Profetas en el Islam – El Profeta Nuh – (Noé)
El Profeta Nuh (Noé)
(Que la paz sea con Él)
Sayyedina Nuh fue uno de los primeros profetas que fueron mandados a la humanidad, y sin embargo es uno de los profetas de cuya vida la gente todavía conoce hoy en día.
Sayyedina Nuh fue mandado en un tiempo cuando la mayoría de los descendientes de Adam y Hawwah se habían volteado de la guía de Allâh, negándose a adorarlo a Él y rechazando a Sus mensajeros: La gente de Nuh negó a los enviados, cuando su hermano Nuh les dijo: ¿No vais a tener temor? Yo soy para vosotros un mensajero fiel. Así pues temed a Allâh y obedecedme. No es pido ningún pago por ello; mi recompensa sólo incumbe al Señor de los mundos. Así pues, temed a Allâh y obedecedme.
Dijeron: ¿Vamos a creer en ti cuando los que te siguen son los mas bajos?
Dijo: No me corresponde lo que hacen. Su cuenta no incumbe sino a mi Señor, si fuerais conscientes. Y yo no voy a rechazar a los creyentes, Yo sólo soy un advertidor explícito. Dijeron: Si no dejas de hacerlo, Nuh, date por lapidado. (26.105-116)
Y también, Enviamos a Nuh a su gente: ¡Advierte a tu gente antes de que les llegue un doloroso castigo! Dijo:
¡Gente mía! He venido a vosotros para advertiros con claridad, que adoréis a Allâh, Le temáis y me obedezcáis. El os perdonará vuestras faltas y os dejará hasta un plazo fijado, pero cuando el plazo de Allâh llegue a su fin, no habrá más demora. ¡Si supierais! (71.1-4)
Y también: Recítales la historia de Nuh cuando dijo a su gente: ¡Gente mía! Si no podéis soportar mi posición y que os llame al recuerdo con los signos de Allâh… En Allâh me apoyo. Decidid lo que vayáis a hacer encomendándoos a los dioses que asociáis (con Allâh), hacedlo abiertamente y llevadlo a cabo en mí sin más demora. Y si os apartáis… Yo no os pedí ningún pago, mi recompensa incumbe únicamente a Allâh. Se me ha ordenado ser de los que están sometidos. (10-71-72).
Y también: Y así fue como enviamos a Nuh a su gente, y les dijo: ¡Gente mía! Adorad a Allâh, fuera de Él no tenéis a otro dios; temo para vosotros el castigo de un día terrible. Dijeron los ricos y principales de su gente: Te vemos en un claro extravío. Dijo: ¡Gente mía! No hay en mí extravío alguno, sino que soy un mensajero del Señor de los mundos.
Os hago llegar los mensajes de mí Señor y os aconsejo; y sé, procedente de Allâh, lo que no sabéis. ¿Os sorprende que os haya llegado un recuerdo de vuestro Señor a través de uno de vosotros para advertirlos y para que fuérais temerosos y se pudiera tener misericordia con vosotros? (7.58-62).
Sin embargo las palabras de sayyedina Nuh fueron para orejas sordas: Dijo: ¡Señor mío! He llamado a mí gente noche y día pero mi llamada no ha hecho sino aumentarles su rechazo. Cada vez que les he llamado a Tu perdón, se han puesto los dedos en los oídos y se han tapado con sus vestidos, aferrándose a lo suyo con gran soberbia.
Los he llamado de viva voz y les he hablado en público y a cada uno en privado. Y les he dicho: pedid perdón a vuestro Señor, Él es muy Perdonador. Enviará sobre vosotros el cielo con lluvias abundantes y os dará más riquezas e hijos, así como jardines y ríos.
¿Pero qué os pasa que no podéis concebir grandeza en Allâh cuando Él os creó siete cielos uno sobre otro y puso en ellos una luna a modo de luz y un sol a modo de lámpara, y os originó a partir de la tierra, cual plantas? Luego os hará regresar a ella y os hará salir de nuevo. Allâh os ha puesto la tierra extendida para que en ella recorriérais amplios caminos.
Dijo Nuh: ¡Señor mío! Me han desobedecido y han seguido a quien no les procura ni más riquezas ni más hijos, sólo perdición.
