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Mujer autorizada a oficiar matrimonios en Palestina

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Con el Corán en una mano y los carnés de identidad de los contrayentes en la otra, una jueza declara a Thaer y a Rawan marido y mujer. Tahrir es la primera mujer de los territorios palestinos autorizada a oficiar matrimonios.

Esta escena se repite todos los días en una corte de Ramalah, en Cisjordania, donde rige la ‘sharia’ islámica, con la única diferencia de que la oficial civil es una mujer, que consiguió ser la primera funcionaria de los territorios palestinos facultada para celebrar matrimonios musulmanes.

Vestida con una túnica negra, adornada con el famoso pañuelo estampado en blanco y negro conocido como ‘kufiyya‘ y la bandera palestina, Tahrir Hamad, de 33 años, lidera una silenciosa revolución al celebrar bodas musulmanas.

Tras ser nombrada el 29 de julio, Hamad se convirtió en la primera y la única mujer ordenada como «mazuna», autoridad musulmana que está facultada para llevar a cabo matrimonios y divorcios.

En el mundo árabe, sólo Egipto y Abu Dabi tienen mujeres que ocupan estos cargos.

Pero para Hamad, los motivos son más culturales que teológicos.

«El único obstáculo que hay es nuestra sociedad patriarcal, porque no hay una razón religiosa ni legal que impida que una mujer ocupe este puesto», afirma.

Su convicción se basa en los 10 años de Estudios Islámicos que cursó, que concluyeron con un máster en Derecho Islámico.

Antes de la ceremonia, Hamad les explica a las parejas que piensan casarse que pueden optar por elegir a un oficial varón.

En su primera semana de trabajo, ha celebrado ocho matrimonios y recibió dos rechazos de parejas que prefirieron un hombre.

Cuenta que uno de los que rechazó que celebrara la boda ni siquiera supo explicarse.

«No podía dar una razón. Simplemente dijo: ‘No quiero que una mujer celebre mi matrimonio, ya está'».

Sin embargo, señala que esta actitud es más una excepción que una regla.

«La gente viene a firmar los contratos matrimoniales y se va cuando tiene lo que quiere. Si la que firma es una mujer o un hombre, ese no es un tema», asegura.

Algunos contrayentes, como Thaer y Rawan Schuman, están orgullosos de que los case una mujer. La pareja vive en Estados Unidos y decidió viajar y casarse en su tierra ancestral.

«Para mí ésto es increíble. Estoy defendiendo plenamente los derechos de las mujeres y esto es genial», dijo Rawan, de 24 años. «Va más allá de la lucha de las mujeres en Palestina».

Su marido, Thaer, de 26 años, que nació en Brasil, también está entusiasmado con la idea.

«El pueblo palestino es un pueblo inteligente, respetuoso, educado y me parece una gran cosa que estén progresando y lo apoyo», afirmó.

En el mundo de los tribunales civiles y seculares, que tradicionalmente está dominado por hombres, tres mujeres han logrado entrar y se desempeñan como jueces.

Al firmar los contratos matrimoniales, Tahrir Hamad también se asegura de preservar los derechos de la novia.

El contrato preparado para Tayssir Hamad y Faten al Deik estipula que tras el matrimonio, la novia va a seguir con su doctorado y que después va a trabajar.

Si después Faten decide renunciar, es una decisión exclusivamente suya.

Con información de : Universo

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