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Es probable que muy pronto el pueblo de Israel diga ¡Basta! – Iñigo Aduriz

Hedy Epstein. Superviviente del Holocausto y activista de la Segunda Flotilla

A sus 86 años, Hedy Epstein (Wachenheimer, 1924) es una activista más del grupo estadounidense que prepara estos días en Atenas su inminente salida en la Segunda Flotilla. Es judía y sus padres fueron víctimas del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Ella emigró a EEUU y, tras años de estudio del conflicto en Oriente Próximo, decidió luchar activamente contra las políticas israelíes.

¿Quién le ha convencido de participar en la Segunda Flotilla?

Dejé Alemania en mayo de 1939 y me evacuaron junto a otros niños a Inglaterra. Mis padres, que eran judíos, lo decidieron así para mantenerme viva. Y los ingleses realmente me salvaron. Alguien se puso en pie para ayudarme. Y me rescató. Me siento en la obligación de hacer lo mismo con la población de Gaza, que vive en la cárcel más grande del mundo. No pueden salir de allí y si lo intentan les disparan. No puedo consentirlo.

Es judía, pero está en contra de las políticas de Israel.

Esto viene de muy lejos. Nací en Alemania y cuando tenía 8 años mis padres se dieron cuenta de que tenían que abandonar el país. Pero decidieron a dónde no irían: Palestina. ¿Por qué? Porque eran antisionistas. Siendo una niña no entendía qué quería decir eso, pero a medida que he ido creciendo yo también me he convertido en antisionista.

¿En qué momento decidió implicarse?

Llegué a Estados Unidos en 1948, cuando Israel se convirtió en Estado. Y tuve sentimientos confusos. Por un lado, estaba contenta de que hubiera un lugar adonde pudiera ir toda esa gente que fue expulsada de sus hogares. Y, por otro, recordé el antisionismo de mis padres. Pero estaba en un nuevo país y quería hacer una nueva vida. En 1982 me empecé a interesar por el conflicto palestino-israelí, descubrí las políticas que practica Israel y comencé a denunciarlo. Esta será la quinta vez que intento entrar en Gaza. Todavía no lo he conseguido.

¿Se ha ganado enemigos en su actual país, EEUU?

Es cierto que la mayoría de la gente no entiende mi postura. Muchos judíos me dicen que soy antisemita, que soy una traidora. Pero yo no me odio a mí misma.

¿No está asustada por la reacción que pueda tener Israel ante la Flotilla?

Nunca he estado preocupada cuando he tratado de llegar a Gaza. Pero esta vez sí lo estoy. Los propios israelíes han dicho que tenían pensado utilizar perros de ataque y eso me asusta mucho. Porque siempre está la posibilidad de obtener el punto de vista humanitario de un ser humano. Pero, ¿qué se puede esperar de un perro?

La secretaria de Estado de su país, Hillary Clinton, considera que la Flotilla es una «provocación», porque supone entrar en aguas israelíes…

No estamos planeando ir a aguas israelíes. Vamos a viajar por aguas internacionales y por aguas de Gaza. E Israel no debería estar autorizada para controlar a todo el mundo.

¿Por qué cree que la mayoría de los países se ha posicionado en contra de esta iniciativa?

Simplemente, creo que temen que les llamen antisemitas. A mí también me llaman antisemita, pero esas palabras no me duelen. Yo sé quién soy, sé lo que soy y no soy antisemita. La comunidad internacional no ha sido capaz de enfrentarse a Israel y decirle que no está bien lo que hace. Somos sociedad civil y queremos ayudar a la sociedad civil. No queremos entrar en contacto con ningún Gobierno. Sólo queremos llevarles cartas de amor.

¿Qué cree que va a ocurrir?

No sé lo que va a pasar. Sólo espero que los israelíes no nos ataquen. Un gran amigo mío ya fallecido, Vittorio Arrigoni, acababa todos sus escritos diciendo: «Seguimos siendo humanos». Y lo únicoque puedo decir a los israelíes es eso: «Seguid siendo humanos». Y si siguen siendohumanos, no nos atacarán.

¿Qué opina sobre las políticas que ha llevado a cabo Israel desde 1948?

No tiene fronteras y no tiene una Constitución por una simple razón. Pretende seguir instalando sus asentamientos y así ir apropiándose de territorios de los palestinos. Sólo hay que ver el mapa de 1948 y el de ahora.

¿Cuál cree que sería la fórmula para que se pusiera fin a este conflicto?

Creo que la ocupación debe finalizar. Cuando acabe, la gente estará en condiciones de vivir en libertad. Serán libres para viajar, libres para asociarse, libres para ir a un hospital y recibir atención médica y no tener que esperar en un checkpoint. Para los estudiantes, supondrá, además, que puedan marcharse a universidades de todo el mundo. Se conseguirá simplemente que sean ciudadanos. Pero un escenario así no sólo sería interesante para los palestinos. También lo sería para Israel y para Estados Unidos.

¿Cree que la población israelí está en condiciones de decir a su Gobierno que supere esta situación?

Por supuesto. Mire lo que ha ocurrido en Egipto. Si alguien me hubiera planteado hace tres años lo que ha ocurrido en estos meses, le hubiera dicho: «No, nunca puede pasar». Las revueltas populares han triunfado y se han producido cambios importantes. Es muy esperanzador. Probablemente, muy pronto el pueblo de Israel también diga a sus mandatarios: «¡Basta!».

Fuente: Publico

 

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