A 35 años de la muerte de Don Jorge Cafrune (+ Videos)
Todo habla de la hombría de bien del «Turco». En 1962 regresa a Capital y contacta a Jaime Dávalos, que tenía un programa de televisión. Este le dice que debería probar suerte en el Festival de Cosquín. Cafrune viaja a la ciudad cordobesa y consigue un lugar para actuar fuera de cartel, consagrándose por elección del público como primera revelación. Luego vendría el primer disco en solitario y la consagración definitiva con nuevas presentaciones en radio, televisión y teatros, además de largas giras en las que siempre prefería los pueblos pequeños a las grandes ciudades. Fue en uno de esos pueblitos, Huanguelén, en la provincia de Buenos Aires, donde conoció y promovió a un joven cantor llamado José Larralde. En este período también siguió presentándose cada año en Cosquín y allí, en 1965, sin conocimiento de la organización presentó a una cantante tucumana llamada Mercedes Sosa.
Luego de escuchar la interpretación de Larralde de “Sin Pique”, Cafrune quedó prendado del tema y le pide a don José Dip que al día siguiente llamara a Hernán Figueroa Reyes, director de grabaciones de CBS, porque quería grabarlo en esa semana. Hernán le dice a don José Dip que ello es imposible porque estaba listo para salir el LP “Yo digo lo que siento”. Pese a todo, Jorge se empecina y lo graba enseguida. Conjuntamente con “Permiso”, “Sin Pique” apareció en el siguiente LP de Jorge, titulado “Jorge Cafrune” (CBS 8745), en 1967.
La madrugada del 31 de enero de 1978, cuando marchaba a caballo rumbo a Yapeyú para depositar un cofre con tierra de Bolougne Sur Mer en homenaje al general José de San Martín, el folklorista Jorge Cafrune fue atropellado por una camioneta. Quedó demasiadas horas tirado en la ruta con las costillas incrustadas en los pulmones, y al día siguiente falleció. A la camioneta y a su conductor se los tragó la noche: sólo pudo saberse un nombre –Héctor– susurrado por los habitantes de Benavídez.
Por entonces Yamila, la hija mayor del legendario creador de Zamba de mi esperanza, tenía 12 años. A los 18 decidiría seguir la carrera de abogacía. “Siempre sostuve la idea de que es posible hacer justicia hablando con la verdad, pero desde que pasó lo de mi papi supe lo que es empezar por casa”, dice Yamila. “Hasta el ‘83 fue imposible averiguar nada. Ese año empecé la facultad, y con mi madre y mis hermanas intentamos por todos los medios encontrar algún otro dato. Pero la investigación llegó a un punto muerto”.
Sin embargo, dice Yamila, hay numerosas conjeturas posibles. “Que detrás del accidente estuvo Gendarmería, o la Triple A. Es sabido que López Rega dijo que Cafrune era más peligroso con una guitarra que un ejército con armas».
Es sabido que sus discos estaban prohibidos: En Radio Nacional de Córdoba guardan un disco que tiene los temas que no podían pasarse tachados con birome en la tapa y rayados con un clavo adentro. Entre ellos estaba Zamba de mi esperanza. «¿Sabés cuál era la palabra prohibida…? Era la palabra esperanza”.
Hay otros datos, que involucran nombres que Yamila ha preferido no retener en la memoria. Graciela Geuna, sobreviviente del campo clandestino de concentración La Perla, declaró haber escuchado cómo el por entonces teniente primero Carlos Enrique Villanueva dispuso en ese lugar la muerte del folklorista, luego de que éste cantara en Cosquín Luna cautiva, una zamba “no autorizada”. “Esto no deja de ser una conjetura, algo que alguien dice que escuchó”, apunta Yamila en una entrevista.
“Nosotros preferimos creer que fue un accidente. Llegó un punto en que priorizamos nuestra salud mental. La decisión de la familia es llegar hasta acá”, resume.
En 1992, Yamila comenzó su carrera profesional de cantante casi por causalidad. “Yo estaba recién recibida de abogada, trabajaba en el registro civil, y mi vida parecía encaminada por ahí. Fui a Cosquín por un homenaje a mi papá, y pedí que me dejaran cantar en un escenario callejero. Sucedió que entre el público estaba Julio Mahárbiz, y él me invitó a que el día siguiente hiciera un tema en el escenario mayor. Así empezó todo”, relata. Hoy Yamila no es sólo la hija de: ha sabido ganarse un lugar propio en el folklore local, con un repertorio que lentamente se aparta de lo más tradicional.
–¿Pesa o es un orgullo para una folklorista el apellido Cafrune?
