Jerusalén-Buenos Aires, atentados de falsa bandera
El siguiente hecho que vamos a mencionar tiene un importancia capital dentro de tema de los atentados terroristas de Buenos Aires y, como todo este caso de terrorismo, una estrecha y directa relación con los sucesos de Oriente Medio, ya que está ubicado dentro del «tiempo» y del «espacio».
Pero primero una «introducción» a cargo del Virrey Avirán.
El 16 de julio de 1998, el embajador de Israel en Argentina (Isaac Avirán) fue invitado, por primera vez, por la embajada de Egipto, para participar en la recepción recordatoria de la fiesta nacional del otrora orgulloso país de los faraones. Pero eso no fue lo más importante. Por encima de las caras de estupor y desagrado de la mayoría de los embajadores de los otros países árabes presentes, resaltaron las declaraciones a la prensa del señor Isaac Avirán: «Arafat tiene un doble discurso. En inglés, para Occidente, manifiesta un interés por la paz que no expresa en árabe para los palestinos. El tiene el poder para controlar el terrorismo pero no sólo no lo hace: a veces empuja sus acciones». En el escenario en que se encontraba, esa frase tuvo la obvia intención de acusar a la ANP de ser la responsable de los atentados terroristas de Buenos Aires de 1962 y de 1964.
-¿Usted cree realmente que Arafat maneja el terrorismo palestino?
– Sí
– Los últimos atentados ocurrieron en pleno corazón de Jerusalén occidental, un área bajo el control exclusivo de la seguridad israelí.
– Es cierto, hubo fallas en la seguridad israelí. Es difícil tener todo bajo control, cuando en Israel trabajan 150.000 palestinos. Pero los terroristas palestinos que detiene Arafat salen de la cárcel dos días después.
– ¿Usted considera que el primer ministro Netanyahu es hoy el gobernante adecuado para Israel?
– Es el hombre que ganó legítimamente las elecciones. El debe gobernar. Le digo más: si hoy hubiera elecciones (en Israel) yo creo que vuelve a ganarlas Netanyahu (Fuente: La Nación, Buenos Aires, 17 de julio de 1998). Issac Avirán es miembro del Partido Laborista Israelí. En Argentina es más que un embajador: se comporta como un Virrey del poder judío destinado a la más miserable de las colonias.
La pregunta del periodista sobre los atentados de Jerusalén, que el Virrey Avirán endosa a los Palestinos de la OLP-ANP hace al núcleo de una cuestión específica.
En mi libro «Los atentados de Buenos Aires fueron el producto de la infiltración del terrorismo fundamentalista judío en el servicio de contraespionaje israelí – Shin Beth», analizo esos atentados dentro del espacio-tiempo de la crisis del Oriente Medio, porque sostengo que Argentina, al igual que luego Kenia y Tanzania, fue un mero teatro de operaciones. Para datar el «tiempo» de esos atentados (ya que su «espacio» estuvo siempre muy alejado de Argentina) señalo el comienzo de la Conferencia de Madrid y el asesinato de Isaac Rabin. Dentro de ese tiempo se producen los atentados de Buenos Aires.
Sin embargo hay que entender que el asesinato de Rabin fue el prólogo necesario del acceso al poder de la coalición Likud. Netanyahu no hubiese accedido al poder si no fuese porque se había eliminado al último líder laborista con capacidad para ejercer el mando en un país en crisis: Israel. Pero no bastó el asesinato de Rabin. Fueron necesarias otras acciones posteriores para demostrar a los electores israelíes la validez de la ecuación «seguridad versus territorio». Lo que «demuestra» la validez de la opción son los dos atentados a la bomba realizados en Jerusalén, en julio y septiembre de 1997.
En el libro recojo una información periodística valiosísima, un informe enviado por Lino Ventosinos, que en esa época era corresponsal de El País, de Madrid, en Jerusalén, el 7 de septiembre de 1997. Reproduzco ese texto:
«En un inesperado giro de los acontecimientos, y mientras la sociedad israelí lamenta aún las muertes de las víctimas del atentado de la calle Ben Yehuda en Jerusalén, la Autoridad Palestina (AP), que preside Yasir Arafat, aseguró ayer que los autores de la acción son extremistas israelíes y acusó al gobierno de Benjamín Netanyahu de ocultar informaciones que lo prueban. Un inusual comunicado de AP asegura que «la dirección palestina confirma que la operación terrorista contra civiles israelíes en Jerusalén no fue llevada por palestinos». El gobierno de Arafat afirma tajantemente que dispone de pruebas israelíes que establecen la responsabilidad de radicales judíos en el triple «atentado suicida»…, e indica que los autores del atentado «vinieron del extranjero». La nota señala también que en los preparativos para el atentado «fueron ayudados por los grupos radicales israelíes que asesinaron a Isaac Rabin. La AP dice que el gobierno israelí tiene la información exacta sobre la identidad de los autores. El Gobierno palestino acusa a Israel de ocultar esa información y «otros detalles sobre quienes han dirigido, perpetrado y ayudado» en el atentado del pasado jueves».
En el mes de enero de 1998 tomo contacto con la Oficina de Representación Diplomática de la Autoridad Palestina en París. Le planteo la cuestión a mis amigos allí. Necesito mantener una conversación con algún responsable oficial de la Inteligencia Palestina sobre esos atentados de Jerusalén, para ubicarlos, si ello fuese lógicamente posible, dentro del «tiempo-espacio» de los atentados de Buenos Aires. La respuesta a mi pedido fue positiva, pero el contacto recién se pudo establecer hacia mediados de Junio, en la misma capital francesa, cuando la edición española de este libro ya había sido impresa.
El oficial de Inteligencia Palestino me dio a leer algunos documentos oficiales de su organismo, pero antes me había advertido:
– Puedes leerlos, pero no copiarlos. No podemos permitirnos el lujo de hacerlos públicos en un momento políticamente tan frágil para nosotros.
– ¿Puedo hacer referencia a esta reunión?
– Sí, porque no sabes ni mi verdadero nombre ni mi verdadero cargo. Por lo tanto es tu responsabilidad la que está en juego y no la nuestra.
Estuve leyendo toda la tarde, en una modesta habitación de hotel, documentos de la inteligencia Palestina redactados en idioma inglés. Recuerdo con absoluta claridad que todos ellos, desde distintos ángulos, hacían referencia y demostraban con hechos la responsabilidad directa del Shin Beth en ambos atentados de Jerusalén. Para la Autoridad Palestina no había dudas: sólo que aún no podían hacer público una acusación por una cuestión de oportunidad política.
Por lo tanto lo que yo quería que fuese una investigación se vio finalmente reducido a una historia muy corta, la que acabo de relatar. Su resultado coincidía absolutamente con el punto de partida, con las coordenadas iniciales que dio Lino Ventosinos en su artículo. Tuve entonces un nuevo cierre para mi «espacio-tiempo» de los atentados de Buenos Aires.
No iba a ser el último. El mismo día en que se realiza la reunión de compromiso exigida por el Departamento de Estado de los EUA entre israelíes y palestinos, el 19 de julio de 1998, la seguridad israelí «frustra» otro «atentado» en Jerusalén. La ANP señaló rápidamente a los fundamentalistas judíos como responsables de ese «atentado» no consumado.
Por Norberto Ceresole
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Jerusalén-Buenos Aires, atentados de falsa bandera por Norberto Ceresole se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://paginasarabes.com/2016/05/17/jerusalen-buenos-aires-atentados-de-falsa-bandera.