"Cuesta aceptar que la presencia árabe forme parte de nuestra cultura"
El profesor Miguel Ángel Manzano protagoniza la penúltima jornada sobre Al-Ándalus, ciclo que se celebra hasta hoy en el Alcázar, con una conferencia sobre la última invasión norteafricana de la Península.
«¿Qué pensaríamos si un catedrático de Alemán estuviera todo el día hablando de nazismo? Afortunadamente, los alemanes han hecho algo más. No se enjuicia por esos hechos terribles. Lo mismo sucede con la civilización islámica. Hay que leer, profundizar y entender la cultura que dejaron, no quedarse con las etapas de integrismo, igual que tuvimos nosotros la Inquisición». El doctor en Filología Semítica (Árabe e Islam) por la Complutense de Madrid y profesor de la Universidad de Salamanca Miguel Ángel Manzano, no quiso dejar a nadie indiferente en su intervención ayer en las Jornadas de Al-Ándalus que se celebran hasta hoy, en el Alcázar, y que han sido coordinadas por los investigadores Miguel Ángel Borrego y Juan Félix Bellido.
El estudioso puso sobre la mesa un tema que ha trabajado con continuidad los últimos años y al que Manzano dedicó su tesis doctoral: ‘La última invasión norteafricana de la Península’, la más desconocida «porque es la más difícil de conocer. En teoría no es que aportaran mucho ya que los benimerines no pudieron echar a los nazaríes, por lo que la impresión es que parece que no hicieron nada. Pero es interesante dar a conocer el tan sólo hecho de que vinieran, reconstruir a la vez los ataques y lo que supuso la posibilidad de una tercera invasión». Un asunto que Manzano llevó también al plano internacional, en un tránsito de la Baja Edad Media al Renacimiento en el que hay una internacionalización del conflicto, «igual que el norte de África viene a la Península, pues un rey tan célebre como Alfonso X proyectó una cruzada en el norte de África. Y es que había alianzas con otros países, con el comercio de por medio, que era sagrado». El profesor se centró también en los puntos atacados, uno de ellos fue Jerez. Y es que hay una fuente árabe que le dedica 33 días de asedio a la ciudad (que no se consiguió tomar), en la última expedición, allá por 1285. «Uno se pregunta por el valor simbólico de la ciudad, su importancia para estas tropas, que lo fue, sin duda», comentó el investigador.
Una conferencia de la que se derivaron temas controvertidos, como los mitos que todavía hay que derrumbar en torno al mundo andalusí. «Y es que cuesta mucho aceptar que la presencia árabe, en general, en España fue una cosa importante que forma parte de nuestra historia. No son siquiera 800 años, son muchos más. No es sólo 711 ó 1492. Los últimos árabes, moriscos, que salieron de la Península se marcharon en el siglo XVII y eso parece que ya no forma parte de nuestra historia. Ni es mejor, ni es peor, es». Manzano subrayó que guste «o no guste, el Islam dio soluciones prácticas para la vida, en un momento en el que el Cristianismo estaba en horas bajas, desde la conversión hasta la época precarolingia. Los primeros califas, a los que les gustaba vivir bien, construían sus palacios, tenían sus dietas, buenos médicos…, en comparación con los cristianos, que tenían muy mala dieta. Cuando se acaba la conquista, los vencedores crean cultura y hay un momento determinado en que para leer a Aristóteles hay que pasar por los árabes porque el Cristianismo no tenía interés por la cultura clásica. Los árabes sí». Teorías que ya aportaba el profesor Federico Corriente (doctor en Filología Semítica por la Universidad Complutense de Madrid), que ha comentado que expresiones del léxico cotidiano han pasado a través de los moriscos. «Todos hemos oído cantar a nuestras abuelas eso de «a la lima y al limón», o expresiones como «erre que erre», que no es precisamente una alabanza… Todo esto que se ha ido colando, al lado de cuestiones tan destacadas como la dieta, las construcciones…, no pueden dejar de interesar a nadie. El problema es que el Islam se ha forjado en España como enemigo y sigue hoy así. Lo que interesa no es el integrismo, sino lo que queda de la cultura, porque el ser humano produce cultura. La suma de esas culturas es lo que hace la historia. Hay un momento en que el árabe era muy fuerte y la gente quería aprender árabe porque era la lengua de la cultura. Nos gustará o no, no es ni mejor, ni peor, pero era así».
A este respecto, Manzano apuntó que en España sigue costando llegar al mundo árabe, «porque tenemos una imagen muy particular de él. Estamos viviendo una fase de simplificación de valores en el mundo en general. Y parte de culpa la tenemos los arabistas, que no sabemos transmitir bien». A lo que se suma que las autoridades «te dejen o no hacer. Ya hay experiencias pilotos de enseñanza del árabe en Secundaria, que no sé cómo han salido, para que no sea necesario llegar hasta la Universidad para aprender estas cosas. La educación en el mundo mueve mucho dinero y hay unas necesidades que cubrir y nos podemos acercar a esos mercados. Pero a veces, nos falta apoyo e iniciativa, pero prejuicios hay todos los que queramos». En este sentido, el profesor habló del miedo a una nueva ‘invasión’, «porque hay un componente subjetivo: el Islam allí donde ha llegado siempre se ha quedado, excepto en Al-Ándalus. Pero las dos imágenes que tienen hoy muchos alumnos son que o en Al-Ándalus era todo armonía y pasaba una alfombra mágica cada minuto, o la imagen de la metralleta. Ni una cosa ni la otra, pero si prima una es la última, la del integrismo».
En 2012, Manzano asegura que aún quedan muchas cosas que estudiar sobre Al-Ándalus, «se ha avanzado mucho en la parte histórica y literaria, pero queda por hacer en epigrafía y arqueología. Y evidentemente, una revisión de lo ya hecho porque siguen apareciendo nuevas fuentes, documentos, inscripciones que no se habían planteado, que van completando parcelas. No cambiarán sustancialmente lo que ya conocemos, pero ciertas cosas sí».
Además de Manzano, intervinieron los profesores Fernando Nicolás Velázquez Basanta y Juan Abellán Pérez, que hablaron de ‘Ibn Yuzayy, autor de la ‘Descripción anónima de Al-Ándalus’, y Jerez en los inicios de la guerra de Granada: la toma de Alhama (1482)’, respectivamente.
La clausura de las jornadas tendrá lugar hoy, a las 20 horas, también en el Alcázar, con la intervención de los profesores e investigadores Manuel Espinar, Virgilio Martínez Enamorado y Rafael Valencia, que hablarán de ‘De las fitnas y el califato’.
Por A.Cala
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