El retorno a Palestina – La diáspora palestina en América Latina – Por Adnan A. Musallam
La cuestión del retorno de los inmigrantes de América Latina
Vale la pena mencionar que un número considerable de inmigrantes en América Latina deseaban regresar a su país, porque no emigraron por amor a la emigración sino para mejorar sus condiciones económicas o en un intento de fugarse de los horrores de guerras constantes. Después del final de la Primera Guerra Mundial, muchos decidieron ejercer su derecho natural de regresar a su lugar de nacimiento. Las autoridades británicas sin embargo, cerraron las puertas en sus caras en un momento en que las puertas de Palestina estaban ampliamente abiertas a inmigrantes judíos. La Ley de la Ciudadanía Palestina fue ratificada en 1925 con el principal objetivo de facilitar el otorgamiento de ciudadanía palestina a los judíos llegando a Palestina, según el ítem 7 de la Carta del Mandato (24).
Respecto a los emigrantes palestinos que salieron del país antes de 1920, Inglaterra los consideraba turcos porque ellos viajaban durante el gobierno otomano turco con pasaportes otomanos. Esta posición inglesa contradecía totalmente el ítem 34 del Tratado de Lausana que estipulaba que la ciudadanía tiene que darse a los que nacieron en países que alguna vez hicieran parte del Imperio Otomano, dentro de dos años de la fecha efectiva del Tratado, el 6 de agosto de 1924, más no después del 6 de agosto de 1926 (25). Pero el gobierno de Palestina no promulgó la Ley de Ciudadanía Palestina y no la publicó en la gaceta oficial hasta el 16 de septiembre de 1925. Así el gobierno desperdició más de la mitad del periodo especificado en el Tratado. Adicional a esta tragedia, el gobierno británico no publicó la ley en los periódicos locales, ni los representantes británicos en las Américas la hicieron publicar en la prensa para que los emigrantes pudieran informarse (26).
El Embajador Británico en la capital mexicana dijo que el gobierno Británico “no le había autorizado gastar las tres libras para publicar la mencionada ley” (27). En octubre de 1927 el Gobierno del Mandato Británico emitió una declaración diciendo, “La ciudadanía palestina se le concede a los emigrantes que salieron del país después de 1920 o antes de ese año, y regresaron al país y vivieron en él por seis meses.” Para los emigrantes que habían salido del país antes de 1920 y no regresaron, que constituían el noventa por ciento de todos los emigrantes en otros países, ellos fueron considerados turcos por los británicos como anteriormente dije, ignorando completamente el hecho de que no eran “turcos: ni por raza, nacionalismo, lengua o sentimiento” (28). Como consecuencia de esta política británica sólo cien solicitudes fueron aprobadas de un total de 9.000 enviados por emigrantes deseando regresar a su madre patria (29).
Los notables de la región de Belén tomaron el caso, bajo el liderazgo de Khalil ‘Issa Morcos de Belén, ‘Atallah Hanna al-Najjar de Beit Jala, “Issa al-Khury Basil Bandak de Belén (dueño del periódico “Sawt al-Sha’b” y luego alcalde de Belén) y fundaron “el comité para la defensa de los derechos de los emigrantes a la ciudadanía palestina” en 1927. El comité dirigió la campaña en contra de la política opresiva británica que permitía a los extranjeros inmigrantes judíos a obtener la ciudadanía bajo las condiciones más fáciles mientras que colocaban numerosos obstáculos en las caras de los palestinos nativos que querían regresar a su país. El comité lanzó una apelación al pueblo británico en forma de un panfleto sobre la cuestión de los emigrantes y los obstáculos creados por las autoridades británicas para prevenir que los palestinos viviendo en otros países obtuvieran la ciudadanía palestina. El anteriormente mencionado ‘Issa al-Bandak, Alcalde de Belén (1934-1938) planteó el asunto ante la “Comisión Real del Caballero Peel” que vino a Palestina en 1936 para investigar disturbios y sublevación en el país y publicó sus recomendaciones para dividir a Palestina en 1937. La Comisión Real recomendó en su informe la facilitación de medidas de retorno para los emigrantes con intenciones genuinas que mantenían un contacto personal continuo con Palestina (30).
