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Latidos de poesía que unen orillas

Paloma Fernández Gomá
Paloma Fernández Gomá

Por ejemplo, en Sonata floral, poemario conformado por sonetos en los que canta a distintas flores, es posible percibir un eco de similitud con los poemas de antologías poéticas de Al-Andalus, tanto del pasado como del presente, donde éstas suelen aparecer como vehículo de mensajes en vinculación con sentimientos o reflexiones del poeta. Del mismo extraemos los versos a la lavada o espliego, en los que retoma memorias entrañadas y enseñanzas de vida:

Recuerdos viejos del azul espliego,
sobre mi casa y sobre mis sentidos;
aroma cenital con el que mido
las lágrimas de añil con que lo riego.
………………………………………
Fuiste, pues, generoso al recordarme
los límites, la sed, que me rodean,
y no llegar jamás a compararme

con los pétalos rojos que moldean
el compás de la lira al acunarme
y el canto de la mies que el viento orea (SF, “Espliego”: 7)

O este otro fragmento, con su regusto becqueriano, referido a la “tupida madreselva”,

con la que dialoga identificada en amores:
Lejos quizá de las enredaderas,
tu voz proclamará, verde y dorada,
el triunfo de la luz y de las flores.

Mi corazón así, lunas enteras,
en pos del resplandor de una mirada,
trepa y trepa, cautivo, en sus amores. (SF, “Madreselva”: 10)

Igualmente pueden rastrearse tales vetas arábigo-andaluzas en Senderos de Sirio (1999), uno de los libros más cercanos a su corazón. Allí la poeta trasciende límites espaciotemporales, otea horizontes más allá de la terrenalidad, y entonces las galaxias, la Vía Láctea, las Pléyades, Sirio, Orión y hasta el cometa Halley dicen su presente intemporal, en conjunción con un tiempo impregnado de Oriente en historia, literatura y vivencias. En esta obra Paloma Fernández Gomá rememora y teje en su discurso lírico el tiempo antiguo de las luchas por el poder en Andalucía:

La miel fue lamida por los perros
y la rapiña se apoderó de Bobastro.
El hedor de la sangre amortajó las fuentes.
…………………………………………….
De las zarzas chupaba el viento
todo el dolor vertido en la lucha,
el llanto contempló la derrota.
Las alas antiguas que guarda la noche
fueron de amargura para los vencidos.

Omar Ben Hafsum se detuvo
ante su tiempo,
aquel que fue de meloja y alcanfor
cuando el vino resbalaba en las copas
y las colmenas guardaban la mejor jalea… (SS, “XVII”: 33-34)

El resurgir del barro rememora antiguos latidos
habitados por cabalgaduras de jinetes.
Esbeltas corazas de nácar y viento
cubrieron altivos torsos
que hubieron de ser cercenados
cual tallos tiernos del más temprano fruto (SS, “XLI: 63).

A su vez, rescata armonías de poesía de aquellos maestros andalusíes que la precedieron tantos siglos antes en el canto:

Tañía la cítara Abdul Hamil
para que no hablase de guerra su jarcha (SS, “XIII”: 29).

O se hace revivencia sensible del pasado esplendor de la cultura:

Reposa, mas no muere, Azahara,
queda su belleza en el testimonio de las piedras,
hoy derrotadas entre malvas.
En la obra del orfebre
fue tallado el hueco para la amatista,
siendo hoy lugar vacío de un tiempo pasado,
solitario aleteo de palomas
alrededor de la alberca
donde el agua arribó clara y fluida,
convidando al reposo del que fuera guerrero.
……………………………………………..
Jaspes tejidos en filigrana de oro,pulidos mármoles vinosos
donde los reflejos fueron de plenitud
fundieron su paz para trocarse en tierra yerma (SS, “XXX”: 51).

Su creación lírica deviene en un recate de eternidades, pues se ha sutilizado para atrapar lo que fue y recuperarlo con sus medinas, celosías, alminares, albercas, pérgolas, arabescos…:

Otro ayer ajeno a lo que aconteció
regresa para ser de la luna su aliado.
De Al-Andalus surge incólume el almizcle
entre sendas inundadas de tiempo.
Solamente la noche sabedora de lo pretérito,
trajo el sándalo y los talismanes,
allegándolos a las riberas del agua (SS, “XXXIV”: 56).

