Vidrio, un legado Árabe – Origen e Historia
El vidrio, material noble
Según datos históricos, el vidrio fue inventado entre los años 2500 y el 3000 A.C., en el Asia Menor. Cuando la civilización egea estaba en decadencia, en el siglo XIII A.C., se establecieron en Siria y Mesopotamia, numerosos centros de fabricación de vidrio que perduraron y se extendieron por el Mediterráneo, en la isla de Rodas y Chipre, y más tarde en Alejandría, fue un importante centro de producción de vidrio desde el año 330 A.C. Egipto, Persia y Siria constituyeron grandes industrias del vidrio.
El vidrio se define como un producto inorgánico que se ha enfriado hasta alcanzar un estado rígido, sin experimentar cristalización. Es un material que, desde los orígenes de la Humanidad, ha estado siempre vinculado al hombre, cumpliendo una doble función: por un lado, ha servido como elemento de utilidad para el progreso de las distintas sociedades; y por otro, como motivo decorativo con el que el hombre ha expresado sus inquietudes artísticas y creativas.
Muchos autores de la antigüedad escribieron acerca del vidrio. Plinio el Viejo (23-79 d.C.), por ejemplo narró en su «Historia Natural» que el descubrimiento de ese material tuvo lugar en Siria, cuando unos mercaderes de natrón, probablemente en ruta hacia Egipto, preparaban su comida al lado del Río Belus, en Fenicia. Al no encontrar piedras para colocar sus ollas, pusieron trozos del natrón que llevaban como carga, y a la mañana siguiente vieron cómo las piedras se habían fundido y su reacción con la arena había producido un material brillante, vítreo, similar a una piedra artificial. Tal fue, en síntesis, el origen del vidrio.
Los egipcios, precursores de su elaboración
Fueron los egipcios los que impulsarían en mayor medida el uso del vidrio como material decorativo y de uso doméstico para la conservación y almacenaje de determinados productos.
Los egipcios conocieron ya este proceso de elaboración en el cuarto milenio a.C. Con ingrediente como arena, cenizas vegetales, salitre y creta producían un vidrio opaco y opalino que difundieron por todos los países del mundo en forma de recipientes para líquidos y como artículos de lujo, tales como esmaltes vítreos para imitar piedras o recubrir objetos de orfebrería.
Al principio las vasijas y recipientes de vidrio se hacían por derretido sobre moldes, porque no se había inventado aún el método de soplar con tubo, aunque también se cortaban de bloques sólidos. Pero a medida que fueron creciendo las industrias del vidrio, su fabricación también fue floreciendo. De entre todos, se destacó Venecia y la isla de Murano, donde se hacían los trabajos más refinados en vidrio.
Arte musulmán
Pero sin duda los países musulmanes fueron los que hicieron la diferencia tras fabricar vidrios de colores entintados con los cuales adornaban las lámparas de las mezquitas.
Los artesanos musulmanes llegaron a un elevado dominio técnico en el trabajo del vidrio, destacando la época fatimí, en el siglo IX-X, introduciéndose los esmaltes polícromos y el reflejo dorado, y se especializaron en la producción de vidrios tallados, y estampados. Su técnica consistía en excavar y tallar un pedazo de cristal de roca transparente, para que sirva de jarro o copa.
En la época de los selyúcidas y mamelucos en Egipto en los siglos XII-XV se trabajaba el vidrio transparente y de color esmeralda, decorado con arabescos, figuras de animales, versículos del Corán, etc. También en Siria en el siglo XIII, en Damasco y Alepo, Líbano, Tiro, Irak, Samarcanda y Mosul se hacían objetos de vidrio esmaltado con soportes de plata, y lámparas de gran belleza y un fino trazado. Se exportaba a China y en el siglo XV se instalaron en Venecia talleres de vidrio imitando el arte islámico.
Los fenicios y el comercio del vidrio
En el campo de la artesanía no puede olvidarse el vidriado. Los vasos de vidrio así como los amuletos y objetos de adorno fabricados con la pasta vítrea son muy abundantes, y parece que la invención de este material debe ser atribuida a los fenicios. En sus centros comerciales de Oriente, en Gadir o Cartago, o como simples artesanos al servicio de cortes extranjeras, nuestros hombres fabricaron grandes cantidades de objetos de este tipo en los diversos hornos de vidriero que construían a tal efecto.
