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El día que los Persas ganaron la batalla con una lluvia de gatos

Tras fallecer el faraón egipcio Amasis II su joven hijo, Psamético III, se haría cargo del reino; un faraón demasiado inexperto que tenía como única misión defender su pueblo y trono de la amenaza persa, cada vez mayor.

El rey Persa Cambises tenía puesto sus ojos sobre Egipto, así pues todo anunciaba una ardua batalla en la que Psamético debería esforzarse al máximo para no sufrir una gran derrota.





La batalla más decisiva de este enfrentamiento fue la batalla de Pelusium, librada en el año 525 a.C. A las puertas de Pelusio, en el Bajo Egipto, las tropas del rey Persa Cambises II se preparaban para dar muerte a todos los egipcios que se pusieran en su camino. Siendo ésta una ciudad bastante importante, no bastaba con tener más hombres que el enemigo: se debía idear una estrategia infalible que minara la moral del enemigo haciendo que poco a poco fueran cayendo uno a uno.

Cambises II estudiaría minuciosamente a su enemigo, y tras ese estudio dio con la solución. Sabía que los egipcios sentían gran respeto por los gatos, pues pensaban que eran imágenes de la diosa local Bastet. Así pues ésta sería la pieza clave de su victoria.

Dos fueron las acciones decisivas que tomó Cambises en esta batalla. Para empezar, sus hombres combatirían con escudos en los que se reflejara la imagen de Bastet. De esta forma, la inmensa mayoría de los hombres egipcios no se atrevieron a pelar. Mientras tanto, los persas aniquilaron a un importante número de hombres.





Habiendo perdido más de la mitad de su ejército, Psamético decidió ordenar una retirada. Muchos lo hicieron con éxito mientras otros intentaron cobijarse en la fortaleza de Pelusio. Cambises, para evitar el asedio, puso en marcha su segunda estrategia. Lanzó una oleada de gatos desde el exterior, algo que los egipcios tomaron como un mal presagio.

No podían entender como Bastet permitía este tipo de acción con un animal tan sagrado, así que decidieron escapar sin mirar atrás. Los hombres que consiguieron evadir el fuego enemigo no pararon hasta llegar a Menfis.

Tras conquistar Pelusio, los persas se dirigirían hasta Menfis. Allí conseguirían hacer caer la ciudad y al mismísimo Psamético III. Éste sería el último faraón de la dinastía XXVI de Egipto, pues a partir de ese momento Cambises sería coronado como faraón y daría inicio a la dinastía persa en Egipto.

Con información de  Historia General

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