Georges Tarabichi, filósofo sirio siempre en combate
Acometió una ingente labor de traducción, que fue de Freud a Hegel, Sartre, Beauvoir y Marcuse.
El 16 de marzo de 2016, murió en París Georges Tarabichi, filósofo sirio nacido en Alepo en 1939. Tarabichi fue un viejo marxista-nacionalista, algo muy árabe, que llegado un momento sopesó la fuerza del legado islámico como motor de cambio y emprendió un difícil camino (además era de origen cristiano) de integración de estas tradiciones. Fue una voz única y a la vez muy representativa, siempre en combate con todos y, sobre todo, consigo mismo.
En sus años juveniles, Tarabichi militó en el Partido Socialista Árabe Baaz, llegando a dirigir Radio Damasco (1963-1964), pero tras romper con la disciplina de partido pasó un periodo en la cárcel. El punto de inflexión en su trayectoria fue la derrota árabe en la guerra con Israel de 1967. El cataclismo llevó a Tarabichi a replantearse la universalidad del marxismo en sus términos clásicos, y le hizo volver la mirada hacia el legado árabe que hasta entonces había desdeñado. Esta revisión ideológica (desglosada en su libro El marxismo y la cuestión nacional, 1971) estuvo acompañada del exilio en Líbano. En estos años, los setenta y primeros ochenta, acometió una ingente labor de traducción, que va de casi todo Freud a Hegel, Durkheim, Sartre, Beauvoir y Marcuse.
Definitivamente instalado en París con la prolongación de la guerra civil libanesa (1975-1990), Tarabichi se volcó en su obra mayor, la enciclopédica crítica de La crítica de la razón árabe (cinco volúmenes, 1999-2010). A partir de la refutación por inane de La crítica de la razón árabe (1982-1990), del filósofo marroquí Mohamed al-Yabri, Tarabichi propuso “releer, reexcavar y refundar” el saber arabo-islámico en su integridad. La filosofía árabe (de Al-Kindi a Averroes), la teología y la jurisprudencia islámicas, el sufismo o la retórica clásica no son, según sus postulados, menos constitutivos de la actual razón árabe que el legado filosófico europeo. En el diagnóstico de Tarabichi, el proyecto fallido de modernidad árabe solo podrá salir adelante a través de un proceso de continua revisión crítica de la razón de ser árabe, pero tendrá que hacerse en los términos de un “secularismo islámico” acorde con la esencia del Corán; aventuras como el islamismo contemporáneo serían una perversión de este ideal.
Incapaz ya de escribir
La traducción, la refutación y el enciclopedismo son formas de conocimiento muy árabes, y Georges Tarabichi se consagró a ellas renovándolas. Con su fina dialéctica igual acusó de “orientalistas” a otros filósofos árabes (como los egipcios Hasán Hanafi y Abd al-Rahmán Badawi) que arremetió contra Nawal al-Saadawi, tótem del feminismo árabe en Occidente.
En los últimos años, con la guerra civil asolando Siria, el silencio pudo con su carácter contestatario: “Mi situación es como la de mi país: estoy totalmente paralizado y soy incapaz de escribir”, dijo en una de sus últimas entrevistas.
Por Luz Gómez García
Con información de El País
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