De cómo se planeó el despreciable saqueo del tesoro iraquí
Unos 6 meses antes de la invasión a IRAK, los altos mandos militares estadounidenses se habían reunido con el presidente Bush. El tema top secret – los tesoros del país, la cuna de civilización. Entre los asistentes, los representantes de algunos billonarios americanos, los más destacados coleccionistas de arte, miembros del gobierno, altos mandos militares, secretario de Defensa Rumsfeld, Jim Baker III, Colin Powell y Price, por aquel entonces jefe de los mercenarios de Blackwater y por último máximos representantes de Fellowship Foundation, los cristianos fundamentalistas extremistas con su versión particular de la historia de la humanidad.
Objetivo: hacerse con el botín entero de la riqueza iraquí y de un plumazo borrar de la faz de la tierra las pruebas que apuntan que muchos de los hechos de la Biblia han sido copiados de las culturas millonarias de Mesopotamia. El problema para el gobierno americano: ¿cómo asegurarse de que las piezas robadas por las tropas de ocupación americana sean originales y ni copias hechos por algunos de los máximos expertos del mundo árabe. Saddam Hussein, obviamente, sabía que lo primero que iban a robar era el patrimonio cultural del país.
Rebobinemos al noviembre 2002. Una casa de lujo en las afueras de Los Ángeles. Una pareja super chic acaba de hacer el amor. La mujer está tumbada boca abajo, ojos cerrados, su cuerpo esculpido, moreno con un tatuaje con una flor en el hombro derecho se destaca a la luz de la luna. El hombre baja a la nevera en búsqueda de una bebida refrescante. Al no encontrar nada, baja al sótano y abre, lo que a él le parece una nevera normal y corriente. Pero en vez de bebida, este hombre había encontrado un depósito de obras de arte robados y en perfecto estado de conservación.
Este hombre, es íntimo amigo mío y los dos formamos parte de varios MetaGrupos y nos reunimos dos veces al año, con personas del mundo del espionaje, contraespionaje, mundo de la política y hasta millonarios que han visto la luz y se han unido a la lucha por el bien. Se llama Brad y es uno de los mejores diseñadores del mundo. La mujer, por aquella época era un ligue nuevo, con quien llevaba saliendo unos 4 meses. De profesión era rectora de una conocidísima universidad americana, además de ser una de los mayores expertos del arte de Mesopotamia. Pero, además, de su interés por el arte, por las noches, actuaba como una especie de Cat Woman, robando obras de arte de museos y coleccionistas privados del mundo entero.
Diciembre 2002: Brad le denuncia al FBI (por no haberlo hecho le podrían haber caído 30 años de cárcel como cómplice). El gobierno americano le ofrece el trato: Al invadir Irak unos meses más tarde, la Cat woman entraría con las tropas americanas en el museo nacional como experta para ayudarles separar piezas originales de falsificaciones. A cambio, le perdonarían sus crímenes, darían un pago millonario y hasta le dejarían hacerse con unos pocos cuadros que Cat woman había robado. Entre 50 años en la cárcel y la vida de lujo…Trato hecho.
Os recuerdo que el primer acto del gobierno ha sido hacerse con el control de todos los museos principales del país. Os invito a reparar en este amargo episodio de la historia desconocida de Irak. Espero que el artículo sea de vuestro agrado.
La Historia es no estar ausente, sino convertirse en ausencia; ser alguien para después marchar dejando tras de sí su huella. Una reliquia, cualquier reliquia, es un testamento en cuya “coronación” estamos presentes. El testamento es donde la muerte está más viva; una autobiografía funcional, la inmortalidad asegurada frente a la codicia de otros.
Algunas muertes son meros deslices o ilusiones. ¿Necesito una prueba concluyente de que la Historia existió? ¿Necesito una evidencia definitiva de que el Arte es lo que es? No dudo de mi propio sentido de la existencia de la Historia, pero siento claramente que necesito probarlo ante los demás. La prueba de esta realidad del pasado es la afición y especificidad del Arte mismo: es algo indiscutible. Sin embargo, la cercana muerte del Arte de Irak, su rescate de las manos de la memoria y de la paciencia, son pinceladas alarmantes de la violencia brutal de la Historia, recordatorios de la terrible variedad de maneras en los que verdaderos tesoros pueden perderse.