Y urdieron una gran estratagema. Dijeron: No abandonéis a nuestros dioses; no abandonéis a Wudd ni a Suwa’a ni a Yaghuz ni a Ya’uq ni a Nasr. (Dijo Nuh🙂 Ellos han extraviado a muchos: ¡No acrecientes a los injustos sino en extravío! (71.5-24).
Fue por la persistencia de la gente que hace la maldad en no hacerle caso a el mensaje que por fin sayyedina Nuh rezó por su destrucción, no por venganza, si no que quería que la tierra estuviera limpia de la gente corrupta y de los que hacen a otros corruptos: Y dijo Nuh: ¡Señor mío! No dejes en pie sobre la tierra ningún hogar de incrédulos. Pues si los dejas, extraviarán a Tus siervos y no engendrarán sino libertinos e incrédulos.
¡Señor mío! Perdóname a mí y a mis padres y a todo aquel que entre creyente en mi casa, así como a todos los creyentes y a todas las creyentes. Y no acrecientes a los injustos sino en destrucción. (71.26-28).
En otro lugar del Corán, en Surat al-Muminun, Allâh describe a la gente que rechazo a sayyedina Nuh en estos ayat:
Enviamos a Nuh a su gente y dijo: Gente mía, adorad a Allâh, no tenéis a otro dios mas que Él. ¿No váis a temerle? Y dijeron los magnates, que eran los que de su pueblo se habían negado a creer: No es más que un hombre como vosotros que busca la supremacía entre vosotros, si Allâh hubiera querido habría hecho bajar ángeles. No habíamos oído nada de esto de nuestros primeros padres. No es más que un hombre poseso, dadle un tiempo de espera. (23.23-25)
Y también, Enviamos a Nuh a su gente: “Es verdad que soy para vosotros un claro advertidor”. Adorad sólo a Allâh pues temo para vosotros el castigo de un día doloroso. Y dijeron los magnates, aquellos de su gente que no creían: No vemos en ti sino a un ser humano como nosotros y vemos que sólo te siguen los más bajos de nosotros, sin ninguna reflexión; y tampoco vemos que tengáis ningún mérito sobre nosotros, sino que por lo contrario os tenemos por mentirosos.
Dijo: ¡Gente mía! Decidme: Si estoy basado en una prueba clara de mi Señor y Él me ha concedido una misericordia de junto a Sí que a vosotros se os ha ocultado. ¿Es que vamos a obligaros a aceptarla si os produce aversión?
¡Gente mía! No os pido a cambio ninguna riqueza pues mi recompensa sólo incumbe a Allâh y no pienso despreciar a los que creen porque ellos encontrarán a su Señor; sin embargo os veo gente ignorante. ¡Gente mía! ¿Quién me defendería de Allâh si los desprecio? ¿Es que no váis a recapacitar? Y no os digo que poseo los tesoros de Allâh ni que conozco el No-Visto, ni digo que sea un ángel ni les voy a decir a aquéllos que vuestros ojos desprecian, que Allâh no les va a dar ningún bien, pues Allâh sabe mejor lo que hay en sus almas, y en ese caso yo sería de los injustos.
Dijeron: ¡Nuh! Nos has refutado y has aumentado la disputa entre nosotros; haz que venga a nosotros la amenaza que aseguras, si eres de los que dicen la verdad. Dijo: Allâh hará que os llegue si Él quiere y no podréis impedirlo. Si Allâh quiere desviaros, mi consejo, aunque quiera aconsejarlos, no os servirá de nada. Él es vuestro Señor y a Él habéis de regresar. O dicen: Lo ha inventado. Di: Si lo he inventado, sobre mí recaerá el mal que haya hecho, pero soy inocente del mal que vosotros hagáis. (11.25-35).
Entonces sayyedina Nuh, la paz sea con el, se volteó a Allâh y le pidió su ayuda, y su oración fue contestada: Dijo: ¡Señor mío, ayúdame ya que me tratan de mentiroso! Entonces le inspiramos: Construye una nave bajo Nuestra mirada e inspiración. Cuando Nuestra orden llegue y el horno se inunde, embarca en ella a dos ejemplares de cada especie y a tu gente, con la excepción de aquel contra el que se haya decretado una palabra previa.
