Jerusalén de oro plagió canción de cuna vasca
La compositora y letrista israelí Nomi Shemer, fallecida en el año 2004, confesó en una carta a su colega y director musical Gil Aldema que su famoso tema musical ‘Jerusalén de oro’ es un plagio de una canción de cuna vasca, según se informó en el diario ‘Haaretz’.
«Considero todo esto como un lamentable accidente. Tú eres la única persona, fuera de mis familiares, que conoce la verdad sobre ‘Jerusalén de oro’, y esta es la verdad», refirió Shemer.
Historia de un símbolo
La canción, que se convirtió en un himno de la Guerra de 1967 -en la que el Ejército israelí se apoderó de la antigua ciudad de Jerusalén y otros territorios palestinos– fue escrita por Shemer, que por entonces ocupaba un lugar destacado en la música popular israelí, para el Festival Hazemer.
Teddy Kollek, Alcalde de Jerusalén de esa época, solicitó que una de las canciones fuese dedicada a la ciudad. En esa ocasión Naomi declaró «la canción fue una novedad. Habían pasado años desde que alguien escribiera una canción sobre Jerusalén y, mencionar a la Ciudad Antigua en el segundo verso, no dejaba de ser un tabú».
Shemer -por sugerencia de Aldema- eligió para presentarla a una cantante poco conocida, Shuli Natan, que se acompañó por su guitarra en la única canción cantada y sin orquesta que se presentó.
La cantante no estaba preparada para lo que aconteció esa noche. Cuando finalizó, la sala quedó en total silencio y, de repente, empezó una verdadera tormenta de aplausos, saludando a la cantante y a la canción.
Los oyentes lloraban y vivaban a Shuli. A medianoche, después que se anunció al ganador del concurso, la audiencia deseaba ‘Jerusalén de Oro’. Kollek pidió a la cantante que la cantara, otra vez y la audiencia se unió al estribillo.
El certamen se celebró tres semanas antes de esa guerra, que duró seis días y concluyó con la derrota de los ejércitos árabes vecinos.
En 1987, Shemer obtuvo el Premio Israel en la categoría canción hebrea. En los años 90, por su delicada salud, su prosa se redujo. Pero, en 1996, después del asesinato del Primer Ministro Isaac Rabin, tradujo y añadió música a la poesía del estadounidense Walt Whitman ‘Oh Capitán!’, en su memoria.
La ¿verdadera? inspiración
La compositora escuchó por primera vez la melodía de boca de la cantante israelí Nejama Hendel, otra destacada figura del folclore de éste país, a mediados de la década de los 60.
La canción, que alcanzó fama internacional y de la que se hicieron decenas de versiones, fue interpretada en las celebraciones del Día de la Independencia de Israel.
«En el invierno de 1967 estaba trabajando en los versos de ‘Jerusalén de oro’ y se ve que esa canción se me deslizó desde la memoria de forma inconsciente», (sic) escribió Shemer, quien solía responder con acritud cuando se le preguntaba sobre su origen.
«Al parecer -agrega- alguien me protegió y proporcionó mis ocho notas, las que me dieron los derechos sobre mi versión de ese tema folclórico. Pero todo fue hecho, como te digo, inconscientemente». (sic)
Según relató Shemer, su consuelo era decirse a sí misma que «quizá el origen de esa melodía perteneció a judíos convertidos por la fuerza al cristianismo durante la Inquisición en España y Portugal, y que todo lo que hice fue rescatar su gloria pasada». (sic)
«Ahora, Gil, conoces la verdad y te permito que la difundas», concluye la carta de la poeta y compositora israelí. Eróstrato quemó el templo de Artemisa de Éfeso la misma noche del nacimiento de Alejandro Magno (21 de julio de 356 a.C.) sólo para lograr la celebridad. Y lo consiguió, porque a pesar de que la autoridades prohibieron hablar de él su nombre califica hoy una tendencia deformadora de la información, que busca lograr la notoriedad a cualquier precio.
¿Cuánto de Erostrato ha tenido Nomi Shemer? La compositora se lo dijo a su Gil Aldema: se apropió inconscientemente de la melodía de la canción vasca y luego le entró pánico al advertirlo. (sic)
Con información de El Mundo
©2015-paginasarabes®