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Jesús, los niños y el bullying

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El desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, los motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son acciones de hostigamiento que atentan contra la dignidad del niño. El bullying crea un desequilibrio de poder, cuando un grupo o individuo tiene una conducta negativa, agresiva y repetitiva

El término bullying es un anglicismo que puede traducirse como “matonería” e implica agresión, intimidación o acoso sistemático entre iguales (posición social semejante). En México el 80% de los niños y niñas en edad escolar han declarado haberlo sufrido.

El bullying o acoso escolar se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas que ocurren sin una razón clara adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros.

Es molestar a alguien sin importar lo que haga, sólo por el gusto de hacerlo. La constancia en los ataques -número de veces que sucede- aumenta la gravedad del acoso que ya es un problema de salud mental a nivel mundial.

Este fenómeno no distingue raza, religión, posición social, estructura física ni edad, este problema está afectando cada vez a más temprana edad y ningún sector de la sociedad está libre de él.

Una nueva encuesta que monitorea la intimidación dirigida hacia adolescentes y niños musulmanes en California considera que la mitad en algún momento han sido objeto de “comentarios y rumores infames” sobre su religión.

La encuesta se armó en conjunto con el Consejo sobre Relaciones Americano-Islámicas y un Grupo Nacional de Defensa y Derechos Civiles de los Musulmanes. Fueron encuestados 471 estudiantes musulmanes en las escuelas públicas de California entre las edades de 11 a 18.

En su mayor parte, los estudiantes informaron de “un ambiente escolar saludable en el cual estaban cómodos participando en discusiones acerca de su identidad religiosa” y en el que se sentían seguros y respetados por los maestros en la escuela. Pero también hubo problemas.

Del 50 por ciento, quien denunció acoso social, a lo largo de las historias de insultos y otras observaciones, que “eran de esperar,” dijo la autora del informe Fatima Dadabhoy, una gerente de personal fiscal y de los derechos civiles y abogado personal de CAIR en Anaheim.

“Son llamados terroristas, o ‘¿Qué es esa cosa en tu cabeza?’… a las chicas las llaman ‘cabeza de toalla’, o bromas como ‘No tires esa bomba’ o ‘No nos bombardees hoy,’ “dijo Dadabhoy. “Estas fueron las más comunes que nos enteramos”.

El diez por ciento de los niños encuestados reportó la intimidación física como bofetadas, patadas o puñetazos. Las niñas, en particular, fueron objeto de intimidación por llevar su hijab, el tradicional pañuelo de cabeza islámico: al menos 17 por ciento de las chicas que usaban hijab dijo haber experimentado un “ofensivo tocar o tirar” de su hijab.

El informe cita una niña de 11 años de Daly City: “Muchas de mis amigas y yo tenemos un poco de miedo de llevar el hijab porque estamos preocupadas por ser intimidadas.”

Además, el 21 por ciento de los estudiantes dijo que habían experimentado algún tipo de acoso cibernético ligado a su religión.

La Biblia no trata sobre la violencia en las entidades educativas; sin embargo, registra una gran cantidad de textos que señalan la oposición de Dios hacia la agresión, ya sea en la familia (doméstica), en la escuela (bullying), o en el trabajo (mobbing).

Jesús y el bullying

A Myriam se le corrieron dos gruesas lágrimas y cerró sus hermosos y dulces ojos de color avellana, pues pensó en ese momento, en las palabras que dijera el anciano sacerdote Simeón de Bethel cuando le consagró en el Templo a los 40 días de haber nacido Isa(P), que «siete espadas de dolores traspasarían su corazón».

Por mucho que sus padres y sus maestros quisieran preservar al niño-Dios de su propia grandeza, a fin de que pasara desapercibida entre las gentes, muy poco pudieron conseguir.

En el hogar propio estaban los hijitos del primer matrimonio de José con Débora, el mayor de los cuales pasaba ya los 15 años. Las excepciones y los privilegios despiertan necesariamente los celos en espíritus de poco adelanto.

