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Latidos de poesía que unen orillas

Paloma Fernández Gomá
Paloma Fernández Gomá

En la lírica española contemporánea ya no cabe duda de que la poesía de mujer constituye un aporte significativo. Dentro de su entramado, en la panorámica actual de la lírica femenina de Andalucía, Paloma Fernández Gomá se perfila como una de las poetas más interesantes y singulares. Nacida en Madrid y asentada en Algeciras (Cádiz) desde niña, su poesía se inicia tempranamente pero recién se da a conocer en 1991 con El ocaso del girasol, al que le siguen hasta el momento una decena de poemarios más, con sucesivos crecimientos y maduración de expresión y sentir.

Por la temática de sus obras, de ahondamiento en sí misma y en el misterio que todo lo impregna, de diálogo y comunión interrogativa con lo próximo y lo sideral, de firme voluntad de encuentro con otras orillas y culturas del Estrecho de Gibraltar y mundo andalusí, y sobre todo por la permanente y rigurosa búsqueda de una expresión ‘propia’ y a la par reveladora de realidades e irrealidades, se ha convertido en un referente importante en el ámbito de la cultura y las Letras no sólo de la región andaluza sino de España, hecho corroborado por su inclusión en importantes antologías de lírica femenina nacionales y extranjeras.

Desde los ’80, la mujer española, de presencia tan restringida en la esfera pública durante los largos años del franquismo, ha ido avanzando a grandes pasos en todos los campos hasta su fuerza viva actual, cuando ocupa por mérito propio las más altas posiciones en las jerarquías política, social y cultural de la nación y sus ámbitos regionales.

Uno de los territorios conquistados en nuestros días es el de las Letras, donde ciertamente le ha sido difícil no sólo ser aceptada sino, más aún, ser valorada y reconocida en la tradición literaria y los cánones. Sin embargo, ya no puede obviarse que en la reciente contemporaneidad ha ido obteniendo relevantes logros personales y creativos que la sacan de la anterior marginalidad y la ubican en planos de mayor equilibrio respecto de sus pares hombres.

Su labor literaria es más conocida en el terreno de la narrativa, donde desde hace años se han asegurado un lugar consagrado escritoras de la talla de una Ana María Matute, una Carmen Martín Gaite o una Elena Quiroga, entre muchas otras. No obstante, en la lírica española de las últimas décadas la poesía de mujer también ha significado un importante aporte.

En este campo, siguiendo sendas semejantes a las transitadas por los poetas, ‘ellas’ se han hecho eco de las propuestas poéticas del momento instauradas por ‘ellos’, aunque con sello personal distintivo, o bien han inaugurado originales derroteros, sacando a relucir un decir y sentir propios de mujer, revelado en temáticas, usos lingüísticos, fraseos… Y es que la mujer ha salido del silenciamiento y ha recuperado, por fin, la palabra. Un fenómeno que se replica y expande ahora por ciudades y pueblos, a lo largo y ancho de España toda.

Andalucía no es una excepción en esto. Antes bien, como tierra apreciada desde siglos por la excelencia de sus poetas, anida a un grupo interesantísimo y abundante de mujeres creadoras que hacen oír sus voces ricamente matizadas. Las hay de larga trayectoria como Concha Lagos, Carmen Martín Vivaldi o Julia Uceda, y otras muy jóvenes como Balbina Prior, Elena Medel, María Luz Escuín, Ana Isabel Caride o María Jesús Soler Arteaga, por dar apenas un puñado de nombres de las muchas que merecen ser leídas y conocidas.

Forzando el recorte a una sola voz, hemos de decir que, en la específica urdimbre de la lírica femenina de Andalucía, Paloma Fernández Gomá se perfila como una de las poetas más profundas y singulares de nuestros días por obra y trayectoria.

Nacida en Madrid en 1953 y asentada en Algeciras (Cádiz) desde su adolescencia, allí su poesía se inicia de modo temprano pero recién se da a conocer en 1991 con El ocaso del girasol, al que le siguen hasta el momento Calendas (1993), Sonata floral (1999), Paisajes íntimos (2000), Senderos de Sirio (2000), Umbral de vigilias (2000), Lucernas para Jericó (2003), Tamiz del desasosiego (2003), Cáliz amaranto (2005), Ángeles del desierto (2007), Desde el alféizar (2008) y Acercando orillas (2008) 1, en un proceso de sucesivos crecimientos y maduración de su expresión.

