Somayya Jabarti,primera editora de un periódico saudita
Arabia Saudí es considerado uno de los países más opresores en relación a la mujer donde una retrógrada interpretación del Islam menoscaba su libre participación en la sociedad, no en vano año tras año de acuerdo al Informe sobre disparidad de género del Foro Económico Mundial este país árabe acostumbra por desgracia a ocupar los peores puestos.
Sin embargo algo parece está cambiando, pues en los últimos meses las mujeres han comenzado a desafiar abiertamente prohibiciones tan irracionales como el derecho a contraer matrimonio sin el consentimiento de los padres o la oposición a que las mujeres conduzcan.
El llamado decreto de “feminización” impulsó a miles de mujeres a protestar en el lugar de trabajo con la consiguiente represalia de la policía religiosa de Arabia Saudita.
Quizá, como resultado de estas movilizaciones, se han logrado pequeñas conquistas que hasta hace poco eran impensables. Es el caso del nombramiento de la primera editora femenina por parte de un periódico de Arabia Saudí.
La Saudi Gazette designó como editora jefe a Somayya Jabarti en sustitución de Khaled Almaeena alegando que la decisión era “no una cuestión de género sino de mérito”.
La Saudi Gazette es un diario escrito en inglés cuya circulación ronda los 15.000 ejemplares, además de ser uno los pocos en el Reino que no pertenece a la realeza saudí. Esta cierta autonomía le ha permitido granjearse una reputación de relativamente liberal cuanto menos en relación a los férreos estándares de control sobre los medios de comunicación.
Sabedores de las restricciones, los periodistas saudíes tienden a autocensurarse, sin olvidar que luego los periódicos deben ganar la aprobación del Ministerio de Cultural en especial sobre la información concerniente a las citas editoriales.
La Gaceta se desmarca con un equipo en su mayoría compuesto por mujeres periodistas, pero el reciente nombramiento le ha dado un salto significativo ya que hasta ahora los hombres habían ocupado todos los puestos editoriales de alto nivel. De momento la protagonista, Somayya Jabarti, ya ha declarado que “Se ha hecho una grieta en el techo de cristal y estoy esperando a que se pueda convertir en una puerta”.
Queda un largo recorrido, pero los activistas en derechos de género creen en esta medida esperanzadora para inspirar al resto de mujeres en la búsqueda de posiciones de liderazgo.
Por Cristina Grao Escorihuela
Con información de En Positivo
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