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Se va Ahmadineyad, ¿habrá alguien a su altura?

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Ahmadineyad asumió la presidencia de la República Islámica de Irán, en agosto de 2005

Ahora, al término de su segundo mandato, su personalidad ya forma parte de la imagen que deja la república islámica en el mundo. ¿Un belicista o un verdadero defensor de la soberanía de su país?, ¿un populista o un político comprometido con los iraníes?: esas son las distintas facetas de la impresión que causa en distintas personas.

Hay quienes opinan que el presidente Ahmadineyad ha cruzado algunas «líneas rojas» dentro del país con respecto al líder supremo de la revolución y por ello ha decepcionado a mucha gente. Sin embargo, el portavoz del Consejo de Guardianes de la Revolución, Abas Ali Kadjodai, desestima esta suposición.

«Estamos en favor de la unidad –dice–. Y todos los presidentes del país, independientemente del momento, han buscado esa unidad. Todos siguen la misma política».

El programa nuclear, tema clave del mandato

Lejos de la república islámica, el tema que ha levantado más resquemores en los ocho años de Ahmadineyad a la cabeza del Ejecutivo ha sido el programa nuclear. El asunto ha elevado la tensión entre Estados Unidos, Israel y la Unión Europea, por un lado, e Irán, por el otro, a unos niveles de constante alerta.

Ambos bandos en varias ocasiones abandonaron la mesa de negociaciones para convertir las especulaciones sobre la supuesta bomba nuclear en una herramienta de presión política. Desde el lanzamiento de sus primeros proyectos en el campo de la energía atómica, Teherán ha rechazado todas las acusaciones y ha defendido los fines pacíficos de las tecnologías aplicadas.

Todo ese tiempo más del 80% de los ciudadanos iraníes apoyaban tanto el programa de investigaciones nucleares como la dedicación del mandatario a defender el derecho del país al átomo pacífico. Esta coincidencia en opiniones ha sido uno de los factores claves de la gran aceptación popular de Ahmadineyad.

Los años yendo contracorriente

Muchos opinan que el presidente Ahmedineyad se ha visto en un callejón sin salida por las sanciones económicas internacionales. Las medidas draconianas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea se han ido aseverando exponencialmente desde el 2006.

Solo por estar en contra de las grandes potencias, por hablar de justicia y de que todas las naciones deben tener un papel en Naciones Unidas lo han catalogado como un demonio

Según quienes le respaldan, es el alto precio que ha pagado por ir contracorriente. Así, el ex asesor de Ahmedineyad, Bahid Sharifzadé, afirma que «solo por estar en contra de las grandes potencias, por hablar de justicia y de que todas las naciones deben tener un papel en Naciones Unidas lo han catalogado como un demonio».

Defensor de los más pobres

Lo que pocos ponen en duda en Irán es la sencillez y modestia en su forma de vivir. Así, en todos estos ocho años no ha cobrado sueldo como jefe del Ejecutivo, sino que ha seguido manteniendo su salario como profesor de la Universidad de Teherán.

Uno de sus mayores logros ha sido poner a los empobrecidos en un lugar privilegiado de la agenda política iraní. Por eso hay gente en el país que le agradece en especial su contribución al bienestar de las familias.

«Ahmedineyad ha sido capaz de defender a los más pobres. Ha dado subsidios, les ha construido casas, ha bajado los intereses de los bancos», dice un conductor junto a su viejo vehículo en una calle de Teherán. Otros recuerdan que empezó a viajar por los pueblos pequeños: algo que no había hecho ningún líder persa antes que él.

Las cifras económicas hablan por sí mismas

Algunos funcionarios, sin embargo, lo critican por su estilo de gobierno muy peculiar. «A veces ha tomado decisiones improvisadas. Ha tomado decisiones muy difíciles sin preparación alguna, sin consultar a nadie», testimonia el ex embajador de Irán en México, Hasan Qadiri Abianeh. El resultado, a su juicio, no ha sido muy positivo para el país.

Las cifras económicas que deja encima de la mesa hablan por sí mismas. La moneda iraní, el rial, se ha devaluado en un 50% en un año y medio. La inflación registrada en 2012 fue del 30%.

‘Lo que no te mata te hace más fuerte’

Esas cifras reflejan la situación actual e indudablemente preocupan y castigan a la población, pero el legado de Ahmadineyad no se va a cimentar sobre la simpatía que despierta entre los que menos tienen ni entre los nacionalistas –orgullosos de pertenecer a un país que no es títere de nadie y marca sus propios designios-, que también, sino en un modelo de supervivencia debido a las sanciones y al aislacionamiento provocado por la postura de Occidente.

Expertos de diferentes países hacen bueno aquello de ‘lo que no te mata te hace más fuerte’ e Irán está viviendo una edad de oro en cuanto a desarrollo tecnológico se refiere: a nivel de comunicaciones, armamento, energético e informático entre otros. La postura de Occidente respecto al petróleo persa obligó a Ahmadineyad a buscar nuevos socios, a abrirse al mundo y todos esos frutos los recogerán los próximos gobiernos. La economía actual le puede dejar un mal sabor de boca a él, a sus colaboradores y sobre todo al pueblo, pero precisamente por ello es que será recordado, por su capacidad de autosuficiencia que luego servirá para ser vitrina y modelo para otros Estados emergentes.

 Con información de : RT

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