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Dios antes de los tiempos

Las similitudes existentes en las distintas culturas antiguas y la Biblia son asombrosas. Diversas teorías ponen de manifiesto una apropiación hebrea de los más variados relatos de los pueblos antiguos y la consiguiente adaptación a la cultura hebrea a través de los libros sagrados hasta llegar a la Biblia tal cual hoy conocemos.

Para desglosar estas “similitudes” comenzaremos por “la creación”:

Según la Biblia, en el Génesis, Dios creó al mundo en 6 días y el séptimo descansó. Creó todas las cosas y al hombre (hecho a su imagen y semejanza), creado del polvo de la tierra, al que llamó Adán y a partir de una costilla de éste creó a la mujer a quién llamó Eva. (Génesis 1.2:3)

Zoroastrismo

El zoroastrismo, por el nombre de su fundador, es la denominación de la religión y filosofía que, derivada de una religión anterior denominada mazdeísmo, se funda en las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro (Zarathustra), que reconocen como divinidad a Ahura Mazda, considerado por Zoroastro como el único creador increado de todo.

Las escrituras Zoroastristas diez siglos antes de la creación de La Biblia, hablaban de cómo Ormuz creó el mundo y los dos primeros seres humanos en seis días y descansó en el séptimo. Los nombres de estos dos seres humanos eran Adanma y Evah.

Según los relatos Bíblicos, Dios da al hombre de comer de todos los árboles del Edén, excepto de aquel de la ciencia, del bien y del mal (Génesis 2:17). Los datos Bíblicos manifiestan que al desobedecer, Adán y Eva, fueron expulsados de Edén.





La Epopeya de Gilgamesh

La Epopeya de Gilgamesh, es un relato sumerio antiguo que data de más de 6.000 años.   En él se relatan las historias Gilgamesh, monarca sumerio, señor de Urk (actual Irak), cuyas tablillas de arcilla reflejan la búsqueda de la inmortalidad.

La Epopeya de Gilgamesh habla de cómo se crea al hombre de la tierra, como habita un paraíso y como se le entrega una mujer que le dará de comer un alimento por el que será obligado a abandonar el paraíso, 1.600 años antes de la creación de la primera Biblia.

He aquí las similitudes de “la creación” entre la cultura Sumeria y la Biblia.

En Génesis capítulo 5 se narra la descendencia de Adán y Eva fuera de Edén, hasta llegar a Noé (padre de Sem ,Cam y Jafet, antecesores de las tribus de Medio Oriente).

En el capítulo 6 de La Biblia, se pone en evidencia el arrepentimiento de Dios ante la maldad del hombre (producto de su creación), por lo que decide arrasar con la tierra mediante un diluvio. Razón por la cual, encomienda a Noé, la creación de un Arca en la que Noé y su familia se salvarían llevando consigo una pareja de animales de cada especie (Génesis 6: 9,22).

Según el relato sumerio, se le advierte una inminente inundación, provocada por un Dios, y se lo instruye para la creación de un barco con el fin de sobrevivir. Las dimensiones del barco son de 120 codos, construido con maderas. Después de la inundación, el barco cae encima de una montaña donde el hombre envía una serie de aves a encontrar tierra firme. Con el tiempo se les permite a los tripulantes, personas y animales, ser libres y para ello se solicita un sacrificio al Dios que los salvó.

Esta es la historia de Utnapishtim, el hombre de quien se habla en la Epopeya de Gilgamesh, dieciséis siglos antes de la Biblia.

La Instrucción de Amenemope

El Libro de los Proverbios, adjudicados al rey Salomón, Hijo del rey David, rey de Israel, tienen una sorprendente similitud con los papiros que contienen “La instrucción de Amenemope”, en Egipto. Es el nombre de una obra literaria del Antiguo Egipto del género sebayt o instrucciones en la que el escriba Amenemope, hijo de Kanajt, da a su hijo consejos de integridad, honradez, autodominio y amabilidad, y le explica cómo lograr estas metas en vida alejándose de los aduladores y depositando toda la confianza en los dioses para conseguir una vida feliz.

Consta de una introducción, treinta capítulos en forma de proverbios y un colofón. Se cree que data de finales de la dinastía XIX o principios de la XX, aunque las copias conservadas son posteriores. Está considerada como una de las obras maestras de la literatura egipcia.