Comienzo con estos recuerdos porque estoy a punto de hablar de algo que se convertiría poco tiempo después en una ficción y en una muerte metafórica, y deseo darle la muerte física que le corresponde- una muestra de piedad hacia aquello que es realmente irremplazable, intransferible en aquellas vidas “hechas a mano” ahora ausentes. En el Arte, como en la Ciencia, no hay placer sin el detalle…
Existe otra posibilidad: que la vida real de las figuras prehistóricas, como de cualquier persona que ha sucumbido a lo que yo llamo la “extraña costumbre de la muerte humana”, es sólo la “vida” que nunca volveremos a ver, la vida que alguna vez fue secreta y que ahora está perdida. Me pregunto si el “individuo” está totalmente subordinado al mayor patrón de la Historia. Historia en este sentido no es una búsqueda de la verdad, sino un rechazo a la muerte. La negativa es en vano, en el sentido literal, ya que nada va a traer a estas antigüedades de vuelta. Más allá de todo espiritualismo fácil, las antigüedades hablan, nos aconsejan a través de la memoria, a través de nuestra tardía pero en ocasiones lúcida comprensión sobre aquello que hubieran dicho.
En el transcurso de las cosas, la preocupación por la artesanía antigua y los Santuarios puede parecer marginal. Pero la Religión y la Historia están íntimamente entrelazadas con la acción militar en el Oriente Medio. En medio de las plumas, los uniformes y la calmada parafernalia de un Estado-tirano hundiéndose en el infierno, hay una creciente sensación de Historia perdida.
Según los informes, los apreciados tesoros iraquíes han sido saqueados del modo más despreciable, negligente y ofuscado. Algunos de los antiguos hallazgos más importantes del mundo, que relataban las hazañas de los Uruk, Sumerios, Babilonios, Asirios, Persas y las primeras civilizaciones Islámicas, estaban allí. Incluidos los primeros documentos escritos de la Humanidad, los antiguos textos matemáticos, esculturas antiguas y otras obras de arte. También las riquezas de las Tumbas Reales de Ur de finales del tercer milenio antes de Cristo y las tablillas de la Epopeya de Gilgamesh, que describen un gran inundación con muchos elementos similares a los del Diluvio de Noé. En Nuzi, fueron encontradas alrededor de 3.500 tablillas que datan desde el año 1600 hasta el 1400 antes de Cristo. Muchas de las tablillas tratan sobre leyes y costumbres y proporcionan algunas de las mejores evidencias disponibles sobre las prácticas comunes sociales, económicas y jurídicas en el Mundo Antiguo. Curiosidades tales como una pareja sin hijos que adopta a un esclavo para que éste sea su heredero, tener hijos por poderes, bendiciones en el lecho de muerte y la importancia de los dioses del hogar están recreados en los textos. La ausencia de objetos revela el hecho de que el Arte y la Cultura están en la línea de fuego y que los tesoros culturales verdaderamente únicos del país, e internacionalmente apreciados, han sufrido y han sido esclavizados.
Aunque en ambientes cultos hay un sentimiento de gran amor – veneración podría ser la mejor palabra, por la asombrosamente rica y antigua cultura de Irak, una extendida hostilidad general hacia este país refleja un malentendido en Occidente que falla al establecer la conexión entre un país moderno y la antigua Mesopotamia, la “Cuna de la Civilización”.
La mayoría de las cosas que Occidente considera como fundamentales para el progreso del hombre tienen su origen en Mesopotamia-la antigua tierra que forma el corazón del Irak moderno. Uno no debe olvidar que toda la información que poseemos sobre la primera parte de la Biblia proviene de esta parte del mundo. En esta desastrosa herencia destaca también el papel de Occidente como consumidor miope del legado, en lugar de conservarlo como recurso común irreemplazable a punto de extinguirse. La Historia, por desgracia, es una fuerza que no hace distinción.
