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Lunes – Un Homenaje a la Luna

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Pero, tempranamente,
vine como soy,
con manos desangrables,
con miedo,
con amor,
con cuatro lunes cada mes.
Y creo
que de no ser por este corazón,
por este palpitante planeta musical,
ya me habría marchado a tratar de morir.
Con todo,
no querría olvidarme de la risa …

Del latín «lunaes dies» … día de la luna  . Los mesopotámicos, que contaban el tiempo con los meses lunares, tenían destinados determinados días del mes para actividades particulares. Estos días coincidían con las cuatro fases de la luna (creciente, llena, menguante y nueva) y dividían al mes en cuatro períodos de siete días. Con el tiempo, esos períodos se separaron del mes lunar y constituyeron las semanas.

El origen de estos nombres está en la observación del cielo por los antiguos. Durante el año, la inmensa mayoría de los astros visibles no cambiaban de posición unos con respecto a otros. Sin embargo, aquellos hombres observaron a simple vista siete cuerpos celestes que sí variaban de posición: el Sol, la Luna, y los cinco planetas que pueden verse a simple vista: Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno.

En hebreo simplemente se numeran (primer día, segundo día, etc.) contando desde el domingo, excepto el séptimo y último, que se llama shabbat.

En árabe también se numeran excepto el séptimo assabt y el sexto al-Jum’ah (día de la reunión en la mezquita).

En griego moderno también se numeran excepto el séptimo sávato, el primero kyriakí (día del Señor), y el sexto paraskeví (día de la preparación).

El Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah sea con él, nació un día lunes, el día nueve del tercer mes del calendario lunar Rabi’-ul-Awwal en el año 571 DC, el año -53 de la Hégira.

Un lunes fue Su Nacimiento:

Muhammad (PBD) nació en La Meca, un lunes por la mañana, el día nueve de Rabi’ Al‑Awwal, el mismo año que tuvo lugar el incidente del Elefante, un veinte o veintidós de abril de 571 d. C.,

Un lunes fue enviado como Profeta

Cuidadosas investigaciones que tienen en cuenta evidencias circunstanciales y relevantes nos permiten remontarnos al lunes 21 de la noche de Ramadán correspondiente al 10 de agosto del año 610 d.c. cuando el Profeta Muhammad (PBD) tenía exactamente 40 años lunares, 6 meses y 12 días equivalentes a 39 años, 3 meses y 22 días del calendario Gregoriano.[1]

Un lunes fue la emigración de La Meca

El Profeta (PBD) abandonó su hogar un lunes durante la noche del 27 de Safar, en el decimocuarto año de la Profecía; equivalente al 12 o 13 de Septiembre del 622 d.C. Fue a la casa de su amigo, mayor confidente y colaborador Abu Bakr y se marcharon apresuradamente antes del comienzo del amanecer.

Un lunes fue la llegada a Medina

El lunes 8 de Rabi‘ Al‑Awwal, el decimocuarto año de la Profecía el Mensajero de Allah (PBD) llegó a Quba’.

Un lunes fue su fallecimiento

Anas bin Malik narró: “Mientras los musulmanes estaban realizando la oración del alba el lunes, liderados por Abu Bakr, fueron sorprendidos al ver al Mensajero de Allah (BPD) corriendo la cortina del cuarto de Aishah. Él los miraba mientras estaban orando alineados correctamente y sonrió alegremente. Viéndolo, Abu Bakr se retiró para unirse a las filas y para permitirle que él dirija la oración, porque pensó que el Profeta (PBD) quería salir y orar”. Anas dijo: “Los musulmanes que estaban orando estaban tan encantados que casi interrumpen la oración. El Mensajero de Allah (PBD) les hizo un gesto para que continúen su oración, y cerró la cortina.” El Mensajero de Allah (PBD) no vivió para la próxima oración.

Se le preguntó al Profeta (BPD) sobre el ayuno de los lunes y él dijo: “En ese día nací, y en ese día llegó a mí la revelación”. (Muslim, 1162).

Origen de la semana

El pueblo sumerio conocía con relativa precisión la duración del año terrestre, aunque la forma de medirlo difería  del  actual . En su calendario existian los 12 meses del año con sus respectivos signos zodiacales pero los meses duraban 28 dias, con el tiempo y las investigaciones de duraciones lunares establecieron un 13avo mes , intercalándolo.

De los meses pasaron a agrupar los días en períodos de siete unidades, que hoy llamamos semana , que posteriormente fue adoptado por los griegos y los romanos, que dieron nombre a estos períodos sobre la base del número siete. Los griegos los llamaron hebdomás, de hepta ‘siete’, palabra que perdura hasta nosotros en hebdomadario, que significa ‘semanal, semanario’. En Roma se adoptó el nombre septimana, que llegó al español como semana ya en el Cantar de Mio Cid:

Aqui les pongo plazo | de dentro en mi cort:

a cabo de tres semanas | en begas de Carrion

que fagan esta lid | delant estando yo.