El comité de defensa exigía en su campaña que todos los inmigrantes palestinos viviendo en otros países debieran ser considerados, a solicitud de ellos, ciudadanos palestinos, y que todos los emigrantes palestinos que habían regresado a Palestina, o se habían ausentado temporalmente, debieran obtener su derecho a la ciudadanía palestina tan pronto como presentaran solicitudes oficiales a los departamentos relevantes. El comité de defensa, además, exigía que órdenes tuvieran que ser enviados a todos los representantes británicos a lo largo de la diáspora palestina para defender y proteger los intereses de todos los árabes palestinos hasta que el gobierno reconociera su derecho a la ciudadanía palestina. “El gobierno debe considerar estas solicitudes indicaciones de los sentimientos de la opinión pública árabe palestina dentro y fuera del país…” (31).
El gobierno británico, por su lado, expresó su disposición de defender los intereses de los que habían adquirido ciudadanía, pero negó proteger a los que no la habían adquirido, es decir la mayoría dominante. No quería asumir la responsabilidad de un gran número cuyo único objetivo era de beneficiarse de la protección británica, aunque el ítem 12 de la Carta del Mandato dice que “el poder mandado tiene el derecho, además, de extender la protección de sus embajadores y cónsules a los sujetos palestinos viviendo en otros países” (32). Cuando una delegación de la comunidad palestina viviendo en El Salvador se reunió con el Cónsul Británico y le pidió que cumpliera este ítem, el Cónsul respondió: “El Estado Británico aceptó el mandato sobre la tierra palestina solamente, y este mandato no incluye los asuntos de los palestinos” (33).
Los emigrantes palestinos privados de su ciudadanía enfrentaron circunstancias sumamente difíciles. Por ejemplo, en julio de 1927 en la República de El Salvador en Centroamérica el gobierno adoptó una ley obligando a todo comerciante cuyo capital excedía treinta libras a registrar su nombre y a presentar sus documentos de ciudadanía. Si el comerciante no obedecía este orden, se le cerraba su negocio. Cuando los palestinos pidieron certificados de ciudadanía al cónsul británico éste se los negó. Cuando algunos palestinos trataban de obtener ciudadanía salvadoreña para proteger sus intereses, el gobierno se la negó, alegando que su necesidad de adquirir la ciudadanía no nacía de su amor y compromiso, sino de beneficio personal solamente (34).
El emigrante que no portaba ciudadanía latinoamericana enfrentaba otras dificultades:
No podía viajar de un país a otro para atender intereses comerciales.
Las repúblicas americanas, en particular El Salvador y Guatemala, adoptaron leyes para deportar a los que no tenían ciudadanía…
Golpes y sublevaciones sucedían frecuentemente en las repúblicas americanas. Normalmente los extranjeros buscaban refugio con sus cónsules; pero los palestinos estaban a la merced de los fuertes y así se volvieron víctimas de chantaje.
Cuando un emigrante no podía obtener la ciudadanía, inevitablemente estaba obligado a adquirir la ciudadanía del país en que residía, así gradualmente perdiendo el contacto con su país y parientes, y perdía el incentivo de regresar a fundar proyectos industriales y comerciales (35).
Los diferentes gobiernos de Palestina seguían impidiendo el retorno de los inmigrantes a su país. Después de la formación de Reino de Jordania en l950, se adoptó la Ley de Ciudadanía Jordana número 56/1949. Fue una gran desilusión para inmigrantes que esperaban que Jordania los protegiera a ellos y a sus intereses. La ley privó a los inmigrantes de la ciudadanía jordana alegando que éstos no se encontraban en Jordania cuando se unieron las dos orillas (36)… Fue similar a la Ley de Ciudadanía Palestina de 1925 que los privó de la ciudadanía alegando que los emigrantes no estaban presentes en el país en 1920. Y desde 1967 Israel ha colocado otros grandes obstáculos. Su objetivo ha sido claro, especialmente de arrojar de la tierra a sus legítimos dueños. Cualquiera que estudia cuidadosamente “las leyes de reunión familiar” y las restricciones impuestas en los “permisos de salida para cruzar el puente” y el “laissez-passer y su renovación” encontrará que todos motivan, de una manera u otra, la emigración sin retorno.