No son ajenos a esta peculiar inclinación de su decir lírico sus siguientes poemarios. Así, “Tamiz del desasosiego” recoge un vocabulario de reminiscencias andalusíes con sus azulejos, sus estanques, sus frutales, sus almunias, sus flautas y qasidas, en tanto que Lucernas para Jericó (2003) y un poco “Cáliz amaranto” reflejan la otra columna humana, cultural y espiritual de la Andalucía del brillo fulgurante en el medioevo, la judía. De ahí las abundantes citas y alusiones bíblicas puestas de manifiesto en los epígrafes de los poemas, en versículos transcriptos del Génesis, o en esa antigua Jericó transportada al hoy con enfática voz:

Jericó rindió sus murallas al estruendo de las trompetas.
Se precipitaron las piedras, las que antes habían sido de gloria.
Regresará Josué para abrir las puertas del más excelso reino.
La muerte será vencida porque las almas morarán
en las laderas del Sinaí entre brumas.
Los cantos serán arcaicos avisos emitidos por los cuernos del pastoreo. (LJ,“XXIV”:42)

No obstante, en dichas producciones lo arábigo, siempre tan intensamente sentido, vuelve a hacerse presente a través de la mirada a su arquitectura, con la que nos devuelve imágenes de la Torre de Bujaco (Cáceres), las murallas de Almazán (Soria) o la Torre nazarí del Patio de los Arrayanes (Granada).

Ya a partir de Ángeles del desierto (2007) tiende decididos puentes a la cultura marroquí de la otra orilla del Estrecho. Ahí el desierto, la sed, la luz y las sombras son una constante, y siempre vela el ángel, al que reconoce como “un espíritu celeste que se encuentra en las tres religiones que conformaron Al-Andalus” y valora en cuanto “espíritu de la conciliación que vela todos los momentos desde su carisma atemporal” 8. Su poesía deviene entonces en aproximación y reencuentro, más aún, en real consubstanciación y síntesis entre ambas orillas y culturas, y perdurará en este derrotero en los siguientes poemarios: Desde el alféizar (2008) y Acercando orillas (2008), tan afines entre sí.

Su voz lírica en el corpus último desnuda el apasionado interés de Paloma Fernández Gomá por esa ribera africana que le ha ido abriendo puertas a sus misterios seculares. Y es que ahora es tiempo de amigos, lecturas, viajes que unen orillas, con el enriquecimiento consiguiente para su espíritu y obra.

Por sus versos desfilan lugares del Magreb como Arcila, Tánger, Tetuán, Alcazarquivir, Fez o Larache, asoman su silueta por Tetuán el monte Dersa y el Gorges de la cordillera norafricana del Rif, o discurren los ríos Lucus junto a Larache y el Martín por Tetuán.

La poeta pincela instantes hondos vividos a su contacto, siempre rescatando aromas, sonidos, luces y sombras, finísimas vibraciones, rasgos siempre tan característicos de su sentir y expresar como revelan los siguientes fragmentos líricos:

Leve es la luz y la brisa que conduce
hasta el mar,
anidando en las calles,
para irradiar un eco de paz anclada
en las piedras.

Desde las murallas se agita el viento.

Huele a especias
                         a pan caliente
                                                y a sal. (AO, “Arcila”: 44)

Brota desde la fuente el rumor
de un eco, tatuaje de meditación. (AO, “Alcazarquivir”: 45)

El mar va penetrando los dinteles
o filtra el yodo de su acento
a través de ventanas
que se estrechan bajo la techumbre
de callejones sin salida. (AO, “Callejones de Larache”: 38)

Todo el aroma del mirto
fue habitado por el extenso cielo de Fez
en el amanecer, cuando aún no hubo despertado
la tórtola de su nido
ni el pregón se vio precipitado por calles
de agua que circundan el rojo núcleo de las casa,
apaciguadas bajo el lumen del alba. (AO, “Fez”: 17)

Detrás de las Columnas,
Lixus cubriría de ánforas su quietud
de tiempo estremecido
o aquel temprano néctar de olivos
rezumando al límite de las alcuzas. (AO, Olivos del Rif”: 50)

De sus traslados al otro lado del Estrecho trae en sus pupilas imágenes de lugares públicos, calles, plazas, monumentos: el Zoco Chico (Larache), la Avenida de las Palmeras (Larache), la Plaza Sok el Foki (Tetuán), la Puerta de Bab Tout (Tetuán), la Plaza del Fedán (Tetuán), el Castillo de las Cigüeñas (Larache), el Palacio de la Medina (Tetuán)… Y los vuelve poesía:

Multitud de estrellas deambulan
sobre la plaza del Fedán,
en cada resquicio de la noche (AO, “Tetuán”: 23)

La plaza del Fedán se abre en horizontes
de mar, que desde las palmeras otean
aquel silencio de siglos envolviendo
su presencia. (AO, “La plaza del Fedán”: 27)

En la esquina que oculta el viento
vacía quedó la plegaria del retorno,
lejos del acantilado
en su ascensión hacia la medina.
Desde el arco llega el olor del almizcle
y almendras prensadas. (AO, “Plaza Sok el Foki”: 52)

Paloma honra en su lírica a los poetas árabes que la inspiran y cuyos versos toma como epígrafes para los suyos: los grandes del pasado Ibn Hazn, Al Sharif al-Taliq, Al-Mutamid, Ibn Zaydun o Ibn Abi Ruth, entre otros, o los actuales Mohamed Sibari, Ahmed Mohamed Mgara, Mezouar El Idrissi…, sus amigos hoy luego de sus importantes recorridos enlazando las opuestas fronteras.