–Es un honor. No es una carga, como mucha gente cree, pero sí una responsabilidad enorme. En el aspecto musical, porque la gente cree que una nació artista por ser la hija de Cafrune, y entonces siempre está el miedo de que piensen “cómo teniendo el padre que tiene no sabe lo que es una milonga…” O hasta en la forma de vestir: la gente espera verte de una determinada manera sobre el escenario, y por ahí no aceptaría que yo me aparezca de minifalda. La forma es una tontería, pero es importante lo que significa esta demanda: que hay una forma de llevar la vida que uno ha legado, y que tiene que respetar. No como obligación, pero sí como algo de lo que uno elige hacerse cargo.
-¿Qué cosas, además de la música, le legó su padre?
–Me legó una vida honorable a imitar y un nombre digno a llevar. Como me dijo una vez (Horacio) Guarany, yo nunca voy a tener que bajar la vista cuando hable de mi viejo. He recorrido todo el país y en todos los caminos encuentro los mejores recuerdos de la gente hacia mi padre.
Revelaciones sobre el asesinato del cantante argentino Jorge Cafrune
El famoso cantante y folklorista argentino Jorge Cafrune fue asesinado por la Triple A, tras ordenar la ejecución el ex ministro de Bienestar de Argentina, José López Rega, según afirma el fundador de la organización, Salvador Horacio Paíno, en Uruguay.
Lo que oficialmente fue calificado por las autoridades policiales argentinas como un accidente de carretera, en realidad fue una ejecución de la organización terrorista derechista, señala el libro, de próxima aparición en Uruguay,Yo fundé la Triple A, del que es autor Paíno.
El libro contiene los relatos de Paíno, que vive en un lugar no revelado de Uruguay, y cuyo adelanto publica el matutino El Día, de Montevideo.
Tras la caída de María Estela de Perón, López Rega se refugió en Paraguay, y desde allí ordenó la muerte de Cafrune, «pues la voz y la guitarra del turco son un verdadero peligro».
El 31 de enero de 1978, cuando Cafrune realizaba una marcha a caballo hasta Yapeyu, 750 kilómetros al norte de Buenos Aires, fue embestido por un automóvil que se dio a la fuga.
Según las revelaciones de Paíno en Uruguay, «Cafrune no podía ser ejecutado secuestrado, sino que se necesitaba planificar algo más complejo para que quedara impune».
Cuando Cafrune fue embestido, a poca distancia de la ciudad de Benavídez, cabalgaba acompañado por su amigo Fino Gutiérrez. Según el fundador de la Triple A, la ejecución se hizo con una camioneta de color rojo y carrocería de madera, que fue conducida por «un joven camionero, que concurría en forma asidua al Ministerio de Bienestar Social para retirar papel que se derrochaba», dice el relato de Paíno.
Nota de Moro: aún recuerdo el tremendo impacto de la noticia en el seno de mi familia. Estábamos en la costa marítima gozando de las vacaciones estivales y mi padre trajo la noticia de la calle, de los rumores que circulaban en el mercado la mañana del 1º de febrero de 1978. El rostro de mi madre al recibir la noticia, es algo que jamás podría olvidar, aquella mujer que veía cotidianamente lidiar con cualquier situación que se presentase sin importar el tamaño o dificultad, y siempre salía airosa, ante la noticia comunicada por mi padre, quedó devastada y rompió en llanto … Tan enorme era el cariño y admiración que el «Turco» provocaba y merecía de su público.
Era parte de aquel reducido grupo de cantantes con fundamento, que mis padres oían, conocían y respetaban, y con cuya música fuí arrullado y criado. Me refiero a Jorge Cafrune, José Larralde, Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, (¿Será casualidad que todos ellos eran paisanos? … no lo creo!),Alfredo Zitarrosa, entre otros.
Me recuerdo luchando por tratar de «sacar» su rasgueo tan característico en la guitarra, de admirar el porte y la vestimenta con la cual tan bien nos representaba, recuerdo su manera y su decir, recuerdo la profunda admiración que tuve, tengo y tendré por tan enorme artista y mejor persona … porque Don Jorge Cafrune «Sáheb Sharif» (tiene honor), porque me enternece todas y cada una de las veces que la escucho a Yamila hablar de su «papi», porque nunca renunció a sus ideas ni a sus valores. Y como siempre ocurre en éstos casos, al matarlo, les ha salido el tiro por la culata, pues lo han agigantado!.
En Argentina, históricamente, y por aberración, nos llaman «turcos», pero sabemos aceptarlo cuando el que lo dice, lo hace de corazón, sin mala entraña … es parte de nuestra identidad ya … por éso, me tomo el atrevimiento de decirte … «Gracias Turco», por tu música, por tu ejemplo y por tu legado. Ilâl liqâ!.
Por Moro
Referencias:
* Yamila Cafrune (*)
* Llega “El Pampa” Larralde a Viedma y Patagones.
* El País
* Karina Micheletto – Una muerte dudosa
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