La Leyenda del Rey Wamba,el andaluz
El pueblo malagueño de Pujerra reivindica ser la cuna de uno de los grandes monarcas godos.
Una de las leyendas sobre la procedencia del rey Wamba, que gobernó la península visigoda entre los años 672 y 680, sitúan al municipio malagueño de Pujerra como el punto de nacimiento de este personaje histórico. Ni en tierras portuguesas ni gallegas. El rey que puso a raya a los nobles de la época, sofocó rebeliones de francos y vascones y dio al traste con un intento de desembarco de tropas árabes, procede de esta pequeña población andaluza rodeada de castaños y pinos en la serranía de Ronda, según los estudiosos de la zona.
Para el monitor cultural del Ayuntamiento, Francisco Siles, la Leyenda del Rey Wamba se conserva en el municipio desde tiempo inmemorial y fue a principios del pasado siglo cuando Diego Vázquez Otero dejó por escrito las impresiones que sus antecesores habían legado en la tradición oral; que el rey era un «paisano entregado por completo al cultivo del campo», que fue designado para ocupar el trono de la Monarquía Goda tras la muerte de Recesvinto.
Como asegura Siles, un grupo de nobles y eclesiásticos recibió el encargo de buscar al heredero para coronarlo rey sin saber exactamente dónde residía, pero a la salida de Cartajima en dirección al río Genal, la comitiva que buscaba en los pueblos de la sierra lo localizó tras oir a una mujer que gritaba su nombre desde el Tajo de la Zorra. Wamba opuso resistencia a los caballeros que «llegaron a amenazarse de muerte», alegado su avanzada edad. Después de una larga discusión, el godo dejó en manos de la fortuna su destino al asegurar: «cuando esta aguijada que tengo en la mano florezca seré yo rey de España”,
Cuentan que, al clavar el palo seco en la tierra, éste «reverdeció súbitamente», por lo que tuvo que aceptar la Corona. En aquel sitio se levantó una ermita o capilla y la huerta y el molino enclavados en este término municipal, en los márgenes del Genal, se conoce todavía con el nombre de Huerta y Molino de Capilla. En opinión de Siles, «esta leyenda nos da una muestra del importante acervo cultural heredado de nuestros mayores, fruto de la tradición oral que hemos de conservar para las generaciones venideras y evitar así el olvido de nuestro precioso y singular patrimonio etnográfico».
Por M.J.G.
Con información de ABC
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