Y no Me hables a favor de los injustos, pues en verdad han de perecer ahogados. Cuando tú y quienes están contigo hayáis subido en la nave, di: Las alabanzas a Allâh que nos ha salvado de la gente injusta. Y di: ¡Señor mío! Haz que arribe a un lugar bendito. Tú eres el mejor en hacer llegar a buen término. Es cierto que en éso hay signos: No hicimos sino ponerlos a prueba. (23.26-30).
En otro lugar del Corán, en Surah Hud, la respuesta de Allâh a la oración de sayyedina Nuh, es descrita en estos ayat:
Y le fue inspirado a Nuh que excepto los que habían creído, nadie más de su gente creería. ¡No te entristezcas por lo que hacen! Construye la nave bajo Nuestros ojos e inspiración y no me hables de los que han sido injustos pues realmente ellos van a ser ahogados!
Y mientras construía la nave, cada vez que pasaban por delante algunos de los principales de su gente, se burlaban de él. Dijo: Si os burláis de nosotros, ya nos burlaremos nosotros de vosotros como os burláis ahora.
Y ya sabréis quién va a llegarle un castigo que le humillará y sobre quién se desatará un castigo permanente.
(11.36-39).
Cuando llego la hora, agua empezó a salir a chorros de la tierra al igual que caer del cielo: Antes que ellos ya había negado la verdad la gente de Nuh. Negaron a Nuestro siervo y dijeron: Es un poseso. Y lo rechazaron con amenazas. Entonces rogó a su Señor: ¡Me han vencido, auxíliame! Y abrimos las puertas del cielo con una agua torrencial, e hicimos que la tierra se abriera en manantiales y se encontraron las aguas por un mandato que había sido decretado. (54.9-12).
Y también, Así hasta que llegó Nuestro mandato y el horno rebosó, dijimos: Sube en ella una pareja de cada especie y a tu familia, exceptuando aquél contra el que ya haya precedido la palabra, y a los que crean; pero sólo eran unos pocos los que con él creían.
Y dijo: ¡Embarcad en ella! Y que sean en el nombre de Allâh su rumbo y su llegada. Es cierto que mi Señor es Perdonador y Compasivo. (11.40-41).
Y también: Y lo llevamos en una embarcación hecha de tablas y clavos, que navegó bajo Nuestra mirada. Recompensa para el que había sido negado. La hemos dejado como un signo. ¿Hay quien recapacite? (54.13-15)
La gran cuenca de Mesopotamia, por la cual pasaban los poderosos ríos Éufrates y Tigris, ahora estaba completamente bajo agua, y conforme iba subiendo el agua, cargando el barco con ellos, uno de los hijos de Nuh fue dejado atrás: Y navegaba con ellos entre olas como montañas. Entonces Nuh llamó a su hijo que estaba aparte. ¡Hijo mío! Sube con nosotros y no estéis con los incrédulos. Dijo: Me refugiaré en una montaña que me librara del agua. Dijo: Hoy no habrá nada que libre del mandato de Allâh excepto para aquel del que tenga misericordia. Y las olas se interpusieron entre ambos quedando entre los ahogados. (11.42-43).
Ya que Nuh era su padre, no podía dejar de preguntarse el destino de su hijo: Dijo: ¡Nuh! Él no es de tu familia y sus obras no son rectas; no me preguntes por aquello de lo que no tienes conocimiento. Te advierto para que no estéis entre los ignorantes. Dijo: ¡Señor mío!, verdaderamente me refugio en Tí de preguntarte aquello de lo que no tengo conocimiento, y si no perdonas y tienes misericordia de mí estaré entre los perdidos. (11.45-47)
Ahora que estamos relatando la vida de Nuh, hay que decir que su esposa también fue de los que lo rechazó y que ella también fue de los ahogados. Eventualmente — después de cuarenta días según unas fuentes — el nivel del agua empezó a bajar: Y se dijo: ¡Tierra, absorbe tu agua! ¡Cielo, detente! Y el agua decreció, el mandato se cumplió y (la nave), se posó sobre el Yudi. Y se dijo: ¡Fuera la gente injusta! (Yudi es un monte cercano de Mosul en Irak) (11.44)
Y así fue que todos los que rechazaron a sayyedina Nuh fueron destruidos, mientras que los pocos que lo aceptaron, a lado de las criaturas de la tierra, fueron salvados: Y así fueron ahogados a causa de sus transgresiones y fueron introducidos al fuego y no encontraron para ellos quien los defendiera aparte de Allâh. (71.26-27).
