“Rezo por Siria, asolada por sufrimientos indecibles” – Papa Francisco
Esta celebración significa “el abrazo del padre de una Iglesia con Pedro. Una Iglesia rica, con su propia teología dentro de la teología católica, con su propia liturgia maravillosa y con un pueblo, en este momento una gran parte de este pueblo está crucificada, como Jesús”.
El Papa Francisco concelebró una misa este martes 13 de febrero en la capilla de la Casa Santa Marta con el patriarca de la Iglesia de Antioquía Greco-Melquita, en comunión con Roma, Youssef Absi.
En esta misa nuestro hermano, el patriarca Youssef, padre de una Iglesia, de una Iglesia antiquísima viene a abrazar a Pedro, para decir “estoy en comunión con Pedro”, explicó el Papa Francisco al final de la misa en que El Santo Padre no pronunció una homilía, sino unas breves palabras para explicar el significado de la celebración. Al final de misa, el patriarca dio las gracias al Santo Padre y, por invitación del Papa, impartieron juntos la bendición final.
Esta celebración, explicó el pontífice, significa “el abrazo del padre de una Iglesia con Pedro. Una Iglesia rica, con su propia teología dentro de la teología católica, con su propia liturgia maravillosa y con un pueblo, en este momento una gran parte de este pueblo está crucificada, como Jesús”. “Ofrecemos esta misa por el pueblo, por el pueblo que sufre, por los cristianos perseguidos en el Medio Oriente, que entregan sus vidas, sus bienes, sus propiedades porque son expulsados. Y también ofrecemos la misa por el ministerio de nuestro hermano Youssef», expresó el Santo Padre.
Por su parte el patriarca greco-melquita agradeció al Papa “por esta hermosa misa de comunión, en nombre de todo el Sínodo de nuestra Iglesia greco-melquita católica. Personalmente, estoy realmente conmovido por su caridad fraterna, por los gestos de fraternidad, de solidaridad que ha demostrado a nuestra Iglesia durante esta misa. Prometemos mantenerla siempre en nuestros corazones, en los corazones de todos nosotros, clero y fieles, y siempre recordaremos este evento, estos momentos históricos, este momento que no puedo describir por lo hermoso que es: esta fraternidad, esta comunión que une a todos los discípulos de Cristo. Gracias, Santidad”.
El patriarca Youssef Absi se encuentra en Roma junto con los obispos del Sínodo Greco-Melquita para peregrinar a la tumba de San Pedro tras finalizar el Sínodo de esta Iglesia Oriental, en comunión con la Iglesia Católica, clausurado en Líbano.
El Papa: “Rezo por Siria, asolada por sufrimientos indecibles”
El lunes 12 de febrero, Francisco había manifestado su preocupación por el destino de Siria, que ha vuelto a caer en estos últimos días en el abismo de la guerra y de la violencia, lo hizo al recibir en audiencia a los miembros del Sínodo greco-melquita, a quienes aseguró reservar un sitio muy especial a la “amada” nación del Medio Oriente durante la próxima Jornada de Oración y Ayuno por la Paz, que será el 23 de febrero.
“En esa ocasión no dejaré de recordar, en especial, Siria, asolada en estos últimos años por sufrimientos indecibles”, afirmó Francisco y aseguró su cercanía a “todo el Medio Oriente” y a las diferentes comunidades cristianas que viven allí, las que “en este difícil periodo histórico”, están llamadas “a vivir la fe en el Señor Jesús en medio de muchas pruebas”.
En estas tierras la Iglesia está “profundamente arraigada y desempeña un servicio precioso por el bien del Pueblo de Dios”, recordó el obispo de Roma, así como también a los fieles de la diáspora, que se han trasladado a otros países “buscando una vida mejor”. El pontífice espera que “con su testimonio de vida, los obispos y los sacerdotes greco-melquitas puedan animar a los fieles a permanecer en la tierra en donde la Providencia divina quiso que nacieran”.
“Nunca como en estos momentos –explicó Su Santidad citando las palabras que escribió el pasado 22 de julio el entonces patriarca apenas elegido Youssef Abisi–, los pastores están llamados a manifestar, ante el pueblo de Dios que sufre, comunión, unidad, cercanía, solidaridad, transparencia y testimonio”. Sobre todo al final de este Sínodo, que es “momento fundamental, de camino común, durante el cual el patriarca y los obispos están llamados a tomar decisiones importantes por el bien de los fieles, incluso mediante la elección de nuevos obispos, pastores que sean testigos del Resucitado”.
Con información de Aica
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