Entre los romanos, el gran prestigio de la astrología llevó a introducir la semana de siete días, basada en la idea babilónica de las siete mañanas, pero los nombres de los días fueron tomados de astros y dioses equiparados a los babilonios. De esta forma, el lunes se llamó así en homenaje a la Luna; el martes recordaba al dios de la guerra, Marte para los romanos; el miércoles, al dios del comercio, Mercurio; el jueves a Júpiter (dies Jove o día de Júpiter); y el viernes, a Venus. Para los romanos, el sábado era el día de Saturno, pero con el advenimiento del cristianismo el nombre dies Saturni fue cambiado por Sabbatum, derivado del hebreo sabbath, proveniente de sabath ‘descansar’, que entre los judíos designa al día semanal de descanso. En latín, el domingo se llamaba Solis dies ‘día del Sol’, pero los cristianos cambiaron ese nombre a Dominica, que significaba ‘día del Señor’ (dominus)

La etimología de la mayoría de los días la semana tiene una gran relación con la mitología romana. Los romanos vieron una conexión entre sus dioses y el cielo de la noche que iba cambiando, según los días, así que empezaron a utilizar de manera natural los nombres de sus dioses para los planetas. Aquellos que se podían seguir con la vista en el cielo eran el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La Luna (Selena – Diosa de la luna, famosa por sus amores), Marte (Ares – dios de la guerra, por lo rojo como la sangre), Mercurio (Hermes – dios de los comerciantes, mensajero de los dioses, y planeta que está más cerca del sol), Júpiter (Zeus – dios padre, por ser el segundo más brillante), Venus (Afrodita – diosa de la belleza y el amor, por ser el planeta más brillante), y Saturno (Cronos – dios del tiempo, por ser el más lento).

Bajo el imperio Constantino y durante gran parte del imperio romano, se nombró con algunos cambios, el primer día de la semana haciendo referencia a la Luna, seguido por Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno.

En español se mantienen los nombres planetarios en los cinco días de la semana. Estos cinco días cuyos nombres terminan en -es una abreviación del latín para decir la palabra «día” dies. De este modo, lunes viene de la palabra luna y la conexión planetaria se encuentra también aparente con martes (Marte), miércoles (Mercurio), jueves (Júpiter) y viernes (Venus).

Sin embargo, las palabras para designar el “sábado” y “domingo”, en español no fueron adoptadas utilizando el modelo de denominación romano. Sábado viene de la palabra de origen hebreo, que se refiere al «Sabbat», haciendo referencia al día de descanso (en la tradición judía y cristiana, Dios descansó el séptimo día de su creación).

Domingo tiene su origen en una palabra latina, que significa “el día del señor”. No es ninguna coincidencia que el domingo tenga una relación con el sol y con Jesús. El emperador romano Constantino adoraba a Mitra (dios del Sol), pero un día tuvo un sueño en el que vio una cruz dentro de un sol con la inscripción «vence con ésto». Fue así que se declaró cristiano y dedicó el domingo como «el día del Señor». También prohibió hacer trabajos manuales ese día.

El orden de los días de la semana

En cuanto a la duración de siete días, se plantearon varias hipótesis, pero la más probable es que en la Antigüedad, quizás durante la era de los Sumerios o incluso antes, durante la civilización de Khambat, se dieron cuenta, observando la Luna, de que ésta tarda 28 días para girar alrededor de la Tierra. Este tiempo, llamado “fase lunar”, está compuesto por cuatro períodos, cada uno de 7 días: luna llena, luna menguante, luna nueva y luna creciente.

En la tradición astrológica sumeria, egipcia y greco-romana, como ya se mencionó , los nombres de los días de la semana provienen de los siete astros visibles a simple vista: el Sol (considerado Dios en muchas antiguas civilizaciones, y asociado a Apolo en la cosmogonía griega y romana), o día del Señor (por tanto, Dominus en latín), se asoció al domingo; la Luna (vinculada a la Diosa Artemisa en la cosmogonía griega y a Diana en la romana), corresponde al siguiente día, el lunes; Marte (Dios de la guerra, Ares en Grecia), al martes; Mercurio (mensajero de los Dioses, Hermes en Grecia), al miércoles; Júpiter (divinidad suprema, Zeus en Grecia), al jueves; Venus (Diosa del amor, Afrodita en Grecia), al viernes; y Saturno (Cronos en Grecia, dios de la agricultura), al sábado.

Samuel A. Goudsmit, en El tiempo (Nueva York, 1966, pág. 24), prueba que los egipcios dividían cada uno de los 12 meses de 30 días (de su año de 360 días) en tres semanas de 10 días. Lo mismo hacían los griegos de esa época. No se sabe en qué momento cambiaron ese calendario por la adoración de los planetas, pero debe haber sido antes del siglo IV a. C., ya que Heródoto, en La historia (2.82), escribió: «Estos son algunos de los hallazgos de los egipcios. Descubrieron que […] cada día le pertenece a un dios».