El Libro de los Muertos egipcio

Los diez mandamientos relatados en La Biblia en el Éxodo, capítulo 20, señalan las tablillas de piedras escritas por el dedo de Dios en el monte Sinaí y entregadas a Moisés tras la huída de Egipto del pueblo de Israel hacia la “Tierra Prometida”. Hecho acontecido en 1490 a.C. Sin embargo, en el 2.600 a.C, ya existía “El Libro de los Muertos” egipcios donde en el capítulo 125 (El texto consistía en una serie de sortilegios mágicos destinados a ayudar a los difuntos a superar el juicio de Osiris, asistirlos en su viaje a través de la Duat, el inframundo, y viajar al Aaru, en la otra vida).

Una declaración de inocencia ante el gran dios Osiris. Allí se pueden encontrar los diez mandamientos. Tal vez haya sido la inspiración, dadas las similitudes de la declaración con los diez mandamientos de la Biblia. El Libro de los Muertos egipcio data de 3.000 años antes que La Biblia.

Volviendo a Zaratustra y los textos sagrados, se pueden encontrar muchas similitudes con el Libro de Isaías Bíblico. Las preguntas formuladas en Gathas de Zaratustra Yasna son respondidas en Isaías.

Una teoría, sino la más importante, atribuye la influencia Mesopotámica a la cultura israelita, teniendo en cuenta que Abraham, Patriarca y primer profeta Bíblico, había nacido en Caldea (actual Irak). No menos menor es el dato de las culturas del pueblo de Dios, influenciados por las culturas Babilónicas y Egipcias, donde habitaron, convivieron y tuvieron acceso a las escrituras y conocimiento de las culturas antes mencionadas, en parte por mezclarse con los pueblos en donde ellos eran “forasteros” y resultaba de vital importancia pertenecer, ser parte de los mismos.





Ángeles y demonios

La teoría de ángeles y demonios, inicialmente creada por el Zoroastrismo. Las jerarquías angélicas. En los textos sagrados se pueden encontrar hechos como la idea de Satanás y la batalla entre las fuerzas del bien y del mal. Zaratustra es representado gráficamente con un halo de luz como a menudo son representadas las figuras cristianas.

Mitraísmo Persa

 Las mujeres estaban excluidas de los misterios de Mitra. En cuanto a los varones, parece que no se requería una edad mínima para ser admitido, e incluso fueron iniciados varios niños. La lengua utilizada en los rituales era el griego, con algunas fórmulas en persa (seguramente incomprensibles para la mayoría de los fieles), aunque progresivamente se fue introduciendo el latín.

La existencia de un paraíso para los buenos y un infierno para los malos es muy anterior a la edición de La Biblia.

El Nuevo Testamento, menciona en Mateo la existencia de una Trinidad conformada por : Padre-Hijo y Espíritu Santo, misma Trinidad de la que hablan los textos egipcios: Amón- Ra y Ptah, o los sumerios: Ishtar-Baal y Tammuz, miles de años antes.

La idea del mesías o Salvador, un ser semi-dios, mitad humano, mitad divino que ha venido  al mundo a salvar al hombre, está presente en las primeras religiones de la historia de la humanidad.

Es así como en las distintas religiones encontramos al Hombre, hijo de Dios. Horus, 3.000 años a.C (Egipto), Krishna, 900 años a.C (India), Heracles, 800 años a.C (Grecia), Mitra, 600 años a.C (Persia), Buda, 563 años a.C (Nepal), Dionisio, 500 años a.C (Grecia), Tammuz, 400 años a.C (Sumeria), Hermes (Grecia) y Adonis (Fenicia y Judea) 200 años a.C.

Un solo Dios, Todos los pueblos

Lejos está en nosotros propiciar el descreimiento de los relatos Bíblicos. Nuestra intención es corroborar la existencia un solo Dios único y verdadero, presente desde tiempos inmemoriales, en todas las culturas, en todos los procesos de la raza humana, en todos los tiempos. Esa existencia que afianzó los lazos con los hombres, con su creación. Esta nota pretende poner de manifiesto esa común unión entre Dios y los hombres independientemente de su nombre pero por sobre todas las cosas, la destrucción del mito del “pueblo elegido”. Dios se ha manifestado al hombre con mil rostros, con mil nombres, más nunca dejó de Ser, de estar, de existir. Es por esto que desmitificar la existencia de Dios sería como desentendernos de la humanidad misma. No ocurre lo mismo con las afirmaciones hebreas, esa idea que, en estos tiempos resulta casi absurda, de la elección de “un pueblo” en particular, es decir, el llamado “pueblo de Israel”.

En honor a la verdad el mismo Dios de la creación ha estado presente en todas las culturas, demostrando la preferencia por “El Hombre” y no por los deseos de un sector que plantea una predilección con el solo fin de justificar su existencia, como si el resto de la humanidad no fuera digna de un Dios.

Con información de The Hero with a Thousand Faces-Joseph Campbell

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