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Carlos Aurensanz: Hasday. El médico del Califa

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Un muchacho inquieto desde su niñez, ansioso por encontrar explicación a todo lo que le rodeaba y especialmente a lo relacionado con la medicina. Una actitud que, ayudada por la posición privilegiada de su padre, un comerciante reconocido, le acabó llevando a ser el médico personal del primer Califa de Córdoba, Abderramán III, e, incluso, a convertirse en su mano derecha en los asuntos de estado. Y, todo, a pesar de ser judío en un imperio musulmán.

Es la historia de Hasday. El médico del Califa (Ediciones B), que narra en su último libro, el quinto tras la trilogía de los Banu Qasi y La Puerta Pintada, el escritor tudelano Carlos Aurensanz. Lo presentó en la capital ribera ante unas 80 personas dentro del Club de Lectura de Diario de Navarra, que cuenta con la colaboración del centro cultural Castel-Ruiz.

Al acto asistió el concejal de Cultura, Javier Gómez Vidal, y fue presentado por el periodista de Diario de Navarra Jesús Manrique.

Aurensanz, veterinario de profesión, reconoció que conforme va pasando el tiempo desde que en 2009 publicara la primera novela, la responsabilidad es mayor y contó una anécdota. «Esta vez incluso me asusté porque hubo un club de lectura que colgó en su web un reloj con la cuenta atrás de lo que faltaba para salir la novela. Eso asusta un poco, es una responsabilidad respecto a los lectores», señaló.



Un personaje excepcional

A partir de ahí, se centró en Hasday, un personaje que le llamó la atención cuando investigaba sobre los Banu Qasi. «Me atrajo desde el primer momento porque es absolutamente polifacético. Lo hizo todo en la vida y todo con éxito. Hablaba árabe, hebreo, latín, griego, arameo, algo de persa… Tenía una formación fantástica y fue más allá no dudando en transgredir las normas religiosas que impedían explorar el interior del cuerpo humano. Y hubo gobernantes que mostraron una inteligencia poco corriente y que prefirieron rodearse de los más valiosos colaboradores a pesar de que no practicaran el Islam, como Abderramán III», indicó.

Además, la novela ha permitido a Aurensanz combinar la ficción con el rigor histórico. «La infancia y la juventud de Hasday están sumidas en la penumbra. Solo se sabe que su padre era un comerciante próspero que colaboró con el Califa. Por eso he imaginado esa etapa de su vida, creando personajes y que me ha permitido trabajar con total libertad narrativa. Pero, a la vez, fui elaborando una trama que enlazara con su llegada a Córdoba», relató.

Además, contó una curiosidad sobre el conocido como Tratado de los Simples, que incluye los componentes esenciales de los medicamentos y que es clave en el desarrollo de la novela. «Estaba casi empeñado en que el libro se titulara así, el Tratado de los Simples. Me parecía evocador, que podía provocar la curiosidad del lector, pero la editorial decidió ir a lo seguro», apuntó.

Descendiente del protagonista

Y también relató una anécdota que da muestra de la repercusión de su obra en el mundo judío y que ha llevado a que asociaciones le inviten a presentar el libro. «El protagonista es Hasday ben Shaprut y me escribió un señor de Israel que se llama Hasday Salom ben Shaprut. Me decía que es descendiente directo y estaba interesadísimo en el libro. Le comenté que solo lo tenía en castellano y me dijo que va a intentar leerlo con sus conocimientos de ladino (una variante del castellano que hablan los descendientes de los judíos expulsados de la Península Ibérica en el siglo XV). Me quedé con los ojos como platos y es que los judíos siempre muestran mucho interés por su historia», reconoció. Un interés que, en cambio, no ve en otros lugares, como en la propia Tudela. «La fortificó un musulmán, al que se le considera el fundador. Fue Amrus ben Yusuf…, y nadie lo conoce», dijo.



Una tudelana que supo de Aurensanz en Argelia

El interés que ha despertado la última novela de Aurensanz se demostró en la participación del público en el debate posterior. Una de las intervenciones más curiosas llegó de Belén del Arco, una tudelana que trabaja en el Instituto Cervantes de Orán (Argelia). «Te conocí de forma curiosa. En un club de lectura los alumnos empezaron a hablar de los Banu Qasi y de Carlos Aurensanz y me preguntaban si lo conocía. Yo les dije que no, pero luego pregunté en Facebook y, de repente, me dijeron que era de Tudela, de mi pueblo. En Argelia eres súper conocido, todo el mundo te conocía y yo, que era de Tudela, no», señaló.

Aurensanz, que la recordaba tras haber entablado contacto por esta red social, explicó que muchos árabes que estudian español le han propuesto que traduzca el libro a este idioma. «Se ve que hay mucho interés sobre los Banu Qasi y mi agente lo está mirando para editarlo en países árabes», señaló.

Otra de las preguntas, que propuso al escritor que su próxima obra la dedicara al tema de las Cruzadas, sirvió para desvelar algo sobre la próxima novela de Aurensanz. «Mis editores me propusieron un cambio de época y con unos plazos para publicar, pero les dije que supone empezar de cero. Necesito tiempo para documentarme como con los Banu Qasi. Ahora conozco Al Andalus muy bien porque llevo 7 años inmerso en esta época. Cierro los ojos y veo la Córdoba del siglo X. Pero tenía un plan ‘b’. Aquí tenemos una época muy interesante, que es el principio de la Reconquista, el reinado de Sancho El Fuerte… Por ahí podrían ir los tiros, pero por el momento me centro en la promoción de Hasday, aunque la mente ya empieza a volar», reconoció el escritor.

Con información del Diario de Navarra

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