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«Lo que el día debe a la noche» de Alexandre Arcady retrata el amor imposible de Argelia y Francia

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El personaje de Jonás (Fu’ad Aït Aattou) conversa con Émile (Nora Arnezeder ) en una escena de ’Lo que el día debe a la noche’.

«Entre Francia y Argelia hay una gran historia de amor que nunca ha llegado a término. Esta es la parábola de la película y de la novela». Así se refiere el director de cine francés Alexandre Arcady a su última película, Lo que el día debe a la noche, basada en la novela homónima de Yasmina Khadra, que nos trae una historia de amor con la guerra de la independencia de Argelia (1954-1962) como fondo.

Arcady -padre del cineasta Alexandre Aja (Las colinas tienen ojos; Alta tensión)- también produce y escribe el guion de esta película protagonizada por Fu’ad Aït Aattou (Une vieille maîtresse), Nora Arnezeder(Maniac, El invitado), Anne Parillaud (El hombre de la máscara de hierroUne vieille maîtresse), Vincent Perez (Bruc. El desafío, Indochina) y Mohamed Fellag (Profesor Lazhar) que se estrena este viernes 2 de agosto en España.



Émile representa a Francia con su aliento, su voluntad de amar con profusión, y Jonás representa a esta Argelia a caballo entre dos culturas.

La película relata una historia de amor apasionada y conmovedora que tiene lugar entre Francia y Argelia y que transcurre desde 1930 hasta la actualidad. Younès llega con 9 años a Orán para vivir con su tío, un farmacéutico integrado en la comunidad occidental de Argelia. El niño, que pasará a ser llamado Jonás (Fu’ad Aït Aattou), crece entre jóvenes colonos de los que se hace amigo inseparable. Una existencia privilegiada que ni la Segunda Guerra Mundial ni las convulsiones de un nacionalismo árabe en plena expansión pueden perturbar. Hasta el día en que llega a la ciudad Émilie (Nora Arnezeder), una joven francesa de clase acomodada y fascinante que se convertirá en el objeto de deseo de todos ellos y que pondrá a prueba su amistad. coincidiendo con la lucha de un país, Argelia, que vivirá sus últimos años como colonia francesa.

«Émile representa a Francia con su aliento, su voluntad de amar con profusión, y Jonás representa a esta Argelia a caballo entre dos culturas. Incluso actualmente el país está dividido en estas dos culturas. Esta relación tan fuerte con Francia y esta identidad nacional que ha sido la punta de lanza de la revolución argelina. Ese es el fondo escrito en el guion bajo la cubierta de esta historia de amor tan desgraciada y épica», explica  Arcady, quien nació en Argel en 1947, en la Argelia francesa, y que emigró a Francia en 1962 tras la independencia.

El cierre del círculo argelino

 

Arcady cuenta que con Lo que el día debe a la noche cierra el círculo del tratamiento de la cuestión argelina en su cine. «He abordado la cuestión argelina en muchas películas desde hace varias décadas. Creía que había dado la vuelta completa a la cuestión, pero al leer esta novela sabía que el destino me había elegido para completar ese itinerario», comenta al respecto.

Arcady, fascinado con la novela de de Khadra, explica qué es lo que aporta esta historia al tratamiento del conflicto argelino, que hasta ahora había tratado enfocado en momentos concretos de la historia: «Aporta una dimensión épica extraordinaria, recorres las páginas de la historia desde los años 30 a 1962, y luego desde los 70 hasta ahora… Un itinerario de vida donde todo se expresa: la infancia, la adolescencia, el amor, las amistades, los deseos, las desilusiones, los sufrimientos, la injusticia… todo está ahí».

Pese a que Yasmina Kahdra (seudónimo femenino del escritor argelino Mohammed Moulessehoul), que ya había rechazado otras ofertas de llevar al cine su novela -traducida a 47 idiomas-, aceptó darle los derechos a Arcady, el novelista no colaboró en el guion. Arcady lo justifica en que considera «muy difícil» para un autor el adaptarse a un lenguaje distinto como es el del cine.

