Otorgan a Bárbara Jacobs y Carlos Martínez Assad el Premio Biblos
La comunidad libanesa en México otorgó el Premio Biblos al mérito 2013 a Bárbara Jacobs por su destacada trayectoria en la poesía, novela, ensayo y crónica periodística, y a Carlos Martínez Assad, por su labor en las ciencias sociales y la investigación histórica que ha dejado plasmada en 50 libros.
El Premio Biblos, que se concede con motivo del Día Mundial del Emigrante desde hace seis años, será entregado a los galardonados el 21 de mayo en una ceremonia cuyo propósito es rendir homenaje en vida, a quien además de pertenecer a la comunidad mexico-libanesa, haya observado una trayectoria de vida en favor de la humanidad.
Jacobs, cuyos cuatro abuelos son de origen libanés, tres son de religión cristiana maronita y uno judío, explicó a La Jornada que Líbano siempre ha estado presente en su literatura, así como la lengua árabe, ya que ha incluido algunos términos en sus escritos.
La autora de Antología del caos al orden ha publicado dos ensayos en los que aborda el tema de su identidad, que a su vez comparte otras muchas. «Hay una babel de lenguas y de religiones en mí, porque casualmente mis abuelos maternos eran maronitas, pero los paternos, aunque también son libaneses, eran judíos, mas no crecí en la religión judía, sino en una mezcla sincretizada de los maronitas, el catolicismo y el libre pensamiento de mi padre.»
Para la colaboradora de La Jornada, el Premio Biblos es como una «estrellita» que le ponen sus abuelos, porque su trabajo es reconocido. Sostuvo que contar con una doble nacionalidad es como tener los brazos abiertos sin fronteras, lo cual ha tratado de reflejar en sus textos.
La escritora reconoció que ha sido difícil escribir con esa mezcla de identidades, ya que en ocasiones los lectores le señalan que sus libros no tienen personajes mexicanos; de igual forma le han criticado que empleé términos en inglés o francés.
Sin embargo, Jacobs aseguró que en la literatura encontró una forma de comunicación con la sociedad, y que a través de la palabra escrita ha expresado lo que siente, pues se considera de personalidad reservada. “Mi trabajo en La Jornada es mi contacto con el mundo; así me comunico”, aseguró la escritora.
Carlos Martínez Assad creció entre dos mundos, porque con su abuelo materno siempre habló de Líbano, mientras que con su padre, que era de Lagos de Moreno, Jalisco, las tradiciones mexicanas estuvieron presentes.
Recordó que en 1975 visitó por primera vez Líbano y fue una experiencia brutal, porque vivió el comienzo de la guerra e incluso no podía salir del país cuando debía regresar a México.
«Se vive siempre esa doble identidad de estar en una y otra parte, y el premio Biblos al mérito es un reconocimiento a los lazos familiares, a compartir algunos principios culturales fuertes, pero en mi caso tiene que ver también con que he trabajado varios libros sobre los inmigrantes libaneses y la situación en ese país.»
Los cuatro puntos orientales es el libro más reciente del investigador, en el que aborda el mundo árabe actual. De acuerdo con el autor, la migración árabe –en particular la de religión musulmana– ha llegado a una escala que alarma a los gobiernos europeos.
Indagar sobre lo que ha sido la historia de los libaneses en el país, además de la historia sobre México y la Revolución Mexicana, ha sido el leitmotiv de Martínez Assad, quien comentó que en el barrio de La Merced, aún hay varios libaneses en las misceláneas o tiendas de hilos.
Entre la historia y la literatura el investigador ha encontrado retroalimentación; esto lo ha demostrado en sus publicaciones y en los cursos de posgrado que imparte en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sobre la historia de la Cristiada.
Martínez Assad señaló que sin la historia no se entiende el presente, por ello sus trabajos tienen «densidad histórica: aunque hable del momento, siempre estoy pensando en el pasado; por ejemplo, si quiero escribir de los gobernadores en México, inmediatamente pienso cómo se formó la figura del gobernador y cómo fueron los caciques… en fin, pienso en los referentes. Estoy convencido de que el presente se construye con un conocimiento del pasado».
Acerca de ese tema, Jacobs afirmó que «no hay literatura, no hay nada por generación espontánea. Todo viene de algo. La historia y la literatura están muy relacionadas. ¿Quién puede asegurar que mucha de la historia que nos hemos aprendido de memoria fue como dicen? Existe la interpretación de la historia. Tanto la novela como la historia son reinterpretaciones de una vida».
La entrega se realizará el 21 de mayo, a las 20 horas en el salón Baalbeck del Centro Libanés (Hermes 67, esquina Barranca del Muerto). Estarán como testigos de honor el rectos de la UNAM, José Narro Robles, y el embajador de Líbano, Hicham Hamdan.
Por Fabiola Palapa Quijas
Con información de : La Jornada
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