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¿No es la belleza la esencia?

esencia

La belleza está en el interior.

Es una frase nueva, vieja.

La estamos usando mucho últimamente por lo que hemos llegado estos días.

Lo que presenciamos en términos de cosas glamorosas, acciones virtuales engañosas, perfiles artificiales, publicaciones pretenciosas, asombrosas imágenes compuestas y tentaciones visuales y auditivas, nos empujan a mirar hacia adentro más que nunca y nos obligan a repensar la esencia de las cosas, no el exterior.

La esencia es del Padre Celestial, es un tesoro que el Señor colocó al formarnos a cada uno de nosotros, sino que es su marca en nosotros.

El Señor quiso crearnos diferentes.

Cada uno de nosotros tiene su huella divina, es decir, su esencia que Dios quiso para él.

El alma, el espíritu y el cuerpo constituyen la esencia de todo ser humano.

En la medida en que estos tres interactúan entre sí, unos con otros, somos capaces de distinguir bien lo que hay dentro de lo que hay fuera, y eso nos hace apreciar las bendiciones del Señor en todos, una criatura que encontramos, y más aún cuya esencia podemos ver con atención.

El aspecto externo de una persona o de cosas es lo primero que nos llama la atención y nos obliga a sacar conclusiones rápidas sobre la personalidad de esa persona o la existencia de estas cosas.

Podemos juzgar a las personas por su apariencia externa, y ésto se debe a la percepción que cada uno de nosotros tiene, nuestra historia, nuestro estilo de vida y nuestra forma de afrontar las cosas nos llevan a este asunto, que puede ser erróneo la mayoría de las veces.

Pero lo que muchos no saben es que la verdadera belleza se concentra en el interior, no porque el exterior no sea bello, sino porque el espíritu escondido en el interior, es la fuerza oculta e impulsora de la vida y de su renovación en cada momento.

En cuanto al alma, que personalmente veo como el motor de la mente, hay muchas decisiones voluntarias e involuntarias que resultan de nuestro comportamiento, que son claramente visibles y a veces nos confunden.

Belleza y esencia

Centrarse en la belleza del alma no elimina la belleza externa.

Mirar hacia adentro nos hace ver más claramente la realidad del exterior y apreciarla.

La lógica resultante de los comportamientos voluntarios y el cuerpo que encarna estos comportamientos son capaces de hacernos más equilibrados en nuestros prejuicios, y aún más justos con cualquier ser humano que encontremos, más conocedores de cualquier cosa que utilicemos y más adaptables a cualquier circunstancia en la que vivamos.

Cuando hablamos de belleza interior nos referimos a las cualidades y valores básicos que pueden hacer que una persona sea atractiva en general.

La confianza en uno mismo refleja la belleza interior, tal como se manifiesta a través de la determinación y la capacidad de alcanzar metas y tener éxito en la vida.

La bondad, la compasión y el respeto por los demás también reflejan la fuerza de carácter y las buenas costumbres que aumentan el atractivo de esta persona.

Una persona que es hermosa por dentro tiene la capacidad de difundir felicidad y positividad en su vida y en la vida de quienes la rodean.

Cuando una persona es amable, tolerante, comprensiva y cooperativa con los demás, esto se refleja en su reputación y personalidad, y naturalmente atrae a los demás hacia él.

Por tanto, esta persona atrae amigos, amantes y admiradores que quieren emularlo y compartir su vida.

Nadie puede negar que la belleza externa es uno de los factores que atrae la atención y abre puertas, pero también puede alejar rápidamente a otros si se dan cuenta de la verdad real de la falsa belleza, especialmente si está desprovista de la interacción del espíritu y el alma.

Por el contrario, la belleza interior se caracteriza por la capacidad de unir a las personas y crear vínculos fuertes y profundos entre ellas.

La belleza de la esencia refleja el verdadero yo de una persona y otros pueden referirse a ella al evaluarla.

La interacción del espíritu y el alma con el cuerpo hace que esta persona sea más equilibrada en la vida.

El concepto de belleza ha sido objeto de controversia durante mucho tiempo.

¿Es identificable sólo por las apariencias externas o existe una belleza más profunda que involucra pensamientos, sentimientos y espíritu?

Si bien la belleza exterior puede ser temporal y verse afectada por los tiempos y las modas cambiantes, la belleza interior permanece constante y sostenible porque se basa en una fuerte unión entre cuerpo, espíritu y alma.

Por E. Y. Al-Aqouri

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