Mortal atentado en Líbano
El atentado, el más mortífero en Líbano en años, se suma a varios otros cometidos en refugios de Hezbollah desde que el partido y milicia chiíta empezó a enviar combatientes a Siria, en 2013, para apoyar al gobierno del presidente Bashar Al Assad en su lucha contra el EI y otros grupos islamistas sunnitas.
El ministro de Salud libanés, Wael Abou Faour, en declaraciones desde el lugar del atentado, en el barrio de Burch Barachn, en el sur de Beirut, dijo que 41 personas murieron y más de 200 fueron heridos, muchos de los cuales se hallaban en condiciones críticas.
Según la policía, dos hombres que iban a pie hicieron estallar cinturones explosivos que llevaban consigo cerca de una mezquita y sobre una calle de tiendas y otros comercios de ese humilde barrio, habitado mayoritariamente por musulmanes de la rama chiíta.
El Ejército y el ministro del Interior, Nuhad Mashnuk, dijeron que un «tercer terrorista» murió en el lugar a causa de una de las explosiones antes de que pudiera detonar la bomba que él portaba, informó la agencia de noticias EFE.
Las detonaciones ocurrieron con segundos de diferencia entre sí, y un centro comunitario chiita y una panadería fueron los edificios más dañados, dijeron fuentes de seguridad. Cerca del sitio se encuentra un muy custodiado hospital administrado por Hezbollah, que no fue alcanzado por los estallidos, agregaron las fuentes.
Al reivindicar el atentado en un comunicado difundido por Internet, el EI dijo que uno de los estallidos fue provocado por una moto-bomba y el segundo por un suicida.
«Los soldados del califato pudieron colocar una motocicleta explosiva en la calle Huseiniyah, en Burch Barachne, donde Hezbollah tiene su sede. Otro soldado con un cinturón explosivo dio su vida. No nos calmaremos hasta que nos venguemos», dijo la organización extremista.
En otro comunicado, Hezbollah prometió continuar con su lucha contra los «terroristas» y predijo una «larga guerra» contra sus enemigos.
La zona donde ocurrió el ataque es contigua al campamento de refugiados palestinos de Burch Barachne.
La agencia de noticias estatal libanesa ANN identificó a los tres atacantes muertos en el atentado como los palestinos Hamed Rachid al Balegh y Ammar Salem al Rayes, y sirio Jaled Ahmed al Jaled.
La guerra en Siria, que según la ONU ya dejó unos 250.000 muertos, comenzó en 2011 con una revuelta popular contra Al Assad fuertemente reprimida que se agravó con la aparición de una insurgencia sunnita que busca derrocar al presidente.
Con el correr de los años, el conflicto enfrentó a viejos rivales de la región, fundamentalmente a Hezbollah e Irán, por un lado, y a Arabia Saudita, que respalda a los rebeldes, por otro.
Arabia Saudita, la petromonarquía absolutista y ultraconservadora sunnita, y su enemigo Irán, la principal potencia chiita del mundo, también apoyan a fuerzas políticas opuestas en Líbano, que sufrió su propia guerra civil desde 1975 a 1990 y donde aún son fuertes las rivalidades sectarias y religiosas.
El primer ministro libanés, Tamam Salam, decretó día de duelo nacional, en el que se podrán ver las banderas ondeando a media asta, mientras que las radios y las televisiones difundirán música clásica y programas especiales.
«Es un acto criminal injustificable», afirmó Salam, que también instó a todos los libaneses «a la unidad y a la solidaridad».
El ex primer ministro Saad Hariri, líder de un bloque político opuesto a Hezbollah y sus aliados, condenó el atentado como un acto «vil e injustificado».
Entre julio de 2013 y febrero de 2014 se registraron nueve atentados con explosivos contra bastiones de Hezbollah en el Líbano, la mayoría de los cuales fue reivindicado por grupos extremistas sunnitas.
El más letal hasta ahora había sido uno cometido en el sur de Beirut en 2013, cuando 27 personas murieron por el estallido de un coche bomba en el barrio chiita de Rweiss.
El atentado de coincidió con la primera reunión del Parlamento libanés en sesión plenaria en más de un año.
La Cámara de Diputados decidió guardar un minuto de silencio como gesto de respeto hacia las víctimas antes de suspender la sesión.
Líbano está sin presidente desde el 25 de mayo de 2014 por desavenencias entre los dos grupos que controlan el Parlamento, el del 14 y el del 8 de Marzo, uno contrario al gobierno sirio y el otro, encabezado por Hezbollah, favorable.
El vacío presidencial y la parálisis del Parlamento a la hora de tomar decisiones han generado otros problemas sociales, como una reciente crisis de la basura, que dio lugar a protestas populares en las calles del Líbano hace dos meses.
Con información de :TELAM
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