La sensibilidad cultural es la clave
«El empoderamiento de las mujeres rurales tiene que hacerse desde adentro, de acuerdo con la cultura y las normas aceptadas por las comunidades», dijo la activista Mishkat Al Moumin cuya organización trabaja con las iraquíes de los pantanos.
La fundadora de la entidad iraquí Women and the Environment Network (WATEO) fue ministra de Ambiente de ese país entre 2004 y 2005. La organización busca capacitar a mujeres rurales en tanto principales usuarias de los recursos ambientales, especialmente el agua.
Dialogo con Mishkat Al Moumin sobre la importancia de la cultura y las tradiciones en el abordaje de estos temas.
IPS: ¿Puede describir la forma de sustento de las mujeres en Iraq y su relación con el ambiente?
MISHKAT AL MOUMIN: WATEO trabajó entre mujeres rurales que viven en la zona de pantanos iraquíes, de 20.000 kilómetros cuadrados, y que según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) tiene el ecosistema más particular de Medio Oriente, que se remonta a 5.000 años antes de Cristo.
El régimen de Saddam Hussein, (1979-2003) destruyó los pantanos, drenándolos y lanzando ataques sistemáticos contra los “árabes de los pantanos”, que se estima son medio millón. (De ellos,) 40.000 huyeron a Irán y alrededor de 100.000 se convirtieron en desplazados.
Tras la caída del régimen de Saddam (Hussein), en 2003, los árabes de los pantanos volvieron y cooperaron con el Ministerio de Ambiente y con organizaciones internacionales para rehabilitar el ecosistema. Alrededor de 45 por ciento de los pantanos fueron recuperados. Sin embargo, ya no volvieron a ser los mismos. La falta de agua dulce requiere que las mujeres caminen por lo menos 16 kilómetros, de ida y vuelta, más de una vez al día, para recolectar ese líquido.
En cuanto a los alimentos, los árabes de los pantanos dependen de la caza y de la pesca para subsistir. Más de 66 especies de aves se consideran en riesgo. Debido a la escasez de alimentos, los árabes de los pantanos, otrora orgullosos de pescar con un tridente, ahora pescan usando redes o electricidad.
Este entorno complicado significa más trabajo y más responsabilidades para las mujeres. Antes de la destrucción, había agua dulce por todos lados. Ahora es escasa. Las mujeres cosechan agua sin importar qué olor o color tenga. A veces las familias beben del contenedor aunque sus animales hayan tomado antes de allí. Una taza es usada para la familia entera. Eso causa enfermedades que se transmiten a través del agua.
IPS: Usted intenta empoderar a las mujeres rurales mediante el manejo de recursos en las provincias de Basora, Maysan y Thi Qar. ¿Podría explicar los problemas subyacentes que busca abordar?
MAM: Los principales problemas en los que trabaja la organización es capacitar a las mujeres para que obtengan agua, saneamiento e higiene a fin de satisfacer las necesidades básicas de su familia.
Además, queremos incluir la perspectiva femenina en las políticas hídricas. A menudo las políticas olvidan incluir la perspectiva de quienes usan agua la mayor parte del tiempo: las mujeres. A tal fin, en agosto de 2010, WATEO organizó reuniones comunitarias en las tres provincias. A las mismas asistieron funcionarios del gobierno, representantes del sector privado, de organizaciones no gubernamentales y mujeres rurales evaluando políticas hídricas, lo que llevó a la recomendación de que las mujeres deberían ser reconocidas como las principales usuarias del agua.
En el caso de los árabes de los pantanos, como ejemplo adicional, hemos capacitado a mujeres de más de 53 aldeas en la zona, instruyéndolas sobre cómo proveer de agua, saneamiento e higiene.
Eso incluyó conocimientos sobre cómo preservar agua, saneamiento e higiene, hirviendo agua, cubriendo los contenedores para mantenerla limpia, lavando las tazas que se usan para beber en vez de que todos los miembros de la familia usen la misma, etcétera.
IPS: ¿Logró avances en el apoyo a las mujeres rurales iraquíes?
MAM: Cuando las comunidades se juntan para abordar un tema, se logran avances. Siento que se concretó un gran progreso (en el caso de las mujeres árabes de los pantanos) porque fue un esfuerzo grupal que incluyó a profesores iraquíes que contribuyeron con su conocimiento, su tiempo y su esfuerzo, líderes tribales que apoyaron estos programas y que creen que capacitar a las mujeres vuelve más seguras a sus comunidades –lo que ocurrió-, así como organizaciones internacionales, especialmente el PNUMA, la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional, la Universidad de Victoria y la de Waterloo.
El estudio realizado antes de la capacitación muestra que 90 por ciento de las mujeres consultadas recolectaban agua sin considerar su color ni su olor. Luego del curso, 80 por ciento de las mujeres se preocupaban por el color y el olor del agua, 80 por ciento identificaban áreas donde el agua estaba menos contaminada, 85 por ciento la hervía y 85 por ciento limpiaba el contenedor antes de usarlo.
El único desafío que tenemos que afrontar es el financiamiento. Debido a la falta de recursos financieros, no podemos ampliar el entrenamiento a otras aldeas y cubrir más áreas para brindar un nivel superior de capacitación.
IPS: El empoderamiento de las mujeres rurales necesita que se comprendan y consideren aspectos culturales en la inclusión de los temas de género en las políticas. ¿Puede explicar esto?
MAM: El empoderamiento de las mujeres rurales tiene que hacerse desde adentro, de acuerdo con la cultura y las normas aceptadas por las comunidades. La tribal es una comunidad islámica conservadora, por lo tanto el lenguaje que se usó en el curso reflejó esa característica.
Todos los materiales de la capacitación fueron diseñados para coincidir con la naturaleza de la comunidad. Por ejemplo, mujeres musulmanas conocidas que administraban recursos hídricos fueron presentadas como ejemplos. Se utilizó el dialecto local y expertos de esas áreas fueron entrenados para formar a otros.
A lo largo de la capacitación, todos los expertos usaron el lenguaje local, así como prácticas y tradiciones conocidas, para introducir la idea de que las mujeres son las principales usuarias y administradoras de los recursos hídricos.
Por Rousbeh Legatis
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