Gaza Puerto Abierto
El último ataque masivo israelí a la población de Gaza, en el verano pasado, se saldó con 2.205 asesinados palestinos según el organismo de las Naciones Unidas, OCHA.
Por su parte, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, UNRWA, evalúa que hay unas 100.000 viviendas dañadas o completamente destruidas y que entre los asesinados se encontraban 540 niños, muchos de ellos muertos en sus propias casas. Un millar de los 3.000 niños heridos en esos ataques es probable que tengan discapacidades físicas para el resto de sus vidas; pero la mayor herida es la psicológica.
Además, la destrucción israelí alcanzó la planta generadora de electricidad, hospitales, viviendas, campos de cultivo,… Siguen cerradas las fronteras y el asedio continua por tierra, mar (no se han ampliado las millas para los pescadores) y el aeropuerto pagado con impuestos españoles mantiene e incrementa los agujeros producidos por los obuses de ese ejército tan engrasado por esos ejercicios mortíferos y que vende sus armas ‘probadas en combate’ a las fuerzas militares e irregulares de medio mundo cómplice de sus razzias terroristas.
Posteriormente, en octubre de 2014, en las ya clásicas conferencias de donantes, se prometieron 5.400 millones de dólares para la reconstrucción a través del Gobierno palestino (ya unificado después de los acuerdos Al Fatah-Hamas en mayo del año pasado, que quizá fue el detonante real del ataque israelí) y se reclamó una solución definitiva al ‘conflicto’ (no lo llamaron ocupación) para evitar que se repita la ‘guerra’ (no lo llamaron destrucción unilateral israelí). Pero también los donantes recordaron que la eficacia de la reconstrucción de Gaza estaba condicionada al levantamiento del bloqueo israelí y a la anulación de las restricciones de Israel sobre la circulación de personas y de mercancías desde y hacia los territorios palestinos.
El comunicado final reiteró la necesidad de la reanudación de las negociaciones para llegar a la solución de la creación de los dos estados en el marco de la legitimidad internacional y de los acuerdos firmados entre ambas partes y precisó que “la finalización de la ocupación es la única garantía para evitar que se repita la destrucción”.
Pero IRIN, una ONG especializada en información sobre crisis, evaluaba que sólo se habían desembolsado 300 millones de dólares a finales de enero de 2015 de la cantidad prometida debido a las condiciones sobre el terreno que impiden el desembolso de más cuotas. Pero esas condiciones, el bloqueo y la ocupación israelí no son denunciadas.
Las negociaciones israelo-palestinas no existen y la ampliación de colonias y expulsión de habitantes de Jerusalén se refuerzan.
Se comprueba el ejercicio de cinismo de prometer cara a la ciudadanía y olvidarse de sus promesas o a resolver las condiciones, el bloqueo y la ocupación israelíes de la que son cómplices, cuando los medios de comunicación cubren el siguiente conflicto e injusticia.
Porque lo que ha ocurrido en Gaza (y el resto de Palestina) no es producto de un tsunami o un terremoto. Gaza no es un desastre natural. Es el resultado de decisiones políticas deliberadas.
Es fruto de una estrategia israelí de ocupar un territorio, expulsar a sus originarios habitantes en su mayor parte y establecer un dominio supremacista de unas gentes sobre el resto, con complicidad de los estados occidentales, donde están establecidas las grandes corporaciones. Véase esa estrategia desde hace ya más de un siglo estudiada por Kayyali y otros en ‘La historia moderna de Palestina’.
Pero las leyes siguen existiendo. El derecho internacional es un instrumento de los débiles.
Y recordar esas leyes y ponerlas en la agenda de los gobiernos es una labor internacionalista.
Por eso, se ha lanzado la campaña Gaza Puerto Abierto, para romper el bloqueo y señalar la ocupación israelí por las gentes de Rumbo a Gaza. Es una campaña que sucede a la primera que lideró el barco Mavi Marmara; a la segunda flotilla de la libertad que fue secuestrada por el Gobierno socialista griego de Papandreu; a la tercera campaña que acabó con el abordaje pirata israelí del Estelle. Ahora vamos a por la cuarta campaña. Y ésta será la vencida. La que ganará para los palestinos de Gaza la libertad de movimientos. La que pondrá otra vez a los gobiernos ante la tesitura de primar las leyes internacionales por encima de los matones del imperialismo y el apartheid. Vencerá, porque la campaña Gaza Puerto Abierto demuestra que el ánimo internacionalista sigue y continuará. Ésa es nuestra arma, ser constantes en la defensa del pueblo palestino. Y esa voluntad de señalar el cumplimiento del derecho internacional es un arma indestructible.
Para hacer posible esta campaña de Gaza Puerto Abierto se necesita ese ánimo internacionalista de tod@s nosotr@s y de nuestro apoyo económico. El apoyo a la causa palestina exige recaudar ese dinero imprescindible. La Campaña Gaza Puerto Abierto consiste en romper la hipocresía de los gobiernos que dicen una cosa y negocian acuerdos con la potencia ocupante. El dinero no va a llegar de los gobernantes. Fletar un barco cuesta dinero y romper el bloqueo israelí o la complicidad de las autoridades es cosa de tod@s. Para participar en la acción Gaza Puerto Abierto, con nuestra aportación económica vía internet, podemos hacerlo pinchando
Hagamos posible Gaza Puerto Abierto. Es nuestra causa. Apoyémosla.
Por Santiago González Vallejo, economista y activista de innumerables causas, del subtitulado para sordos a Palestina, es miembro del Area Internacional de la Unión Sindical Obrera (USO).
Con información de : Sin Permiso
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