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Sahara Occidental, ONU Marruecos: negociaciones, arenas del desierto

La posibilidad de una solución al conflicto del Sahara Occidental escapó de las manos a los negociadores regionales y el enviado especial de la ONU, Christopher Ross, como arenas del territorio que Marruecos insiste en escamotear a la población saharauí.

Los interlocutores de este diálogo, alrededor de la colonia abandonada por España y asumida por Rabat en 1976, afrontaron durante la gira en marzo último del diplomático estadounidense la misma ausencia de alternativas que las anteriores.

Las habilidades del diplomático estadounidense, que inició por Marruecos el recorrido sin trasladar propuestas previas a las partes, no bastaron para romper con la persistencia de Rabat respecto a conceder solo la autonomía del Sahara Occidental.

Los planteamientos marroquíes tampoco quebrantaron la posición histórica saharauí de realizar un referendo para votar por la independencia, lo cual el rey Hassan II aprobó en 1981 y su hijo, el actual monarca Mohamed VI, se niega ahora a permitir.

Aunque los resultados del recorrido de Ross no indican una postura formal de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que la entidad deberá asumir este abril tras el informe de Ross al respecto, la paz no se avizora aún sobre el desierto saharauí.

Negociadores occidentales y los de Marruecos se empecinan en mantener el estatus de última colonia africana y una de las 16 que quedan en el planeta.

ALLANAMIENTOS Y HERIDOS POR VIOLENCIA POLICIAL

Agentes marroquíes volvieron a la carga, durante la visita, contra la población de este territorio, la cual fue a las calles para que Ross apreciara, igual que en su viaje de octubre último, el sentimiento nacional.

La principal embestida fue el domingo 24 de marzo en la avenida 17 Smara de la ocupada ciudad de Al Aajún, capital del Sahara Occidental, donde la población se concentró en favor de la autodeterminación y contra las violaciones marroquíes.

En Al Aajún, sus líderes ratificaron una vez más al representante de la ONU la voluntad independentista.

Las huellas de allanamientos y violencia policial quedaron no solo en los manifestantes heridos, sino como símbolo de la pretensión colonial marroquí de imponerse sobre las tierras, los actos y la voluntad del pueblo saharauí.

Los saharauíes reiteraron, además, su antigua posición de no permanecer con los brazos cruzados si persiste el estatus colonial, pese a sus intenciones de lograr aún ese propósito por vías pacíficas y sobre la mesa de diálogo.

PARA LOS SAHARAUÍES, «LA PACIENCIA LLEGA AL LÍMITE»

Dirigentes de la República Árabe Saharauí Democrática (RASD) como el presidente de su Consejo Consultivo, Mulay Bibatt, advirtieron a Ross que la paciencia de su pueblo «ha llegado al límite», durante una reunión en los campamentos de refugiados de Tinduf.

Bibatt añadió que «las violaciones de los derechos humanos y la usurpación de tierras saharauíes no pueden ser ya más toleradas», pues su población está signada «por una acumulación de casi 40 años de lucha y sufrimiento».

Esa situación se ha vuelto insostenible y puede ser una amenaza para toda la región, señaló el representante saharauí, en confirmación de anteriores posturas radicales de su gobierno y de su organización de vanguardia, el Frente Polisario.

En opinión del ejecutivo saharauí, ha llegado el momento de resolver de modo definitivo la cuestión del Sahara Occidental para lograr la paz, la estabilidad en la región «antes de que las cosas escapen de control».

El Frente Polisario (acrónimo del Frente Popular de Liberación de Saghiet el Hamra y Río de Oro, surgido en 1973, tres años antes que la RASD), declaró, por su parte, que esperaba que la visita de Ross «le revele la situación real en que viven los saharauíes».

Confiamos en que esta visita le permita conocer cuánto realmente sufre el pueblo saharauí bajo el yugo y la opresión de Marruecos, señaló esa organización.

ONU DEBE TOMAR MEDIDAS MÁS ENÉRGICAS

Los dirigentes históricos de la RASD y distintos analistas cuestionan no solo las ambiciones de Rabat sobre sus tierras, sino la voluntad política y el consenso de la ONU para resolver el conflicto de manera expedita.

El primer ministro de la RASD, Abdelkader Taleb Omar, declaró tras entrevistarse también con Ross que el organismo mundial «debe tomar medidas más enérgicas para lograr una solución».

«Se ha perdido demasiado tiempo y los saharauíes ya no podemos soportar tantas violaciones de los derechos humanos», aseguró Omar sobre la necesidad de la autodeterminación, reconocida por la ONU en 1963, cuando todavía era una provincia española.

Desde su llegada a la región, el enviado personal del secretario general de la ONU habló sobre «una solución rápida» del conflicto en esos territorios y en general en el Sahel, esto último agravado por la intervención franco-africana en Malí.

La seria situación en esta región exige más que nunca remediar la crisis del Sahara Occidental, declaró el representante del organismo mundial tras un encuentro con el presidente mauritano, Mohamed Ould Abdel Aziz.

Ross había aludido a frases similares en Rabat el 21 marzo, donde opinó que la inestabilidad en el Sahel demandaba medidas «más urgentes que nunca para el Sahara Occidental».

La reciente gira del enviado especial del Secretario General de la ONU tuvo entre sus antecedentes las consultas de fines de enero pasado con distintos gobiernos occidentales para movilizar el apoyo internacional en favor de su próxima gestión.

Como parte de esa otra gira, Ross se reunió en Washington con altos responsables del Departamento de Estado y luego con los de Rusia, Francia, España, Reino Unido, Alemania, Suiza, España y Marruecos.

La falta de gestión negociadora de la metrópolis y de soluciones prácticas por el organismo mundial han estado entre los principales obstáculos durante casi cuatro décadas de esperanza saharauí por su independencia.

Reconocida hasta ahora por 85 países, el consenso real es aún mucho mayor en el mundo en favor de la soberanía de la RASD, autoproclamada el 27 de febrero de 1976, solo 24 horas después de retirado el último soldado español.

Según el Comité Especial de Descolonización de la ONU o Comité de los 24, creado en 1961, además de ese territorio en el mundo aún se mantienen con ese estatus Anguila, Bermudas, Gibraltar, Guam, Islas Caimán, Islas Malvinas, Islas Turcas y Caicos.

Además, Islas Vírgenes Británicas, Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Monserrat, Nueva Caledonia, Pitcairn, Samoa Americana, Santa Helena y Tokelau.

Unos 80 colonias existían en 1945 al fundarse la ONU, en las que vivían 750 millones de personas, una tercera parte de la población mundial de entonces.

 Por Antonio Paneque Brizuela

Con información de : Prensa Latina

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