Libia, tierra de origen del mito de Atenea
Lo que sí parece ser cierto es el hecho de que Libia sea el lugar de origen del mito. Digamos que la Libia clásica es un gran territorio, de cara al Mediterráneo, que arranca justo en el delta del Nilo y que se extiende indefinidamente hasta llegar a la Numidia, situada en lo que ahora se llama Libia y Túnez. Desde esa costa (hoy Egipto), a través de Creta, un cruce de rutas muy importante, en el centro mismo del mundo civilizado de la época. A través de la escala insular, todas las influencias de viajeros y comerciantes fueron una continuada vía de comunicación cultural y religiosa.
Platón cuenta que Neith, diosa libia, es la base sobre la cual se construye la nueva historia griega, bajo la denominación de Atenea. Naturalmente, entre la iconografía egipcia se pueden encontrar muchas imágenes de Neith, asimilada al culto oficial faraónico. Otros autores también señalan el origen libio de la divinidad, contando los ritos de esa deidad, en los que figuraba la lucha sagrada anual entre las sacerdotisas de Neith, como la forma de acceso a la posición de sacerdotisa máxima, en una recreación de la muerte de la niña antagonista y de la singularidad posterior de la nueva divinidad, que se erige como tal una vez que se produce el desenlace fatal, el que el destino ha señalado como trámite inicial de su imperio.
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