Dulzuras fritas para la merienda
Todos lo sabemos: las frituras pueden resultar pesadas y engordan… ¿Pero no podemos permitirnos un descanso de vez en cuando? Atardeceres fríos y vacaciones con los chicos son una buena combinación para ello.
Un poquito de memoria
Según los libros de Historia de la Gastronomía, aparentemente, la primera sociedad que consumió buñuelos fue la morisca, o sea, la formada por los árabes que vivieron durante 700 años en el sur de España. Recetas registradas se encuentran desde el siglo XVI y se dice que, bañados en miel, eran uno de los postres favoritos de los árabes aposentados en Granada.
Pero dado que este tipo de preparación aparece en cocinas tan distantes entre sí como la americana y la de India, no es absurdo imaginar que nacieron como muchos platos muy simples que hoy consideramos manjares: preparados con lo que había en el momento. Y una olla con materia grasa, unos huevos y un poco de harina debían ser bastante comunes en casi cualquier sociedad. Y, a partir de allí, todo es creatividad… ¡como la tuya!
Sí está claro que a América llegaron en barcos españoles. Y también que nuestras tradicionales tortas fritas son las muestras clara de su «nacionalización».
Con sabor rioplatense
El secreto es que sean caseras, única manera de comerlas calentitas y recién hechas. Para preparar tortas fritas mezclá 250 g de harina común y 250 de harina leudante con ocho cucharadas de grasa derretida y 200 cc de agua. Añadí sal a gusto y amasá hasta que todo se integre bien. Formá tus tortitas y freílas en aceite o grasa. Una advertencia: deben flotar y no tocar el fondo. Espolvorealas con azúcar y …¡a disfrutar!.
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