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¿EU gestó a los yihadistas del califato islámico?

Imagen del mes pasado de Hillary Clinton, aspirante a la candidatura demócrata a la Presidencia de Estados Unidos ©Ap
Imagen del mes pasado de Hillary Clinton, aspirante a la candidatura demócrata a la Presidencia de Estados Unidos ©Ap

Existen muchas versiones en los medios occidentales ( whatever that means) sobre la génesis de los yihadistas sunitas que ahora controlan grandes extensiones de territorio desde Irak hasta Siria y que han llegado a las fronteras tanto del este de Líbano como de la región autónoma de Kurdistán (norte de Irak), con pletóricos yacimientos de petróleo y gas, lo cual ha valido la enésima guerra de Estados Unidos en la antigua Mesopotamia mediante sus selectivos bombardeos quirúrgicos desde los cielos.

Una versión de la agencia oficial alemana Deutsche Welle (DW) reseña el inicio de los yihadistas sunitas, quienes fueron entrenados por los estadunidenses tanto en Turquía como en Jordania, y atribuye su oscuro financiamiento tras bambalinas a algunas de las petromonarquías árabes del Golfo Pérsico.

Del lado de la prensa occidental del Líbano, que todavía perdura en el mundo árabe, hoy en plena delicuescencia con el borramiento de las fronteras trazadas por los acuerdos de Sykes-Picot –el entendimiento de Gran Bretaña y Francia para repartirse el féretro del imperio otomano después de la Primera Guerra Mundial–, un artículo bombástico del periodista libanés cristiano Samir Mansour (http://goo.gl/ihM3lO) en el rotativo An-Nahar (6/8/14) causó el efecto de una bomba en los círculos medio-orientales al reseñar el libro reciente Hard choises (http://goo.gl/FXShGY) de la controvertida ex secretaria de Estado Hillary Clinton, en el que supuestamente confiesa que Estados Unidos se encontraba detrás de la gestación distócica de los yihadistas sunitas.

El artículo de Samir Mansour en el rotativo An-Nahar, con fuertes lazos con Francia, tuvo el efecto de una bomba y valió el inmediato desmentido del embajador de Estados Unidos en Líbano, David Hale, quien refutó rotundamente tal paternidad monstruosa.

Sea lo que fuere, muchas veces las reac­ciones de las opiniones públicas en el mundo y en sus regiones particulares se basan en percepciones, sean reales o fantasiosas, y es evidente que el artículo de marras, en el muy respetable rotativo Al-Nahar por el cotizado periodista Samir Mansour, haya permeado en las mentes flageladas de las poblaciones perseguidas: desde los católicos-caldeos de Mosul hasta los yazidis kurdos de Nínive.

El daño ha sido tal que el columnista Michael Young salió a desmentir punto por punto el artículo de su colega Samir Mansour, a quien fustiga de no haber leído el libro de Hillary Clinton que cita y en donde, al parecer, no viene ninguna referencia respecto del momento obstétrico de los yihadistas sunitas (http://goo.gl/B27WDN).

Lo cierto es que los bombardeos quirúrgicos de Estados Unidos muy difícilmente detendrán la consolidación y/o el avance irresistible de los yihadistas sunitas, de quienes llama la atención que Obama se percató muy tardíamente de su irredentismo barbárico y sus atrocidades medievales.

The Wall Street Journal (10/8/14) afirma que el nuevo califato islámico prospera desde su base en Siria, mientras recluta partidarios muy bien remunerados tanto de la región como de Chechenia, además de varios aventureros conversos europeos y anglosajones muy sueltos.

Poco se dice, pero detrás del oscuro asesinato del embajador estadunidense en Bengasi, en medio del caos libio, se encontró la exportación masiva de armas a los rebeldes islámicos de Siria, específicamente para Al Qaeda y Al Nusra, quienes luego se transmutaron mágicamente en los yihadistas sunitas del grupo conocido en árabe como Daesh e ISIS (por sus siglas en inglés) y que ulteriormente proclamó su nuevo califato del siglo XXI a los dos lados de la incandescente transfrontera de Siria e Irak.

Más que investigar quién fue el creador teratológico de los yihadistas sunitas que hoy asuelan las áreas que han conquistado a la usanza de los antiguos mongoles –Gengis Kan, Tamerlán y Atila–, es más claro su destino, que ya empieza a desestabilizar las fronteras de tres potencias nucleares miembros de los BRICS: Rusia (en el Cáucaso), India (http://goo.gl/UdkjPF) y China.

La entrevista de la controvertida Hillary Clinton al israelí-estadunidense Jeffrey Goldberg de la revista The Atlantic (10/8/14) ha causado mucho furor tanto por su crítica, quizá teatral, al presidente Obama –debido a su error de no haber intervenido en Siria–, como en su apreciación de haber financiado mal (sic) a los rebeldes sirios, por lo cual surgió el Estado islámico. A su juicio el no haber ayudado al Grupo Central del Ejército Libre (sic) de Siria desembocó en un gran vacío que los yihadistas han llenado ahora.

Lo grave ahora del núcleo yihadista –que a mi juicio constituye un artilugio de la yihad global contra los BRICS, opinión que fue ampliamente difundida tanto por Réseau Voltaire como por Russia Today (http://goo.gl/2zbWjy)– radica en sus matrices obstétricas que subrepticiamente están conectadas a Ucrania y a Chechenia –lo cual tenderá a desestabilizar a Rusia– pero más que nada en sus metástasis a China.

Phoenix Weekly (8/8/14), revista de Hong Kong con amplia distribución, causó enormes trémulos en China al publicar las amenazas de venganza de los yihadistas sunitas del califato islámico, cuyo objetivo es expandirse a Xinjiang: la republica autónoma de China con 10 millones de uigures (mongoles islámicos centroasiáticos) que buscan su separación.

Alexa Olesen, de la revista estadunidense Foreign Policy (http://goo.gl/OMRt7l), pone en relieve la defensa de los derechos islámicos que han sido arrebatados por la fuerza en China, India y Palestina, que se ha vuelto el leitmotiv del nuevo califa del siglo XXI Abu Bakr al Baghdadi en sus incendiarias filípicas desde Mosul, que se ha vuelto de facto la capital del Estado islámico.

La arenga del nuevo califa es puesta en relieve por Phoenix Weekly, que se da el lujo de publicar los planes de los yihadistas para ocupar extensos territorios en los próximos cinco años, que incluyen una parte significativa de Xinjiang, mutilada de China.

Alexa Olesen aduce que China ha estado combatiendo una insurgencia separatista de baja intensidad en Xinjiang durante décadas y se preocupa de que los grupos islámicos extraños se infiltren en la región, lo que puede envalentonar al latente movimiento independentista.

Alexa Olesen destaca que el enviado especial chino Wu Sike, después de una gira en el Medio Oriente, comentó a los reporteros en Pekín que China era la víctima del terror con raíces en Siria e Irak.

Wang Chong, investigador de Charhar Institute, exhortó al envío de tropas chinas a Irak para combatir el terrorismo yihadista, mientras que Zu Weilie, director del Instituto de Estudios del Medio Oriente en la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai, comentó al Global Times (29/7/14) que China cree que la ONU debe encabezar las operaciones en contra del terror en el Medio Oriente.

Por lo visto, la yihad global sirve muchas agendas simultáneas desde su nueva matriz operativa en Siria/Irak/Líbano con el fin de desestabilizar a Rusia en el Cáucaso y a China en Xinjiang.

Por Alfredo Jalife-Rahme
Con información de La Jornada

Don Alfredo Jalife-Rahme
Don Alfredo Jalife-Rahme

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