Viviendo en América Latina: Historias de éxito y fracaso
Como resultado los inmigrantes palestinos que no adquirieron la ciudadanía vivieron en la diáspora para siempre y jugaron un papel pionero en el desarrollo de sus nuevas tierras. Historias del éxito brillante de emigrantes son numerosas y documentadas. Los siguientes son ejemplos: Los hermanos Hunain e Incola Jarur del sector Hreizat, Belén fueron sumamente brillantes en las industrias chilenas. Esto es evidente en los proyectos económicos que ellos emprendieron, tales como las fábricas de los Hermanos Jarur que trabajaban el algodón, empleando alrededor de 3.000 operarios en un sitio que medía 80.000 metros cuadrados. Los hermanos Sauri de Belén que han construido una ciudad moderna industrializada para productos de algodón con un área de 150.000 metros cuadrados; las fábricas de Sulaiman Sumar de Beit Jala; las fábricas de los Hermanos Hermas de Belén y las fábricas de los Hermanos Abu Sabal de Beit Jala y cientos de otros (37).
Pocas son las historias que escuchamos sobre emigrantes que siguieron el ejemplo del difunto ‘Abdul Majid Shuman que viajó a los Estados Unidos en 1911, llevando consigo ocho libras de oro. Regresó a su tierra en 1929 para sentar las bases del Banco Árabe que desde ese entonces se había convertido en una de las instituciones bancarias más grandes del mundo árabe (38).
Poco escuchamos sobre personas como Badr e Ibrahim ‘Abdulla al-A’ma (Lama) que regresaron de Chile en 1927 armados con un conocimiento del arte de la fotografía y la actuación en cine. Su objetivo fue de establecer una compañía cinematográfica en Palestina. Sin embargo, una parada en Alejandría, Egipto, los convenció que las oportunidades en Egipto fueron mejores que en Palestina. Ellos se establecieron y fundaron la Compañía Cinematográfica Condo “que presentó en mayor 1927 la primera película muda árabe en la historia del cine egipcio, titulado “Un beso en el desierto.” En los años treinta y cuarenta, Estudios Lama se convirtió en una de las mayores compañías de cine en Egipto (39).
Aunque tales historias de los éxitos de los inmigrantes están documentadas y disponibles, miles de historias de fracasos no lo están, tales como las historias de los que no pudieron regresar a sus casas a pesar de su profundo amor, ya que no poseían aún el dinero suficiente para regresar a su tierra nativa. Ellos preferían las privaciones de la vida y una muerte lenta en la diáspora ya que su dignidad no les permitía ni les permitiría regresar fracasados, a la vez convirtiéndose en un chiste para sus compatriotas.
CITAS
24- Palestine Royal Commission Report. CMD 5479, p. 329.
25-Preparatory Committee for the Defense of the Rights of the Arab Emigrants to Palestine Citizenship, An Appeal to the Noble British People, ‘Jerusalén, 1 febrero de 1928, pp. 8-9 (en árabe).
26-Ibid, p. 9.
27-Ibid, p. 10.
28-Ibid, p. 16
29- Palestine Royal Commission Report. CMD 5479, p. 331.
30-Ibid, pp. 330-331.
31-Preparatory Committee for the Defense of the Rights of Arab Emigrants to Palestinian Citizenship, p. 37.
32-Ibid, pp. 20-31.
33-Ibid, p. 29.
34-Ibid, pp. 19-20.
35-Ibid, pp. 32-34.
36-Véanse los números de la revista mensual de Belén, Al-Mahd, 1951-1956, dedicados a este asunto. Y véase también el artículo de Adnan Musallam sobre al-Mahd en la revista anual de la sociedad Antonian Bayt lahm, número de 1997-1998, pp. 71-78.
37-al-Badawi al-Mulattam, pp. 181-219.
38-al-Quds suplemento mensual, viernes 6/4/1990, p. 3 (en árabe).
39-Sa’d al-Din Tawfiq, The Story of the Cinema in Egypt, Al-Qahira: Prensa Editora al-Hilal, 1969, pp. 18-20 (en árabe); y véase sobre Badr e Ibrahim Lama, su vida y obra en la cinema, véase Adnan Musallam, Folded Pages from Local Palestinian History: Developments in Politics, Society, Press and Thought in Bethlehem in the British Era, 1917-1948, Belén 2002 (en inglés y árabe), pp. 57-66.
Adnan A. Musallam, Ph.D.
Profesor Asociado y Director
Departamento de Humanidades
Universidad de Belén
Belén, Orilla Occidental, ANPPalestina
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