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Carmel Hassan: me molestan el paternalismo y la condescendencia

Carmel Hassan, ingeniera informática ©Javier Flores

-ingeniera, mujer, joven y feminista. ¿Lo suyo es la provocación?

Feminista es una palabra casi tabú, pero es una necesidad. Mientras exista el machismo no se puede ser otra cosa.

-Como mujer, el camino de las ingenierías ha debido recorrerlo muy en solitario.

-Fue sorprenderme ver cómo cada vez había menos mujeres. En realidad uno normaliza mucho su situación, no piensa que sea un problema ser mujer hasta que entras en una clase, apenas hay chicas y empiezas a recibir un trato diferente.

-¿Cómo de diferente?

-Paternalista, condescendiente…

-¿Molesta?

-Al principio crees que es normal, pero luego te haces mayor y, sí, molesta. Te dices, pero si estoy igual de preparada, ¿por qué me tengo que sentir más insegura que un compañero?

-¿También en la empresa?

-También hay paternalismo y condescendencia, pero sobre todo son los comportamientos, los comentarios y las conversaciones. Al crearse más dominancia masculina las conversaciones se tornan en charlas de bar… Aunque también soy optimista y creo que las cosas están cambiando.

-Usted ha escrito: «No hay leyes que nos discriminen y mi generación contó afortunadamente con las mismas oportunidades de acceso a la educación sin distinción de género». ¿Entonces?

-La cultura y la sociedad tienen que cambiar para que la igualdad sea real. Ninguna ley te dice que no puedes acceder a un trabajo o estudiar, pero luego no existen los mecanismos para que sea así de hecho y cuando no hay transparencia los prejuicios y los estereotipos dirigen las decisiones.

-¿Por qué creó Yes we tech?

-Tenía interés en conocer la comunidad de mujeres en tecnología en Málaga y saber si podíamos unir fuerzas para ser más activas en la actividad tecnológica en la ciudad. La idea era crear una comunidad feminista, reivindicar que se eviten lenguajes y situaciones machistas en el sector de la tecnología, y trabajar en formación.

-¿Cuántas son?

-Tenemos un canal de Slack en el que estamos 39 y un meetup donde somos más de 300.

-¡Muchas!

-Sí.

-¿Poco visibles?

-Al menos no lo suficiente. Yes we tech quiere darles visibilidad y ver los roles profesionales que ejercemos.

-¿Qué teme?

-Mujeres programadoras hay pocas y son estos perfiles los que se valoran más. Las mujeres estamos mucho más en la parte visible del software, en tecnologías de la información, en diseño o en calidad. No es bueno ni malo, pero curiosamente se valoran más los puestos donde están los hombres.

-¿Por qué tan pocas mujeres estudian ingenierías?

-A medida que avanzas en los estudios hay menos mujeres. Cuando tienes que decidir con 16 años el tipo de bachillerato a estudiar hay tendencia a seguir a la masa, al grupo de amigos y amigas para no sentirte sola.

-¿Faltan modelos?

-También. La publicidad, el cine y la televisión han creado personajes relacionados con la tecnología con los que no se identifican las chicas, y en los libros de clase no aparece ninguna mujer destacada en ciencia o tecnología.

-¿Es difícil hacer carrera profesional?

-Hasta cierto punto no, pero sí a la hora de entrar en las redes de contactos que se crean a través de los eventos en los que se mueven las empresas tecnológicas.

-¿Por qué?

-Creo que es casi psicología grupal. Vas a un evento y a lo mejor te vuelves a encontrar sola. Interactuar con la gente es más complicado cuando los hombres se sienten más cómodos hablando entre ellos y parece que hablar con las dos únicas mujeres de la sala va a ser raro.

-¿Una ingeniera tiene que demostrar constantemente lo buena que es?

-No siempre pero sí a lo mejor a la hora de tomar decisiones, ver quién promociona o cómo se valora tu trabajo en público. Las cosas son muy sutiles, depende mucho de la cultura de los jefes y jefas, de la cultura de promoción y de la transparencia. Cuanta más transparencia mejor, se evitan sutilezas y endogamias. La falta de transparencia siempre perjudica a las mujeres porque es muy difícil demostrar que alguien no promociona porque es mujer.

-¿Cree en las cuotas?

-La discriminación positiva ayuda a resolver situaciones de desigualdad. En tecnología se parte de una cultura machista y puede ser una solución porque fuerza una situación de conciencia, de anormalidad y de necesidad de cambiar los métodos para buscar talento y garantizar la transparencia.

-¿Faltan emprendedoras en tecnología?

-He conocido pocas. Desde luego cualquier mujer necesita el apoyo de la familia para dar ese paso porque emprender significa invertir tiempo, corazón y seguramente dinero y no es una decisión de una persona sola, necesita que la pareja apoye esa iniciativa.


Hija de un refugiado

Carmel Hassan (Granada, 1987) confiesa que ha tenido mucha suerte. De pequeña tuvo a su alcance el ordenador de sus hermanos mayores, que despertó su curiosidad por una profesión que no conoce fronteras porque se aplica «de la medicina al arte», es innovadora y circula a velocidades de vértigo. Hija de un refugiado palestino «del 48«, enfatiza para subrayar aquella generación que tuvo que abandonar su tierra tras la guerra árabe-israelí, confiesa que sufre con proximidad e intensidad la «indignante y tristísima» situación de los refugiados. «Es revivir una y otra vez…».


Por Encarna Maldonado
Con información del Diario de Sevilla

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