes, pescados, insectos, granos y frutas silvestres.
Por otra parte también, se puede mencionar que las especias formaban parte de diferentes preparados medicinales; por referencias literarias de autores griegos y romanos sabemos que las especias venidas de Asia estaban presentes en los lujosos banquetes de las familias más poderosas; (incluido su uso para aromatizar los vinos que se servían) en los bálsamos que se aplicaban tras el baño en los templos o en las medicinas que recetaban sus médicos.
El prestigio de estas sustancias se ve reflejado, debido a la carencia que sufría Europa para conservar frescos los alimentos, especialmente la carne; ya que estas se consumían en ocasiones en un estado no muy agradable para el paladar. Por lo tanto la importancia que suponían estas especias, como por ejemplo un poco de pimienta, clavo o canela, hacían lo suficiente como para aromatizar el producto y hacerlo más comestible.
Podemos observar entonces, la manifestación de las especias en usos simultáneos para fines alimentarios, medicamentosos, cosméticos y aun para ritos religiosos o culturales. Como por ejemplo nos cita el gran viajero Marco Polo que ya ya 200 A.c era de buen tono en la corte del Emperador chino de la dinastia Han-Dyna acercarse al soberano , manteniendo clavos de olor en la boca, para que así el aire espirado estuviese perfumado con el aroma de esta especia”.1 (SCHIMIDT. 1980)
Por otra parte la Biblia se refiere en varias ocasiones a diversas especias como, cilantro, canela, azafrán y mostaza y no olvidemos que “José fue vendido por sus hermanos a comerciantes árabes que iban en camino a la Corte del Faraón para venderle sus especias; también de los tres tesoros ofrecidos por los Reyes Magos: oro, mirra, e incienso dos eran aromatizantes, 2” aunque su uso en alimentos ha desaparecido hoy en día.
El comercio con estas sustancias comenzó probablemente hace milenios y de ello tenemos constancia escrita, por ejemplo, en relatos del Antiguo Testamento donde aparecen caravanas de comerciantes de especias en dirección a Egipto. Estas caravanas traían hacia occidente el clavo y la pimienta de la India, la canela y la nuez moscada de las Islas Molucas o el jengibre de China.
Hay constancia que fueron Fenicios y luego Árabes los primeros que se especializaron en el comercio de las especias; y fue aumentando paulatinamente durante la Edad Media en el mediterráneo oriental y en Europa.
Los fenicios establecieron lo que iba a ser la ruta de las especias hasta la Edad Media, el lejano recorrido desde la costa mediterránea hasta la India se hacía por dos vías, la primera rodeando la península de Arabia por el Mar Rojo o bien a través de Antioquía para llegar a Babilonia y una vez allí seguir el curso de los ríos Tigris o Éufrates, cualquiera de los dos caminos finalizaba en el Golfo Pérsico donde se embarcaban los caravanas hasta la India, en las costas de Malabar. Los fenicios prosperaron gracias al lucrativo trafico de las especias, convirtiendo así su cuidad de Tiro en un gran centro de distribución que abastecería a toda la zona mediterránea.
Durante la Edad Media el comercio de las especias estaba en las manos de los Árabes, que las compraban en la India y las transportaban a los puertos del Mediterráneo, donde se las revendían a comerciantes italianos que iniciaban su distribución por Europa, a través de Constantinopla o Alejandría.
Para justificar los desorbitados y descabellados precios que tenían las especias por parte de los árabes estos inventaban fábulas, para hacer creer en el resto de las personas que conseguir estas mercancías era solo tarea de los más arriesgados. Así fue que en la Edad Media, el protagonismo de las especias fue aumentando, logrando así que una libra (Lb =453 grs) de azafrán costaba el precio de un caballo, una libra de jengibre correspondía al valor de una oveja y un saco de pimienta valía el salario de un trabajador durante toda su vida. El negocio con las especias tenía tales dimensiones que los árabes procuran mantener siempre a los comerciantes europeos fuera de las rutas comerciales, para evitar competencia y a su vez los comerciantes italianos mantenían el monopolio de las especias.
Los italianos tuvieron una gran importancia crucial en el uso de las especias durante la Edad Media, principalmente sus ciudades de Génova y Venecia. El comercio monopolístico de Venecia hace que Fondaco dei Tedeschi sea el gran mercado distribuidor veneciano. Así las especias fueron tomando protagonismo en el mercado, dando lugar a una carrera comercial para asegurar los privilegios y el monopolio con las especias, al ser estos unos de los negocios más rentables con los árabes.
Cuando en 1271 Marco Polo viajero italiano nacido en Venecia, y a mediados del siglo XIII quien acompañado de su padre y tío, emprendió un viaje peligrosos desde el extremo oriental del Mediterráneo hasta China, pasando por los territorios como Persia (actual Irán) o la altísima meseta de Pamir, en China los Polo estuvieron al servicios del Khan y durante años recorrieron enormes distancias a las que hay que sumar su complejo viaje de vuelta, recorriendo y estableciendo la tan famosa Ruta de la seda,( ruta que luego se siguió utilizando para el transporte de diversas mercancías, como la seda, la cerámica, etc y que hoy constituye un atractivo turístico).
Marco Polo consiguió llegar a Venecia después de 24 años de su travesía, y al regresar a su Venecia quien se encontraba en conflicto con Génova, y en el transcurso del conflicto Marco fue capturado y encarcelado. Durante su estancia en la cárcel dictaría sus recuerdos del viaje que se convertirán en un relato conocido como el “libro de las maravillas del mundo”, sin duda el libro de viajes más fascinantes de la historia Europea, porque aporta los únicos datos fiables de la geografía del extremo oriente para los europeos durante de más de doscientos años, con descripciones como las de los diferentes territorios chinos y del sudeste asiático.