Y fue así, que en el hogar y en la escuela, el pequeño y dulce Isa (P) tuvo el dolor de despertar la envidia y los celos en sus compañeros de igual edad y condiciones.
Podríamos bien decir, que el Hombre-Dios fue mártir desde la cuna, porque hondo martirio es esa gota de hiel caída en la copa de su corazón día a día, y hora a hora, nacida de la mezquindad y egoísmo de los niños de su tiempo, que a veces se tornaban agresivos para con aquel niño excepcional, que no gustaba de hurtar frutas en los jardines ajenos, cosa que tan incitante y deleitosa es para el común de los niños; que se disgustaba hasta llorar con fuertes y sentidos llantos, si apedreaban con hondas las palomas y mirlos; que les miraba con ojos de horror y espanto, si al paso de un anciano, de un contrahecho o de un leproso, los chicuelos le promovían un vocerío de palabras nada dulces ni halagüeñas.

En seguida se formaban bandos en torno al niño-Mesías Salvador de los hombres. Los de malos instintos, le odiaban de inmediato; los más adelantados en evolución, le amaban hasta el delirio. Fue en este sentido que él dijo años después: «Traigo conmigo la guerra y la división, no obstante que es de amor y de paz la misión que me ha encomendado mi Padre».

La humanidad es siempre la misma, a pesar de sus lentos progresos intelectuales, morales y espirituales que le cuestan siglos. Todo ser que se destaca de la multitud por sus virtudes, por sus dotes, por sus aptitudes o facultades, despierta el odio y la malevolencia, en los seres cuyo yo inferior domina por completo la personalidad; y en cambio engendra un amor puro y reverente, en los seres cuyo yo superior domina y manda a la personalidad.

Y es evidente que en torno de Isa (P) debía manifestarse, claramente este problema humano, ya que era imposible ocultar la gran diferencia entre ser tan excepcional, y todos los demás niños que en el hogar o en la escuela le rodeaban.

Y los de peores instintos empezaron a llamarle, el niño tonto del carpintero, o el tontuelo hijo de Myriam, a la cual las otras mujeres compadecían grandemente de que en su primogénito hubiese tenido tan poca suerte, pues era evidente que se trataba de un niño retardado, débil, esquivo y en una palabra, falto de las condiciones necesarias para ser varón fuerte en toda la extensión de la palabra.

Y si los padres del niño o sus maestros, tomaban como es natural la defensa del ofendido y agraviado Isa (P), el odio de los otros crecía, a tal punto, que el niño debía ser llevado y traído de la escuela por Myriam, su madre, pues sus hermanastros los hijos de José, no le eran suficiente defensa.

Hasta que un día, el hijo tercero de José, de igual nombre que su padre, que era el más adelantado de los hermanos y el que más amaba al niño de Myriam, fue herido de una pedrada en el corazón por interponerse entre Isa (P) y el pequeño grupo de escorpiones infantiles que le agredían. Este hijo de José y de Débora murió joven, de una afección que le sobrevino a causa de aquella certera piedra arrojada con honda, por un chicuelo que no levantaba más que un metro de la tierra.

Debido a los martirios infantiles a que le sometían los niños contemporáneos suyos, un año después o sea cuando Isa (P) cumplía los ocho, su anciano maestro y el Hazzán se tomaron el trabajo de concurrir en días determinados a la casa de José, a fin de continuar siquiera en pequeña escala la educación del niño, sin exponerlo a las rudas alternativas que dejamos enunciadas. Su hermanastro José que ya hemos mencionado cooperó con ellos en esta tarea.

La casa de José fue pues como una pequeña escuela, pues los otros hijos del artesano más algunos vecinos íntimos, recibieron juntos a Isa (P), esa primera y sencilla enseñanza que se acostumbraba en todas las familias de la clase media.

Hay en el Evangelio de Lucas una frase que como una delicada flor exótica merece ser estudiada fibra por fibra. «Y el niño crecía en gracia y virtud delante de Dios y de los hombres».

El bullying siempre ha existido , lo que sucede ahora es que es más evidente; a partir de los videos y fotografías de los celulares es que nos hemos percatado de estas prácticas de violencia tan generalizada , desafortunadamente.

Es tan común escuchar a los maestros y prefectos de las escuelas con estas expresiones de » No pasa nada, son jóvenes», «Así se llevan ellos, no exagere Lic.», «Son rudos pero buenos» , etc…

No sé Ustedes , prefiero pecar de exagerada que de indolente o como se dice acá… de valemadrismo.

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