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Mujeres del Sahara, mujeres de Canarias

«Sahara de mi vida: mi corazón de mujer te anhela y te grita… porque nunca, nunca, nosotras dejamos de ser…»

Con este legado, así lo llaman las mujeres saharauis: «El ser saharaui, sin bajar la guardia», son miles de ellas, las que nos conmueven con su grito demoledor, hace ya 37 años, que rememoran cada 27 de febrero, la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática, desde su adhesión a la Carta de Derechos Fundamentales de la ONU de los pueblos del mundo, en 1976.

Las mujeres han demostrado en este proceso, una gran sensibilidad, acciones con corazón, en sus manos, en su mirada, y una maduración especial, dadas las circunstancias que vivieron siendo saharauis, algunas emigrantes, y la recepción igualmente de otras mujeres aliadas en diferentes países, así como el reconocimiento permanente demostrado por el pueblo canario hacia la causa saharaui. Un muro marroquí, de 2.700 kilómetros, divide el Sahara occidental, y con ello, a muchas familias saharauis, que quedaron separadas, algunos perseguidos, y emigrados hacia la zona de refugiados en Argelia, en el área de Tinduf, desde que comienza el proceso de descolonización del Sahara. Aunque ha habido propuestas de reconciliación e indemnización hacia las víctimas, sigue habiendo una asignatura pendiente entre Marruecos y el Sahara.

Mujeres como Hadiya Hamdi o Aminetu Haidar, viven convencidas de rescatar el linaje cultural e identidad, y que los niños saharauis vuelvan a casa algún día. También destacar, la participación activa de varias mujeres saharauis, en Ginebra, en reuniones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, recientemente

Las mujeres saharauis en la época pre-colonial gozaban de libertad, asumían las responsabilidades diarias, mientras los hombres se ausentaban por comercio y trashumancia en el desierto. Hoy en día, además de estar a la espera de un referéndum para la autodeterminación del pueblo saharaui, que nunca se ha llevado a cabo, la reciente sentencia del juicio militar en Rabat, respecto a la llamada «Primavera árabe de Gdeim Izik», ha provocado reacciones en el Frente Polisario, en Canarias, y a nivel internacional, contra posibles irregularidades de este proceso.

Desde Tenerife, Sara Mesa, una joven canaria activista pro-saharaui, desde que contaba 15 años, en que visita por vez primera el campamento de refugiados en Tinduf, por un trabajo escolar, forma parte del colectivo Saharacción. Esta mujer leyó una carta en el seno de Naciones Unidas en 2010, a favor de los derechos de los saharauis, y este pasado 22 de febrero, en el aeropuerto de El Aaiún, recitaba un manifiesto junto a nueve canarios, contra la sentencia condenatoria a los 24 presos en Rabat.

¿Cómo vivió esta experiencia al bajarse del avión?

Queríamos demostrar nuestro apoyo a los presos y sus familias, y nuestra disconformidad con esta sentencia. Sabíamos que no podríamos pisar tierra saharaui, y regresamos en el siguiente avión, temiendo por nuestra seguridad, sin embargo, a los presos les llegó la noticia de nuestra acción. ¿Se consideran mujeres valientes? Esta sentencia nos parece dura, injusta y un atropello al Derecho Internacional. Creo que el Derecho marroquí no puede ser aplicado a una población que está en vías de descolonización, y se trata de un juicio extra-territorial, y teníamos clara esta queja. Creo que somos mujeres conscientes.

¿Y en Naciones Unidas, respaldaron su propuesta?

Fueron las mujeres saharauis emigradas las que construyeron los campamentos para refugiados, hospitales, escuelas, con ayuda internacional, sino se morirían de hambre. Hay mujeres que pasaron por la cárcel, con duras experiencias. La ONU, mantiene a los Cascos Azules, sin que éstos tengan potestad de actuación. Aunque realicen informes, hay que acudir a la justicia internacional. Hay países, con intereses económicos, en el banco pesquero, petróleo o minas. ¿Por qué Naciones Unidas no se compromete más a fondo?

¿Y su experiencia de mujer como ha sido, desde que conoció el Sahara?

Impactante. Para mi inolvidable. He tenido miedo en algunos momentos. Nosotros también, los cooperantes, nos hemos sentido controlados. Ser femenina en el desierto no es nada fácil, y sobre todo como mujer, lo que me propongo, es que haya una gran difusión informativa de lo que está sucediendo. Las mujeres saharauis, son ejemplares, y he recibido testimonios sobrecogedores.

La presidenta de emigrantes saharauis en Tenerife, Sukeina Ndaye, continuamente luchando por el Sahara, emigró a Tinduf cuando era niña, y reside en Canarias hace 14 años.

¿Cómo es la realidad de las mujeres en el Sahara?

El colectivo femenino se encargaba de la educación, administración, sanidad, mientras los hombres defendían el territorio. Venimos de un matriarcado, donde la mujer tiene un papel fundamental y siempre hemos sido respetadas. Nuestra religión es el Islam, y nos sentimos libres y ocupamos un 30% de la política activa saharaui. Contamos con 400 socios en nuestra asociación, y en acción permanente por nuestra gente. Me encantaría volver al Sahara, y nuestro pueblo no puede caer en el olvido del mundo.

Javier Bardem, activo solidario, en su documental «Hijos de las nubes», relata parte de la realidad saharaui, y a su pueblo mirando al cielo en pos de la lluvia en medio del desierto. Acaba de recoger un premio Goya, siguiendo el ejemplo de Pilar Bardem, actriz comprometida con el Sahara hace 35 años.

El representante del Frente Polisario en Canarias, Handi Mansur, nacido en el corazón del Sahara, nos deja sus palabras: «Agradezco a EL DÍA esta posibilidad, y realizo un llamamiento de ayuda a todos los países y gobiernos, para que podamos vivir en un Sahara Libre. La mujer en el Sahara está protegida por el sistema, forma parte de la grandeza, de la dignidad, y de la justicia.

 Por María Montero

Fuente: El Día

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