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Muere el rey saudí Abdallah bin Abdelaziz

abdullah bin Abdelaziz al-saud

El rey de Arabia Saudí, Abdallah bin Abdelaziz, ha muerto a los 90 años de edad tras sufrir una neumonía, según informó la casa real en un comunicado.

Según las primeras informaciones, le sucederá su hermano Salman, de 79 años, que ha nombrado príncipe a su hermano Muqrin, segundo en la línea de sucesión.

Antes del anuncio, la televisión estatal Saudí ha interrumpido la programación para emitir versos coránicos, lo que habitualmente indica la muerte de un miembro de la familia real.

Abdallah bin Abdelaziz nació en 1924 y accedió al trono el 1 de agosto de 2005, tras el fallecimiento de su hermano y predecesor, el rey Fahd.

El primero en la línea sucesoria de Arabia Saudí es Salman bin Abdelaziz, nacido en 1935 y príncipe heredero desde junio de 2012 y que en la actualidad ocupa los cargos de viceprimer ministro y titular de Defensa.

Salman ha nombrado príncipe a su también hermano Muqrin bin Abdelaziz al Saud, segundo en la línea de sucesión desde marzo de 2014. Anteriormente fue director general de la inteligencia saudí y viceprimer ministro.

En un comunicado oficial, el nuevo rey Salman ha llamado al Consejo de Lealtad de la familia real a reconocer a Muqrin como su príncipe y heredero.

«Su alteza Salman bin Abdelaziz Al Saud y todos los miembros de la famailia y de la nación lamentan la muerte del rey Abdallah bin Abdelaziz, Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas, que ha muerto a la una de la madrugada de este viernes 23 de enero», indica el comunicado.

Arabia Saudí, uno de los países más herméticos del mundo, pero con el que Occidente mantiene unas estrechas relaciones.

Sobre todo económicas, comerciales y financieras, vinculadas en buena medida al petróleo, del que el reino wahabí es el segundo productor mundial.

Arabia Saudí, un país producto de la unión -ya en el siglo XVIII- de una poderosa familia de beduinos, la Casa de Saud, con el teólogo musulmán Abdul Wahab, fundador de la corriente de pensamiento wahabí.

El wahabismo está considerado como la doctrina más radical y rigorista del islam suní.

La fusión de ambos factores -el político, con el poder en manos de la familia Al Saud, y el religioso, unido a la preeminencia del petróleo como elemento sustantivo de la existencia del país- ha hecho de Arabia Saudí un estado patrimonial.

Y en el cual no existe el menor atisbo de liberalización ni de transición, ni siquiera siguiendo la estela de las revueltas que comenzaron en el mundo árabe a finales de 2010 .

«Arabia Saudí siempre ha sido un apoyo firme, militar y de inteligencia de las políticas de Estados Unidos como la guerra contra los soviéticos en Afganistán (1979-1989) o en políticas antiterroristas»,

«Ahora empieza a haber un cambio porque hay un desequilibrio en la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí, ya que Washington no necesita tanto el petróleo saudí pero los saudíes sí necesitan la ayuda militar y de defensa que le da Estados Unidos».

La familia Al Saud debe mucho (por no decir todo) su poder al clero radical wahabí, que son los que lo sustentan desde la fundación del reino, en 1932.

Esta situación ha llevado a que esos clérigos extremistas ejerzan una enorme influencia en todos los aspectos del país.

Hasta el punto de llevarlo a una especie de anquilosamiento social, que se traduce en un deficiente sistema educativo, lo que lleva a que buena parte de los cuadros técnicos que trabajan en el reino sean extranjeros.

«En Arabia Saudí la gente no está acostumbrada a hablar de política en la casa. La política no es algo que esté dentro de la cultura saudí, con lo cual es más difícil que prendan movimientos de protesta, porque no hay una cultura política».

Referencias:
RTVE
La Casa de Saud de Javier Martín

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