La Historia en Irak está demasiado expuesta en la línea de fuego y es una víctima inevitable de la violencia, del oportunismo y de la codicia. No hace demasiado tiempo había decenas de miles de asentamientos arqueológicos en esta célebre tierra. Las sanciones de las Naciones Unidas contra Irak finalmente han destruido el Palacio de Sennacherib, acabando con la labor iniciada por los antiguos Medos y Babilonios, que ya saquearon Nínive en el 612 antes de Cristo. Para estar seguros, tanto el mercado como las fuerzas políticas están también trabajando aquí, pero el hecho es que, sin las sanciones, esta destrucción no hubiera tenido lugar.
Es extraña esta falta de memoria, puesto que los museos en Europa y Estados Unidos están repletos de botines culturales traídos de Mesopotamia en los siglos XIX y XX. Los ejemplos más llamativos son los del Imperio Asirio, -la potencia que se instaló después de los Sumerios y alcanzó su cenit alrededor del 850 AC, y del Imperio Babilónico del Rey Nabucodonosor II. Cuando se descubrieron estos grandes hallazgos en antiguas ciudades olvidadas se encontró entonces una civilización perdida. Se hizo necesario que el hombre reescribiera su propia Historia.
Por ejemplo, cuando se encontraron y descifraron las tablillas de arcilla que relataban el cuento de Gilgamesh, en los años 1.860 y 1.870, este hecho sacudió a Occidente. Se trataba de una Epopeya no sólo 1.500 años anterior a Homero, sino claramente anterior a la Biblia, la cual incluía la historia de una gran inundación, justo como la historia de Noé. De la misma manera que las Teorías de la Evolución de Darwin fueron desafiando la verdad literal del momento de creación narrado por la Biblia, la traducción de Gilgamesh cuestionaron las creencias cristianas ortodoxas. Se sugirió de manera convincente que la Biblia no había sido el primer libro del mundo ni el resultado de la Revelación Divina, sino un trabajo compuesto en el que se incluían historias de anteriores Teologías.
El tiempo…pasa, y aunque midamos su transcurso en los relojes, éste, indolentemente escribe por sí mismo en el cuerpo que envejece y nunca mira hacia atrás. La búsqueda de la Historia no es por una unidad de tiempo sino por una percepción universal del sentido del tiempo: la envoltura del tiempo y su esencia.
La memoria es el retorno del ausente. La pretensión de olvidar directrices y distorsionar todo lo que abiertamente elegimos para recordad. No puede haber pérdida sin una memoria, ningún diseño sin diseñador. La naturaleza es hermosa pero no significativa. Sólo como un fenómeno estético la existencia y el mundo parecen estar justificados. Sólo implicaciones estéticas, no el amor del arte por el arte, sino un contraste acentuado a la moral y las específicas interpretaciones religiosas de la existencia y el mundo. El futuro no llega después del presente en línea recta desde el pasado, y el presente no es más que una línea recta hacia algún lado. El futuro, como dijo Nabokov, siempre es imaginario y siempre podría ser cancelado.
Usted puede sentir que hay una posibilidad de que la pérdida pueda ser en realidad buscada, aunque no tenga lógica, ni sea por su propio bien. Una pérdida es una realidad desplazada, la realidad es un ensayo del sueño. El lamento es más un cumplimiento que un accidente.
Después de todo, hay una delicada pero considerable diferencia entre aceptar la pérdida cuando no tenemos más remedio y juzgar la pérdida como aceptable. Éste es el punto de referencia. Lo mismo ocurre incluso con mayor énfasis con la naturaleza de la belleza.
La diferencia Humana, el proyecto humano incompleto, será reafirmada contra la indiferencia del reino donde todos los ecos son los mismos. Lo que importa no es la consecuencia de su ausencia, sino la necesidad de la consecuencia; es esa necesidad que hace que anhelemos aquello que hemos perdido. La pérdida es irremediable, sigue y sigue, quedándose finalmente en un descompuesto rostro sin fin ante el espejo.
El caminar de puntillas alrededor de la cultura no es fácil en Irak. Sin embargo, una vez fuera de vista y fuera de la mente, es mucho más fácil que la Historia sea ignorada por cualquier guerra.
Por Daniel Estulin
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