No obstante, Kahdra ha quedado satisfecho con el resultado: «Me dijo que habría podido escribir mi novela como la película», revela el director, quien reconoce la «gran responsabilidad» que asumió al adaptar el guion, no tanto por no defraudar al novelista, sino «por no decepcionar a los lectores; y todos los que han leído el libro me decían que no se había desnaturalizado y que se adaptaba a la imagen que tenían en sus corazones y en sus cabezas».

Una historia multicultural

Aunque no se trate, evidentemente, de una historia autobiográfica, el director francés cuenta  que él vivió una infancia y adolescencia con ciertas semejanzas a las de Younes / Jonás, en un Argel que era un crisol de culturas y en una casa que estaba rodeada por la Gran Catedral, una mezquita y una sinagoga: «Muy temprano conocí la fraternidad, la amistad, las fracturas, las injusticias, el racismo… lo percibí todo desde dentro y eso alimenta muchísimo la narración que hago. (…) Crecí en ese ambiente y obligatoriamente te estás impregnado de todo esto, de toda esa historia tan particular e intensa que vivieron estos franceses de Argelia; así que estaba listo para poder escribir lo que Kahdra compuso a través de su novela».

El actor que da vida al protagonista, Fu’ad Aït Aattou, también tiene un lazo con su personaje, dado que es francés de padre marroquí. «Seguramente eso me haya ayudado en algo; es más fácil que para alguien para quien sea algo totalmente ajeno, pero yo no sufrí los problemas del personaje y yo nací en Francia dentro de la cultura francesa», cuenta el actor, clavando sus intensos ojos azules que llenan cada fotograma de  Lo que el día debe a la noche.

«Mi personaje vive un gran trauma al verse de repente proyectado en el mundo de los franceses argelinos. Consigue esconder un poco sus orígenes y encuentra su sitio en un grupo de amigos, que son colonos. Cuando estalla la guerra, cada uno tiene que elegir por quién toma partido. Este es el conflicto de la película, porque él comprende la legitimidad de los dos bandos y que no son compatibles», explica el actor.



Un café, un papel

Aït Aattou asume en esta película su segundo papel protagonista, después de Une vieille maîtresse, cinta que protagonizó con 27 años después de que un día encontrase a la directora, Catherine Breillat, en una cafetería, se acercase a ella, le diera los buenos días, le contará que era actor y le diera su teléfono. Y ella le llamó.

Hasta entonces no había tenido suerte como actor, pero sí hizo algún trabajo como modelo. «Con 17 años estudié Arte Dramático, tenía poco dinero y vivía en una habitación de cinco metros cuadrados y sin ducha. Con 22 años alguien me propuso hacer unas fotos como modelo. Jamás había pensado en ello, pero era una oportunidad para ganar dinero, y lo hice», cuenta el actor, al que podremos ver en octubre en otra película francesa, Fever, de Romain Basset.

Aït Aattou forma parte de lo que Arcady define como «jóvenes actores franceses que están en plena evolución y que van a convertirse en los grandes actores de mañana», donde también encuadra a Nora Arnezeder; y que ha combinado junto a grandes veteranos como Vincent Pérez para plasmar esta romántica e imposible historia de amor.

FICHA TÉCNICA

Título original: Ce que le jour doit à la nuit
Año: 2012
Duración: 159 min.
País: Francia
Director: Alexandre Arcady
Guion: Alexandre Arcady, Daniel Saint-Hamont (Novela: Yasmina Khadra)
Fotografía: Gilles Henry
Reparto: Nora Arnezeder, Fu’ad Aït Aattou, Anne Parillaud, Vincent Perez, Anne Consigny, Fellag, Nicolas Giraud, Olivier Barthelemy, Matthias Van Khache, Pierre Abbou, Tayeb Belmihoub, Salim Kechiouche
Productora: Alexandre Films / BE-FILMS / uFilm / Distribuida en España por A Contracorriente Films

Por Laura G. Torres
Con información de RTVE

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