Componentes básicos
Inicialmente se tuvo en cuenta la arena, algo que a primera vista nada tiene de noble y refinado. De esta opinión sólo son aquellos que ignoran que en muchos casos -por ejemplo el montuoso Líbano– la arena contiene gran cantidad de cuarzo, que es ácido silícico puro en forma cristalina, y precisamente el ácido silícico constituye el elemento más importante del vidrio. Un vidrio normal de ventana contiene más del 70 %, y un cristal de plomo no menos del 60%. Luego, si se mezcla este subproducto del mar con bicarbonato sódico, como se le encuentra en las aguas carbonatadas de los lagos egipcios o en las cenizas de las plantas marinas y esteparias salíferas, si se le añaden substancias alcalinas en forma de piedra caliza, mármol o creta y se calienta la mezcla hasta unos 700 u 800 grados centígrados, entonces se obtiene, con fuerte producción vesicular, aquel producto viscoso y rápidamente solidificable que puede transformarse fácilmente en pequeñas perlas, o, por medio de un núcleo de arcilla, en frascos, o mediante soplado, en hermosos recipientes abombados y trasparentes.
De un modo u otro lograrían descubrir los fenicios este secreto de fabricación que, como es de suponer, estaría celosamente guardado, y lo utilizaron para montar su propia industria cristalera. Pero al hacerlo no se limitaron a una imitación servil, sino que unieron al ingenio su tenacidad en un intento por hacer transparente la masa lechosa. Por fin, después de una serie de pruebas y fracasos, lograron el éxito apetecido. En Tiro y Sidón, en esta última ciudad sobre todo, se montaron pequeñas vidrierías, de cuyos hornos salieron los primitivos trasparentes de la historia.
Tan espectacular como el descubrimiento del vidrio de fue igualmente su manera de comercializarlo. En efecto, no se limitaron a ofrecer el vidrio como objeto de lujo a precios elevados, sino que organizaron cadenas comerciales para distribuirlos a gran escala. El vidrio, fundido, prensado o tallado se ofrecía en Tiro, Sidón o Gadir a precios tan sumamente baratos, que incluso podían adquirirlos los desheredados de la fortuna; y así fue empleándose más y más para vasos y copas en lugar del metal o la arcilla. Los fenicios inundaron literalmente con sus vasijas, botellas y perlas todo el mundo conocido, y con razón puede considerárselas como los iniciadores de la fabricación en serie.
El nacimiento del vidrio soplado
Con el manejo de la caña de soplado se inicia la verdadera artesanía del vidrio hueco propiamente dicho en todas sus formas. Este procedimiento fue aplicado primeramente al soplado de recipientes en el interior de moldes, y poco más tarde se extendió al soplado al aire. Parece muy probable que fuera igualmente en los talleres vidrieros de las costas de Siria donde se fabricarán, también por soplado, los primeros vidrios corona para ventanas. Con esta técnica que ofrecía tan grandes ventajas pudieron fabricarse piezas de paredes considerablemente más delgadas, se introdujeron nuevos diseños con una gran variedad de formas, y se abandonaron los viejos estilos clásicos tradicionales. Además la rapidez de este nuevo procedimiento de trabajo hizo posible una fabricación en mayor escala.
Las piezas fabricadas por los vidrieros de Sidón durante esta época llevaban la marca y firma de su autor, lo que ha permitido su identificación segura. Entre los más afamados vidrieros destacaban Ariston, Artas y Ennion, de cuyos talleres salieron numerosos vasos soplados en molde, con diferentes motivos impresos en relieve y con inscripciones en griego, de acuerdo con la moda y la importancia que había adquirido este idioma en Oriente desde las conquistas de Alejandro Magno.
Después de esto en toda Europa floreció la industria de vitrales de colores, en gran demanda para los ventanales de iglesias y castillos. Alemania e Italia se distinguieron en la confección de esos vitrales. El vitral de colores más antiguo que se produjo en Italia fue el del ventanal redondo del coro de la Catedral de Siena, que data del año 1288.
El uso del vidrio en la vida diaria.
El vidrio inastillable que eliminó el peligro de la rotura de los parabrisas y en los vehículos, fue patentado en Francia por un artista y aficionado a la química llamado Edouard Benedictus, quien lo inventó intercalando una fina hoja de celuloide entre las planchas de vidrio.
En el siglo XVIII, Revenscroft, inventó el vidrio de plomo, que era más pesado y más transparente, y se prestaba para ser grabado.
Por Juan Antonio Cerpa Niño
Con información de Historia y Arqueología
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