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La suma de todas las voces – La influencia hispano-árabe en América Latina

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Español Mexicano: La forma del español hablado en México principalmente en la zona centro presenta un sustrato indígena principalmente nahuatl, sobre el que se depositó la lengua castellana. Sin embargo, si bien en el léxico su influencia es innegable, apenas se deja sentir en el terreno gramatical.

En el vocabulario, además de los mexicanismos con los que se ha enriquecido la lengua española (como jícara , petaca, petate aguacate, tomate, hule, chocolate etc.) el español de México cuenta con muchos nahuatlismos que le confieren una personalidad léxica propia.

Puede ocurrir que la voz nahuatl coexista con la voz española, como en los casos de cuate y amigo, guajolote y pavo, chamaco y niño, mecate y reata, etc. En otras ocasiones, la palabra indígena difiere ligeramente de la española, como en los casos de huarache, que es un tipo de sandalia; tlapalería, una variedad de ferretería, molcajete, un mortero de piedra, etc.

Español Mexicano del Norte: El español usado en el norte de México (Chihuahua, Sonora, Nuevo León, Sinaloa , Coahuila y Tamulipas) se diferencia del de otras regiones de México principalmente en la entonación de las palabras (acento norteño). Conserva las mismas diferencias que tiene la variante mexicana con respecto al español peninsular (el uso universal del pronombre personal ustedes para situaciones formales e informales, el seseo y el yeísmo).

Español Paraguayo: El Español usado en Paraguay al igual que en las provincias argentinas de Misiones, Corrientes, Formosa y Chaco se caracteriza por tener fuertes influencias del guaraní. Paraguay es el único país hispanoamericano con la mayoría de su población bilingüe. El Español paraguayo no difiere demasiado en su forma escrita del resto del español del Cono Sur.

Español Peruano: En el Español hablado en Perú hay dos formas características del habla.

La primera es la ribereña propiamente tal y la modalidad central o limeña, cuyo origen fue en la ciudad de Lima de donde se irradió a toda la costa. Lima fue entre 1535 y 1739 la capital del imperio español en Sudamérica desde donde se irradiaba la cultura y su habla se convirtió en la más castiza por ser allí la sede de la famosa Universidad de San Marcos de Lima y al hecho de que fue la ciudad que contó con el mayor número de títulos nobiliarios de Castilla fuera de España.

La otra variedad principal del español de la costa del Perú es la aparecida luego de la penetración de los hábitos lingüísticos de la sierra y del ámbito rural a las ciudades de la costa y la propia Lima.

Se podría catalogar a esta lengua de sub-culta y es hoy en día la que habla la juventud y las grandes mayorías residentes en la capital.

Español Puertorriqueño: El español puertorriqueño es la variante  del idioma español empleado en Puerto Rico.

Se distingue por la aspiración de la /s/ final o interconsonántica al final de sílabas (transformando /adiós/ en /adioh/ u /horas/ en /horah/), la elisión de las dentales en los sufijos -ado, -edo e -ido y sus correspondientes formas femeninas -convirtiéndose en -ao, -eo e -ío-, y la pérdida de la oposición fonológica entre /r/ y /l/, que resultan alófonos, permitiendo tanto la forma /señol/ como /señor/ o /Puelto Rico/” como /Puerto Rico/.

Español Rioplatense o Español Porteño: El español rioplatense es una variante del castellano que se usa en los alrededores del Río de la Plata, la provincia argentina de Buenos Aires y Uruguay.

Se diferencia del castellano del resto de Latinoamérica principalmente porque en lugar de decir “tú” se utiliza “vos” (con una deformación verbal en la zona bonaerense), algunas palabras varían su acentuación y las palabras con “elle” suenan como “ye” y en algunas regiones como “sh”.

Hay diferencias de vocabulario y de morfología entre el español argentino y el uruguayo. Ambos incorporan voces del guaraní: tapir, ananá, caracú, urutaú, yacaré, tapioca, mandioca.

Además se aprovechan ciertas posibilidades propias de la lengua en la extensión del uso de aumentativos y diminutivos: pesitos, cerquita, amigazo, buenazo, grandote…

La frase verbal sustituye el futuro, por ejemplo: voy a ir (por iré), voy a cantar (por cantaré)…

Y en el vocabulario: Lindo (bonito), Pollera (falda), Vereda (acera), Flete (caballo).

El español rioplatense se ha enriquecido con la influencia de los inmigrantes que se asentaron en la zona y también con voces nativas. Entre los grupos inmigrantes se destaca la influencia del italiano y el francés.

En Argentina, se llama lunfardo al argot. En su origen el lunfardo más cerrado comenzó como lenguaje carcelario de los presos para que los guardias no los entendieran. Muchas de sus expresiones llegaron con los inmigrantes europeos (principalmente italianos).

Hoy en día, muchos de los “términos lunfardos” han sido incorporados al lenguaje habitual de toda la Argentina, mientras que gran cantidad de las palabras del lunfardo en su época de arrabal han caído en desuso.

La lengua existe en la medida en que existen los hablantes. El habla es una actividad humana cuyo uso sirve para la comunicación. El habla, que se presenta incluso en algunos textos para evitar cierta formalidad en la lengua escrita, expresa el mecanismo psicofísico del autor. Es un acto de voluntad e inteligencia, individual y diferente de persona a persona. Es cambiante según el paso del tiempo y de la vida moderna.

Los dejamos con este artículo de  Ofelia Pérez publicado originalmente por el The Huffington Post 

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