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Los nombres de las notas musicales están basados en el alfabeto árabe

Ya en los escritos de Al-Mamún (786-833) e Ishaq Al-Mausili (f. 850) se utilizó una notación musical basada en las letras del alfabeto árabe. Durante este periodo de contribuciones islámicas a la Europa medieval, el monje benedictino Pablo el Diácono (720-800) compuso el himno Ut queant laxis (también llamado Himno a San Juan Bautista). Las frases de este himno en latín son las siguientes:

Tomada de las sílabas iniciales de este Himno a San Juan Bautista, a Guido d’Arezzo se debe también el haber dado el nombre a las seis primeras notas de la escala: ut, re, mi, fa, sol, la. Los seis primeros versos dan el nombre a las notas, mientras que la melodía daba a la primera sílaba de cada verso un sonido diferente, que coincidía con los sonidos de la escala.

Como Guido d’Arezzo utilizó el italiano en sus tratados, sus términos se popularizaron y es esa la principal razón por la que la notación moderna utiliza términos en italiano. Además, Guido fue el inventor del solfeo, sistema de enseñanza musical que permite al estudiante cantar los nombres de las notas; Guido ideó un sistema de aprendizaje de los sonidos, intervalos y escalas, conocido como la mano Guidoniana, que se hizo famoso y fue utilizado durante muchísimos años.

La mano Guidoniana. Siglo XV

Hacia el siglo XVI, Anselmo de Flandes añadió la nota musical si, derivada de las primeras letras de Sancte Ioannes. En el siglo XVIII, el musicólogo italiano Giovanni Battista Doni (1593-1647), para evitar la complejidad que provoca la letra “t” de ut, y buscando una sílaba que terminara en vocal para facilitar el solfeo, sustituyó el nombre de ut por el nombre original de la nota en árabe: dal. La modificó ligeramente para que se pareciera al inicio de su propio apellido: do (que también proviene de Dominus o Señor). En Francia se sigue utilizando el nombre ut para los términos técnicos o teóricos (por ejemplo: trompette en ut o clé d’ut), aunque para el solfeo se utiliza el monosílabo do. También para este proceso se añadió una quinta línea a las cuatro que se utilizaban para escribir música, llegando a la forma que hoy conocemos, llamada pentagrama. En esta época el sistema tonal ya estaba desarrollado y el sistema de notación con pautas de cinco líneas se convirtió en el patrón para toda la música occidental, manteniéndose así hasta el día de hoy.

Por la Dra. Margarita Rodrigo Angulo

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