Amor sagrado y amor profano en el Islam y en Ibn Hazm – Por Sheij Abdul Karim Paz
Vida y obra de Ibn Hazm
Los distintos analistas e investigadores no dejan de señalar que el más grande literato musulmán de todos los tiempos fue el polígrafo andalusí Abu Muhammad Ali Ibn Ahmad Ibn Sa’id Ibn Hazm, nacido en el seno de una familia en parte de muladíes (hispanogodos conversos). Porque su abuelo era de origen persa, esclavo de Iazid Ibn Abi Sufián, nacido en Córdoba en 994. Su vida conoció tres distintos períodos: el primero, desde su nacimiento al golpe de estado cordobés, en 1009, creció a la sombra de la corte, donde su padre Ahmad era visir de Almanzor; el segundo, sufrió y se implicó en los quebrantos de la guerra civil, entre 1009 y 1031, procurando con sus acciones (peleó contra los ziríes y fue hecho prisionero en 1018 en la batalla de Granada) y sus escritos defender a los omeyas; y el tercero, ya en la declarada fragmentación de al Andalus en múltiples y anárquicos reinos de taifas (del árabe, «bandería», «grupo», «facción») sin aquel califato de Córdoba que, para el corazón y la mente de Ibn Hazm, centraba el esquema del orden, del único admisible, y que vio abolir, sin poder hacer nada, entre 1031 y su muerte, en Montija, Huelva, en 1064.
Convertido en un inquebrantable defensor de los principios del Islam, recorría los reinos de taifas, entreverándose en coléricas disputas, como las que consta mantuvo en Córdoba, Talavera, Almeira y, sobre todo, en la isla de Mallorca. Fue enemigo acérrimo de la dinastía bereber de los Ziríes de Granada.
También arremetió contra el abbadi al-Mutadid, régulo de la taifa de Sevilla entre 1042-1069. Este hipócrita y reyezuelo se enojó muchísimo con las críticas con lo que lo apostrofó el polígrafo cordobés y ordenó hacer una hoguera con los libros de Abu Muhammad Ali. Fue entonces cuando Ibn Hazm compuso aquellos famosos versos, citados por el escritor oriundo del arrabal cordobés de Saqunda y radicado en Sevilla, al Saqundi (m. 1231), en su Risala fi fadlil Andalus, traducido por Emilio García Gómez con el título « Elogio del Islam español»
« Dejáos de quemar pergaminos y vitelas,
y hablad de cosas de ciencia para que vea
la gente quien es el que sabe…
Aunque queméis el papel, n quemaréis
lo que el papel encierra; antes bien,
quedará guardado en mi pecho» .
Siempre demostró su orgullo de ser andalusí: « ¡Vete en mala hora, oh perla de la China! Me basta a mí con mi rubí de al-Andalus» . Y escribió incluso estas palabras sorprendentes: « Mi Oriente es Occidente» .
Ibn Hazm también nos dejó un testimonio del elevado rango que tenían las mujeres musulmanas cordobesas: « « o mismo he observado a las mujeres y he llegado a conocer sus secretos hasta un punto casi incomparable, porque fui criado y crecí entre ellas, sin conocer otra sociedad. Nunca alterné con hombres hasta que ya fui adolescente y me había empezado a despuntar la barba. Fueron las mujeres que me enseñaron el Corán, me recitaron mucha poesía, me enseñaron la caligrafía» .
Ibn Hazm realizó interesantísimos estudios sobre religiones, sectas y escuelas y tuvo frecuentes debates con sabios judíos y cristianos sobre la Biblia y el monoteísmo (cfr. Camila Adang: Muslim Writers on Judaism and the Hebrew Bible. From Ibn Rabban to Ibn Hamz, Leiden, 1996).
Se el atribuyeron 400 composiciones, unas 80.000 páginas, no todas conservadas, y sobre muy variados temas: jurídicos (Kitab al-ihkam fi usulil ahkam «Libro de los principios de los fundamentos jurídicos»), teológicos (Kitab al fisal uan nihal «Libro de las soluciones divinas»), filosóficos (Kitab al ajlaq ua-l-sir «Libro de los caracteres de la conducta»), científicos (Kitab fi maratib al-ulum «Libro sobre las clasificaciones de las ciencias»), sin olvidar su obra maestra, un tratado sobre el amor, tauq al-hamamah « El collar de la paloma» , traducido y comentado por el eminente islamólogo español Emilio García Gomez (1905-1995) y publicado por la Sociedad de Estudios y Publicaciones (Madrid, 1971 y 1979). Esta obra magnífica consta de treinta capítulos donde se detallan y analizan todas las manifestaciones del amor: desde el profesado al Creador hasta el que se experimenta por los placeres inmundos. En el capítulo VI declara Ibn Hazm que el amor es uno, y la verdadera religión es una, y por lo tanto no es posible amar a dos personas diferentes o a dos religiones (en su totalidad):
« Miente de juro quien pretende amar a dos,
como mintió Manes en sus principios.
No hay sitio en el corazón para dos amados,
Ni lo que sigue a lo primero es siempre lo segundo.
Igual que la razón es una, y no conoce
otro Creador que el Unico, el Clemente,
uno es también el corazón y no ama
más que a uno, esté lejos o esté cerca.
Quien no es así, es suspecto en ley de amor
y está distante de la verdadera fe.
La religión no es más que una, la recta
y el que tiene dos religiones es infiel» .
A propósito de la raíz coránica de este pensamiento leemos en el Sagrado Corán: » Dios no ha puesto dos corazones en el pecho de ningún hombre…» (S.Corán 33: 4).
*Véase Roger Amaldez: Grammaire et théologie chez Ibn Hamz de Cordue, J. Vrin, París, 1981; Ramón Mujica Pinilla: El collar de la paloma del alma. Amor sagrado y amor profano en la enseñanza de Ibn Hamz y de Ibn Arabi, Hiperión, Madrid,1990.
Su tratado histórico y sociológico es el Risala fi fadl al-Andalaus «Tratado sobre la excelencia de al-Andalus»- Para ampliar datos bibliográficos ver introducción de Emilio García Gomez en Ibn Hazm de Córdoba: El collar de la paloma, Alianza, Madrid,1979,págs. 29-89.
Sheij Abdul Karim Paz
Director de la Mezquita At-Tauhid
Teólogo del Centro de Cultura Islámica en Santiago.
Con información de Islam Chile
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