La vocación poética de esta autora fue clara desde un principio, y luego las asiduas lecturas fueron profundizando y abonando el terreno para la posterior germinación de su decir lírico. En sus palabras:

La Poesía siempre llamó a mi puerta o bien siempre estuve con la puerta abierta, desde niña, adolescente y durante la juventud. Siempre leí mucho a los clásicos, la Generación del 27, Generación del 98, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado…Un largo etcétera de autores 2.

Paloma Fernández Gomá tiene un sentido muy sugestivo de la poesía. Afirma: “La poesía es algo innato en el ser humano” 3 y se explaya en estas breves líneas acerca de su personal Poética:

Creo que la poesía es consustancial a la naturaleza humana y que todo hombre nace comprometido con lo que de eterno o imperecedero hay en su ser.

La poesía para mí es una catarsis necesaria para explorar lo que de inmortal tiene el alma humana. En el ser humano siempre existe un interrogante continuo sobre la existencia, que sólo él debe o puede interpretar a través de la realidad circundante, y el vínculo imprescindible de esta introspección que el hombre mantendría consigo mismo sobre la existencia se encontraría en la poesía, cauce necesario de vivencias interiores que posibilitan el diálogo de la persona consigo misma y con los demás, más allá de cualquier frontera física o cultural 4 .

Como vemos, a su entender la poesía permitiría verdaderamente el contacto con la esencialidad que somos en cuanto humanos, que operaría ‘hacia adentro’ y ‘hacia afuera’ como puente comunicante de autenticidad con uno mismo y con los hombres todos.  En conexión con tan alto e ideal sentir, también ahonda esta escritora en lo que significa ser ‘poeta’ y en cuál sería su ‘misión’:

El poeta no es un ser “raro”, es un ser diferente porque percibe aquello que está más allá de los ojos… La poesía siempre debe de dar una respuesta. El poeta debe indagar en la sociedad para rescatar los valores olvidados, es su misión: hacer que el mundo renazca de sus cenizas 5.

Esta poeta andaluza ha crecido en soledad, desde su aislamiento en Algeciras, ciudad portuaria del Mediterráneo alejada, quizás no tanto por geografía sino más bien por sus actividades e intereses económicos, de los grandes centros capitalinos de efervescencia cultural como Sevilla, Córdoba o Granada. Tan peculiar situación ha marcado por cierto sus procesos de crecimiento creativo, y con sencilla lucidez lo manifiesta así:

Yo me encuentro en mi sitio, con mi voz y mi soledad, con mi camino en parte hecho y aún por hacer. El tiempo y los hados me llevarán a donde esté escrito que deba llegar, mientras tanto yo me auto ayudaré desde mi creación, pues (…) vivo aislada de Cádiz capital y de su entorno, de Málaga y de Sevilla. Me he ido labrando mi obra con mi esfuerzo y ahí estoy, alejada de los poderes, siendo yo misma 6.

En esa soledad se fue abismando en reflexiones y maceró su quehacer lírico. De allí que desde su ‘orilla’ humana procure captar lo que late más acá y más allá de la realidad, en un puro intento de salirse de sus límites. Nuestra certeza al respecto crece cuando observamos las muchas veces que se filtran en sus versos las palabras “orillas”, “limbo”, “linde”, “frontera”, “ribera” y otras afines, con su sentido de cerca, lejos, distancia, proximidad, desafío, e incluso invitación a trasponer esa demarcación, pues toda orilla puede concebirse como la posibilidad de un puente al otro lado.

Posiblemente influya en esta reiteración léxica el hecho real de vivir en Algeciras, sobre las costas de una bahía homónima que linda al este con el Peñón de Gibraltar, que se asoma al Estrecho y allí atisba al frente, a escasos kilómetros, la ribera africana. El “camino del agua” que une las tres orillas territoriales de España, Gibraltar y Marruecos por un lado abre al Mediterráneo, sus tierras y gentes tan diferentes de este a oeste y de norte a sur, y por el otro a la inmensidad del Atlántico y el infinito litoral de sus recortes continentales e insulares de más allá de sus aguas.

Y la autora ha mirado desde adolescente y sigue mirando hoy, incansable, las rutas que le señala el mar invitándola al pasaje, al descubrimiento, al encuentro cordial y esperanzador con ‘los otros’.