Y también: Lo tacharon de mentiroso y lo salvamos en la nave junto a los que con él estaban, dejándolos como sucesores y ahogando a los que habían negado la verdad de Nuestros signos. Y mira cual fue el fin de los que habían sido advertidos. (10.73).
Y también: Lo tacharon de mentiroso y lo salvamos en la nave a él y a los que con él estaban, ahogando a los que habían negado a la verdad de Nuestros signos. Verdaderamente fueron una gente ciega. (7.63)
Una vez que había bajado el agua completamente, sayyedinah Nuh y sus seguidores- incluyendo a sus tres hijos, llamados Ham, Sham y Yafeth– estaban libres de continuar sus vidas sobre la tierra: Se dijo: ¡Nuh! desembarca a salvo con una seguridad procedente de Nosotros y con bendiciones sobre ti y sobre las comunidades de los que están contigo y las comunidades a las que dejaremos disfrutar; y luego les alcanzará de Nuestra parte un castigo doloroso. (11.48).
Y también: Y así fue como Nuh nos llamó. ¡Que excelentes Respondedores! Lo salvamos a él y a su familia de la gran catástrofe. E hicimos que fueran sus descendientes los que se quedaran. Y dejamos su memoria para la posteridad. Paz para Nuh en todos los mundos.
Así es como recompensamos a los que hacen el bien. Él fue uno de Nuestros siervos creyentes. Luego a los demás, los ahogamos. (37.75-82).
Es interesante notar en este relato que es claro en los siguientes ayah que sayyedina Nuh llegó a una edad muy avanzada: Y he aquí que enviamos a Nuh a su gente y estuvo con ellos mil años menos cincuenta. La inundación los sorprendió mientras eran injustos. Pero a él y a los que iban en la nave los pusimos a salvo, e hicimos de ella un
signo para todo el mundo. (29.13-14).
Por lo tanto la historia de sayyedinah Nuh, la paz sea con él, continuó quedando como un recuerdo para la humanidad mucho después de que sus seguidores inmediatos habían muerto, y siempre se quedó como recordatorio para la gente que entiende. Es verdad que es difícil viajar en un barco sin recordar lo que le paso a los que aceptaron a sayyedinah Nuh, y lo que le pasó a los que lo rechazaron. Como Allâh dice en Surah Ya Sin– la cual se conoce como el corazón del Corán:
Y hay un signo para ellos en cómo embarcamos a sus progenitores en la nave henchida. Y hemos creado para ellos, otras (naves) semejantes en las que embarcan. Y si queremos podemos hacer que se ahoguen sin que tengan quien les socorra ni sean salvados. A no ser por una misericordia de Nuestra parte y para concederles un disfrute por un tiempo.
Y cuando se les dice: Temed lo que hay tras vosotros y lo que ha de venir, para que así se os pueda tener misericordia. No hay ningún signo de los signos de tu Señor que les llegue, del que no se aparten. (36.40-45).
Es interesante tomar nota que en las historias de ambos sayyedina Adam y sayyedina Nuh nos damos cuenta que no puede ser posible que seamos descendientes de los monos o cualquier otro proceso de evolución. Sayyedina Adam y Hawwah fueron creados como seres humanos; la gente que descendió de ellos fueron todos seres humanos; la gente de Nuh eran todos descendientes de ellos; y todas las gentes después de la gran inundación fueron descendientes de sayyedina Nuh y los creyentes que sobrevivieron con él.
Después de las muertes de sayyedina Nuh y sus sucesores inmediatos, que Allâh esté complacido con ellos, el mismo patrón de comportamiento que había existido antes de la gran inundación empezó a emerger en las naciones que habían surgido de los descendientes de sayyedina Nuh y de los creyentes que fueron salvados con él:
Después, tras él (Nuh), enviamos mensajeros a su gente y fueron a ellos con las pruebas claras pero no creyeron lo que ya antes habían tachado de mentira. Así es como marcamos los corazones de los transgresores. (10.74).
Por Iftekhar Bano Hussain
Traducción: Abdullah Weston
Con información de Islam
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