En un grado más de fusión y mimetismo cultural con la costa continental del otro lado del Mediterráneo, Paloma Fernández Gomá ha asumido al presente el desafío de escribir un nuevo libro adoptando la modalidad poética del zéjel, una composición lírica de gran desarrollo en la época andalusí, un tipo de poema hispano-árabe del período almorávide que alcanzó sus más altas cimas durante los siglos XI y XII. Se trata de Zéjeles de alborada, de próxima aparición.

Pero el quehacer de unificar diversidades de esta autora va más allá de su producción lírica. Así, en efecto, ha fundado en el 2001 la revista cultural internacional Tres orillas, que dirige desde entonces y que es editada y patrocinada por la Asociación de Mujeres Progresistas “Victoria Kent”. Nuevamente asistimos a una concreción de su fuerza convocante a la fraternidad y conocimiento entre los pueblos del Estrecho de Gibraltar, el Mediterráneo y aún de las costas atlánticas.

Además, no ha sido ajena a la creación, en el año 2008, de la Fundación Dos Orillas que depende de la Diputación de Cádiz. Esta institución, de la que forma parte activa, manifiesta un ideario afín al suyo, pues igualmente busca superar prejuicios y temores, tender firmes enlaces entre un común pasado y un potencial futuro construido a partir de las sendas compartidas de identidad.

Ese arrimar perfiles geográficos y presencias se ha ido acentuando en su proyección humana y literaria, y los versos últimos del poemario Acercando orillas lo testimonian cuando, en un fraternal poema, manifiesta aludiendo a las manos extendidas sobre las aguas mediterráneas que procuran estrecharse cordialmente:

Queda en silencio el reguero
de todas las manos trazando
el círculo del tiempo en aras de la amistad (AO, “Desde la amistad”: 63)

O cuando rescata el respeto a la diversidad en aquel Al-Andalus cuya conciencia busca revivir y de la que nos trae, sencillamente, la evocación de su plenitud intercultural en apenas tres versos que configuran toda una síntesis:

…la llamada de la campana,
la inercia del minarete desde su altura
y el canto unísono de la sinagoga. (AO, “Al-Andalus”: 66)

Hace tiempo Paloma Fernández Gomá escribió:

Estoy plenamente convencida de que Al-Andalus sigue viva en las conciencias de quienes apuestan por la convivencia intercultural y el respeto hacia el prójimo, así pues crece mi poesía generando un camino de encuentros que resucitan viejos recuerdos y hablan de un mayor acercamiento 9.

Entendemos que no sólo fue una declaración verbal pues, sintiendo en hondura su tierra y su rica herencia, ha asumido plenamente el compromiso de conjugar palabra y acción, reflexión y trabajo, en procura de la unidad entre hombres y culturas. Como ser humano y como poeta creemos que lo ha logrado, según intentamos mostrar a lo largo del presente trabajo, de modo tal que nos animamos a afirmar que sus “latidos de poesía” efectivamente “unen orillas”…


Bibliografía

* Fernández Gomá, Paloma (1999).Sonata floral, Algeciras, Ed. A. M. P. Victoria Kent y Junta de Andalucía
*(1999).Senderos de Sirio,Algeciras,Ed.Ayuntamiento de Bornos y Junta de Andalucía.
*(2003).Lucernas para Jericó, Algeciras,Ed. Instituto de Estudios Campogibraltareños.
* (2007). Ángeles del desierto, Málaga, Excmo. Ayuntamiento de Málaga, Área de Cultura (Colección Ancha del Carmen, 12).
* (2008). Acercando orillas, Algeciras, Ed. Fundación Dos Orillas, Diputación de Cádiz.
* (2008). Desde el alféizar, Almería, Aula de Literatura de Roquetas de Mar.

Por Susana de los Ángeles Medrano  (Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco”)
Con información del IX Congreso Argentino de Hispanistas


Notas:

Paloma Fernández Gomá: “Aproximación…”. Ver nota 6.
9 Paloma Fernández Gomá: “Aproximación…”. Ver nota 6.


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