Stephen Herbert Langdon, en La mitología de todas las razas (Nueva York, 1964, pág. 154) prueba que los seguidores del culto a Sin (en Harrán), a quienes los escritores árabes y sirios conocían como arranianos o sabeanos les habían puesto los nombres de los planetas a sus días. Como los hebreos y otros pueblos, consideraban que el día dedicado a Saturno era el séptimo día, así que comenzaban la semana con un día dedicado al Sol. Para el resto de los días utilizaban el mismo orden que los egipcios.

Steven L. Renshaw, en El sistema solar y los nombres de los días, demuestra que esos mismos astros del sistema solar, y en la misma secuencia, se usaron para nombrar los días en India, Tíbet y Birmania. También sucedió lo mismo en Japón, pero esa costumbre se ha podido rastrear solo hasta mil años atrás.

Los soldados romanos estacionados en Egipto se acostumbraron a la semana pagana de siete días y poco a poco la introdujeron en su país, reemplazando la semana oficial de ocho días (octaviano, César Augusto) y los siguientes gobernantes romanos toleraron esta práctica, que se oficializó con Constantino I el Grande en el 321 de nuestra era.

La hipótesis más conocida acerca del origen del orden de los planetas es la siguiente: si se disponen los planetas de acuerdo al conocimiento erróneo ―desde una astronomía geocéntrica― que los antiguos tenían de sus respectivas distancias a la Tierra ―en realidad de cuánto tiempo tardaban en dar un ciclo completo en relación al fondo de estrellas―, el orden (de lejano a cercano, o de más lento a más rápido) sería: Saturno , Júpiter , Marte , Sol Venus , Mercurio y la Luna .

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Pasa el lunes y pasa el martes
y pasa el miércoles y el jueves y el viernes
y el sábado y el domingo,
y otra vez el lunes y el martes
y la gotera de los días sobre la cama donde se quiere
dormir,
la estúpida gota del tiempo cayendo sobre el corazón
aturdido,
la vida pasando como estas palabras:
lunes, martes, miércoles,
enero, febrero, diciembre, otro año, otra vida.

 Nota :

(1) Tomado de El Néctar Sellado. Los historiadores difieren acerca del mes en que Allah lo honró con la Profecía, y el mes en el cual descendió la Revelación. Un gran número afirma que fue en el mes de Rabi‘a Al-Awwal. Otro grupo asegura que fue en Ramadán. Algunos dicen que fue en Rayab (Ver Mujtasar Sirat-ur-Rasul por Shaij ‘Abdullah An-Nashdi pág. 50) preferimos el segundo punto de vista, que fue durante Ramadán, debido a que Allah dice en su libro: “El mes de Ramadán en el cual fue revelado el Qur’an…” [2:185] Y también “Ciertamente lo revelamos en la noche del Qadar” [97:1] Y es bien sabido que la noche del Qadar es durante el mes de Ramadán, y este es el significado de las palabras “Lo hemos revelado en una noche bendita” [44:3] además su reclusión en Hira fue durante Ramadán, y Gabriel descendía durante ese mes como es bien sabido. Nosotros consideramos que fue el día 21 de Ramadán cuando comenzó la revelación porque la mayoría de los sabios de Sirah concuerdan que el Profeta fue elegido un lunes, como lo respaldan los sabios del Hadiz basados en la narración de Abu Catada, donde el Mensajero de Allah fue preguntado acerca de ayunar los lunes y respondió: “Nací un lunes y un lunes comenzó la Revelación.” En otra narración: “Ese es el día en que nací y en el que fui elegido como Profeta” o “comenzó la Revelación.” (Sahih Muslim 1/368, Ahmad 5/297, 299, Al-Baihaqi 4/286, 300, Al-Hakim 2/602). Durante ese año en Ramadán, el Lunes ocurrió el 7, 14, 21, y el 28. Auténticas y verídicas narraciones prueban de que la noche del Qadar transcurrió en una noche impar durante las últimas diez noches de Ramadán. Entonces cuando nos referimos a las palabras de Allah “Ciertamente lo revelamos en la noche del Qadar”. [97:1] y a la narración de Abu Qatadah que dice que el Profeta fue elegido un lunes y consideramos los cálculos de los días que coincidieron Lunes durante Ramadán de ese año, concluimos que fue elegido un Lunes de la noche 21 de Ramadán. Y Allah sabe más.

Referencias :
Lunes , fragmento del poema de Roque Dalton

La Fascinante Historia de las Palabras de Fernando A.  Navarro
Jutba sobre el nacimiento del Profeta (BPD) por el Lic. Muhammad Isa Garcia, publicado en Islamgurea V.
Pasa el Lunes , fragmento del poema de Jaime Sabines
Ver Nota : La Luna en la astronomía árabe
Ver Nota : El Calendario Islámico

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