Si hay ‘orillas’ por trascender espacialmente, también las hay en el tiempo. Porque Paloma vive en Andalucía, y una historia de larga data atraviesa ese sur peninsular tan disputado otrora. Tierra de asentamientos fenicios, cartagineses, griegos y romanos en la antigüedad, cuyos vestigios son rastreables todavía, diseminados aquí y allá, como las ruinas clásicas de Baelo Claudia, dentro del actual Parque Natural del Estrecho en la provincia de Cádiz, que muy bien registra esta creadora. Y en el medioevo, asimismo, tierra de moros y cristianos que juntos labraron la esplendidez fabulosa, casi mítica se diría, de Al-Andalus.

Atenta a ese pasado histórico, la poeta cincela versos donde las reminiscencias clásicas y árabes afloran por ese extraordinario mimetismo entre culturas y gentes que observamos al leer su obra lírica. Así, aparecen referencias al mundo greco-latino: “Venus”, “Orfeo”, “Tetis”, “Aquiles”, “Ulises”, “Proserpina”, Ceres”, “Vulcano”, “Perseo”, “Caronte”, “Casiopea”, “Arcadia”, “caballos con alas”, “pebetero olímpico de amor pagano”, “néctar”, “ambrosía”, “calendas”, “idus”, “clepsidra”, “lucernas”, “metamorfosis”, “nereydas”, “ninfas”, “sirenas”, “vestal”, “bacantes”, “cariátides”, “clámides”, “cíngulos”, “oráculos”…

E igualmente vocablos de raigambre árabe: “arabesco”, “vergel”, “jazmín”, “alhucema”, “arrayán”, “amaranto”, “alcanfor”, “almizcle”, “abubilla”, “anémonas”, “granada”, “retama”, “menta”, “almendros”, “sándalo”, “ámbar”, “alcores”, “acequia”, “oasis”, “medina”, “zocos”, “celosía”, “ajorcas”, “almíbar”, “abalorios”, “alcuzas”, “huríes”, “muhecín”, “morabito”, “jarchas”, “dunas”, “nubas”…

Aunque debe decirse que Al-Andalus y el Magreb actual parecen haberse enseñoreado, temática y léxicamente, de su lírica última, o sea “Ángeles del desierto”, “Desde el alféizar” y Acercando orillas. No es casual, porque su propio proceso de crecimiento humano y evolución poética la fueron conduciendo a este enlace y verdadera fusión de ‘orillas’ étnicas, culturales y espirituales.

Esa fuerza andalusí ha impregnado de manera creciente a esta poeta, quien así lo reconoce:

Así mi poesía ha llegado a identificarse de forma muy personal con la mística Al-Andalus, lugar del conocimiento más avanzado en la Edad Media, allí donde las culturas intercambiaron sus posturas en base a un respeto, casi siempre perceptivo de la configuración de sus diferencias. Quizás esta forma de pensamiento llevada a cabo en el Sur del Sur (…) me ha llevado a querer estrechas vínculos con la otra orilla del Estrecho de Gibraltar…7.

Efectivamente, con esto Paloma Fernández Gomá ha iniciado lo que llama “una andadura de versos y contactos” con la orilla marroquí, esa con la que enlaza desde un común pasado cultural Andalucía.

Por cierto, para ella fue un claro impulso el hecho de coordinar la antología poética Arribar a la Bahía. Encuentro de poetas en el 2000 , edición donde se dieron cita las producciones líricas de poetas de ambas orillas del Estrecho de Gibraltar. No obstante, en el registro de su corpus de creación vemos el gusto por la cultura andalusí evidenciado antes de esto una y otra vez, como una verdadera ‘constante’ en su obra.

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Notas:

1 En adelante, a los efectos de la citación de las obras con las que trabajamos, se han de utilizar las siguientes siglas: OG (El ocaso del girasol), C (Calendas), SF (Sonata floral), PI (Paisajes íntimos), SS (Senderos de Sirio), UV (Umbral de vigilias), LJ (Lucernas para Jericó), TD (Tamiz del desasosiego), CA (Cáliz amaranto), AD (Ángeles del desierto), DA (Desde el alféizar) y AO (Acercando orillas).
2  Entrevista a la poeta realizada por la autora en el año 2009.
3  Entrevista citada.
4  “Acerca de mi poética” (texto inédito enviado por la poeta recientemente como archivo adjunto a un e-mail).
5  Entrevista citada.
6  Entrevista citada.
7 Paloma Fernández Gomá: “Aproximación a la incidencia andalusí en la obra de Paloma Fernández Gomá”, ensayo enviado a la autora de este trabajo por la poeta.


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