Otra perspectiva de la Alhambra – Fernando Valverde
El mirador de la Silla del Moro se abre al público tras estar 20 años cerrado
Por las huertas del Generalife, la conocida como Acequia Real distribuía el agua a la Alhambra. Se trataba de un bien tan preciado que todo el edificio nazarí se convirtió en una celebración de la pureza que bajaba de Sierra Nevada para dar fertilidad a la vega granadina. La importancia de la acequia hizo recomendable la construcción de una torre de vigilancia y protección, la conocida como Silla del Moro, que observa paciente la Alhambra desde su perspectiva más insólita.
Los visitantes al monumento pueden volver a contemplar esa estampa de la Alhambra, uno de los lugares más populares de la ciudad en los años sesenta, cuando las parejas paseaban hasta la torre para disfrutar de sus vistas.
“Es un mirador increíble que corresponde a la etapa más creativa de la Alhambra. Durante las obras varias personas nos han pedido permiso para poder esparcir las cenizas de sus parejas”, explica Pedro Salmerón, el arquitecto que ha dirigido la recuperación del espacio.
Construida en el siglo XIV, la torre se sitúa en el morro del cerro del Sol y su función es la vigilancia del valle del Darro y de la Vega. “Se trata de la entrada de agua a la Alhambra, es un elemento estratégico. Sin el agua la Alhambra no existiría, ya que en el mundo árabe no es concebible una ciudad sin tener asegurado su abastecimiento”, aclara Salmerón, para quien la Silla del Moro es “un elemento de referencia” dentro del monumento nazarí.
El aspecto actual de la torre es muy distinto al original. En 1810, cuando los franceses comenzaron su retirada de la ciudad, dinamitaron determinadas zonas del monumento dentro de un proyecto de destrucción mayor que afortunadamente fue frustrado. Uno de los espacios que no pudo salvarse de la voladura fue la Silla del Moro, que perdió toda su fisonomía. “En los trabajos de recuperación de las ruinas hemos encontrado parte de las cimentaciones voladas, que han quedado a la vista y son ya parte de la historia del lugar”, explica.
El Ministerio de Cultura ha invertido cerca de 800.000 euros a través del Instituto de Patrimonio Cultural de España para recuperar el espacio. Los trabajos, que comenzaron en octubre de 2008, se han prolongado hasta marzo de este año. “En primer lugar se procedió a demoler todo lo inseguro y se hizo una primera supervisión arqueológica de la zona y una consolidación del lugar. Ha sido un trabajo difícil y muy lento pero estamos muy satisfechos del resultado”, concluyó.
La torre ya había sido reconstruida en los años cincuenta, en el proyecto de recuperación del monumento que encabezó Leopoldo Torres Balbás. Sin embargo, la baja calidad de los materiales empleados en su construcción hizo que cediera, por lo que fue cerrada ante el riesgo que constituía para quien se aventuraba a subir. Desde hace 20 años, la Alhambra tenía “vetada” una de sus vistas más espectaculares por precaución. Fue inaugurada por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que dijo sobre la restauración que había sido realizada “con un cuidado exquisito”.
Hasta final de año, quienes quieran acceder a la torre podrán hacerlo “de forma gratuita”, como explicó la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, para quien “el espacio ha sido concebido como un gran mirador del monumento nazarí hacia la ciudad”, con el propósito de restablecer el uso patrimonial de un lugar que también fue conocido como Castillo de Santa Elena, debido a su consagración como iglesia años después de la conquista de Granada. “Se trata de la recuperación de un lugar importante, con un fuerte componente simbólico para los granadinos, que ha hecho que estos trabajos hayan cobrado un valor añadido”, lo que, en su opinión, justifica que pueda hacerse una visita libre hasta el nuevo año, en el que se estudiarán diferentes fórmulas para integrar el espacio dentro de la entrada del monumento nazarí y sus jardines.
Fuente: La Cosmogonía …
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