¿Adónde vamos ahora?
Una feliz estratagema. ¿Adónde vamos ahora?, comedia social de la joven actriz y realizadora libanesa Nadine Labaki (Caramelo), posee una formidable carga de sensualidad y malicia.
Es una película interpretada por un grupo de mujeres, alma y vida de un pueblo perdido en Líbano, cansadas todas de la violencia fratricida que no cesa, marchando enlutadas muchas de ellas hacia el cementerio en la escena inaugural del filme, con una coreografía extraña y subyugante, y un fondo musical que estará presente a lo largo de toda la cinta, entremezclado con canciones, vociferaciones sin fin, pleitos de vecindario, en un tono entre comedia italiana y melodrama Bollywood hindú.
¿Cómo distraer los ánimos encendidos de los hombres involucrados día y noche en un conflicto político y religioso, guerra civil sangrienta que tiene en el pueblo su microcosmos exacto y, en ocasiones, también su mayor resonancia fársica?
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Incapaces ya los líderes religiosos, el sacerdote cristiano, el imán musulmán, de acallar las intemperancias de sus feligreses y haciendo inútiles llamados a la pacificación y a la concordia, son las mujeres las que imaginan las estrategias eficaces: distraer a sus hombres por todos los medios posibles, entretenerlos y alejarlos de todo espíritu de revancha.
El pueblo vive rodeado de minas explosivas, de ecos bélicos nunca lejanos, y hasta él llegan las noticias del conflicto, exacerbando todavía más los ánimos de la confrontación cotidiana.
Las mujeres proceden entonces a una saludable labor desinformadora, vociferan sin parar para acallar las noticias en la televisión colectiva al aire libre, queman los periódicos y sus noticias alarmantes, ensayan trances ante milagros religiosos inventados, fingen fanatismo para opacar con él la intolerancia, contratan a un grupo de bailarinas ucranianas para entretener a los hombres, los embriagan, les preparan pasteles rellenos de haschich, y luego del delirio inducido les organizan un divertido número de cultos religiosos intercambiables para confundirlos todavía más y desterrar muy lejos y para siempre la intolerancia fratricida y el fantasma de la guerra.
Sobresalen en este grupo de amazonas de la pacificación la muy sensual Amal (la propia realizadora Nadine Labaki) y una ingeniosa, divertida y muy imperiosa alcaldesa (Yvonne Maalouf).
La cinta está saturada de clichés culturales y religiosos, pero la cineasta dista mucho de tomárselos en serio, antes bien los maneja con gracia y desenfado hasta encontrar el tono justo de su farsa política.
¿Adónde vamos ahora?, comedia pacifista que novedosamente combina sensualidad y feminismo en su propuesta libertaria.
Por Carlos Bonfil
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