“Su libro servirá para difundir por toda Europa una visión de una Asia exótica y llena de riquezas (oro, plata, seda, perlas…) y maravillas, pues Marco Polo describirá la utilización del papel moneda o del carbón mineral por los chinos.” 3.
Los nombres utilizados por Marco Polo, como Catay para referirse a China, o Cipango para Japón, se convertirán en nombres míticos para la imaginación de los europeos y la codicia de comerciantes y mercaderes.
“Estos relatos harán crecer en algunos navegantes, como Cristóbal Colón, su deseo de alcanzar de nuevo aquellas tierras, esta vez viajando hacia el oeste, donde se encontrará con el inesperado continente americano. No menos arriesgados serán los intentos portugueses de alcanzar el extremo oriente bordeando África.” 4
La atracción por el negocio de las especias será lo que ponga en marcha los grandes descubrimientos de los siglos XV y XVI cuando los portugueses intenten hacerse con este negocio buscando una ruta a «Las Indias» distinta a la que musulmanes e italianos mantenían desde hacía siglos. Sólo con la irresistible atracción del negocio de las especias se entiende el enorme sacrificio en vidas humanas y dinero que harán las coronas de Portugal y España.
Lo que conmovió a Colón a buscar un camino hacia las Indias, (Erróneamente, por la vía del océano atlántico), pero fructífero al fin ya que dio lugar al descubrimiento de América o también llamado el descubrimiento del Nuevo Mundo por muchos escritores, este descubrimiento fue muy importante ya que provocó no sólo la salida de productos europeos hacia el nuevo mundo, sino también la llegada de plantas aromáticas hasta entonces desconocidas, como por ejemplo la vainilla que fue la estrella popular de los postres en los siglos XVI y XVII, como así también introdujo la variedad de ají picante. El chile y otros productos que llegaron a la India a través de lo que se llamo el intercambio colombino entre Europa y América.
Y cinco años más tarde a Vasco da Gama (Exitosamente al servicio de Dios y en beneficio de la corona Portugal, por vía del Cabo de la Buena Esperanza,) y a los monarcas de la época que posibilitaron estos viajes, no fue el afán de conocer nuevas tierras, ni el fervor religioso, sino el ansia de establecer una vía marítima más directa de Europa a la India e Islas vecinas abastecedoras de las tan apreciadas especias. Y las especias serán también el objetivo de la expedición de Magallanes que lo intentará viajando hacia el oeste lo que llevará a la primera circunnavegación del planeta.
De esta manera fue posible romper la barrera que habían establecido árabes y turcos para mantener el “Monopolio del Islam” en el comercio de las especias con sus precios elevadísimos: ningún barco cristiano y ningún comerciante cristiano podía atravesar el Mar Rojo.
En las décadas siguientes este mismo monopolio pasó a Portugal: “El que domine el camino marítimo hacia las Indias, proveedoras de las especias será también dueño del mundo”, pronosticaban los marinos portugueses, miembros de la Academia Náutica, fundada por aquel incansable promotor de la exploración geográfica, que fue el infante Enrique, llamado por sus contemporáneo “el navegante”, aunque no participó personalmente, ni supo de las famosas travesías, posteriores de Vasco da Gama, de Francisco D´Almedia y de Fernando de Magallanes. Este último murió asesinado durante la expedición en una pequeña islas de Filipinas y el único de sus cinco barcos a vela con casi tres años de travesía, trajo consigo un cargamento de especias de 600 quintales, cuyo elevado valor fue suficiente para devolver a la Corona Española (a cuyo serbio navegaba Magallanes), el gasto total de la expedición. Es así que a principios del siglo XVI el Portugal el más pequeño de los países europeos, llegó a poseer y administrar en África, India y Brasil regiones de una extensión total mayor que el imperio romano en su máximo apogeo.
Después de haber dominado el “Mar Portugués” desde el Estrecho de Gibraltar hasta el Singapore y con ello el dominio de las Islas de las Especias, del archipiélago de las Molucas, los Portugueses perdieron este privilegio del comercio de las especias, al serles arrebatados por holandeses e ingleses que establecieron un control riguroso de su cultivo, cosecha y comercio, es por éso que quemaban los excesos de producción para mantener los precios y el monopolio, y quienes vendían las especias como canela, clavo de olor, entre otras fuera de las zonas establecidas, se exponía a la pena de muerte. Este castigo también fue impuesto en Nuremberg a los falsificadores de azafrán, calificado como el “rey del reino vegetal”.
La ruta portuguesa de Vasco de Gama, rodeando áfrica y pasando por el cabo de la Buena Esperanza hará bajar inmediatamente el precio de las especias, debido a la llegada de Lisboa como proveedor de especias; alrededor de 1506, Lisboa quedó establecida como la capital en Europa del comercio internacional de especias.
(Debemos recordar que este el viaje era largo y peligroso, pero se evitaban intermediarios), aunque el negocio siguió siendo durante siglos interesante. Sólo durante los siglos XIX y XX el progreso de los transportes sumado a que varios países europeos conseguirán que algunas de estas escasas plantas se aclimaten en otros continentes (el clavo hoy crece en África, la nuez moscada en América) donde las cultivarán masivamente, harán bajar el precio de las especias, hasta el punto de que varias de ellas como el clavo, la canela o sobre todo, la pimienta, tienen precios muy baratos que hacen difícil de creer hoy que por causa de las especias se organizasen algunas de estas arriesgadas expediciones.
Notas:
1 Dr Hermann Schmidt 1980 “Las especias Condimentos Vegetales” Editorial Universitaria San Francisco, Santiago-chile. Pág 13
2 Ídem. Pág. 15
3 http://www.historiacocina.com/historia/articulos/especias.html/23/04/12
4 Ídem. 23/04/12
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