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Joumana Haddad y la libertad en el llamado mundo árabe – Nahjum

Joumana Haddad en el Hay Festival de México
Tenemos que mirar hacia todos los ángulos para ubicar dónde está la incomprensión, porque los prejuicios e imágenes que otros han fabricado no son del todo exactas.

Poeta, periodista y traductora, Joumana Haddad (Beirut, Líbano; 1970) es también editora cultural en el periódico An Nahar y la revista de arte Jasad (“Cuerpo”), administradora del premio IPAF, cuya referencia podría ser la analogía con el Booker, pero versión árabe.

En su primera visita a México ha participado en dos encuentros en el marco de Hay Festival de Literatura y las Artes: esta mañana con Alberto Ruy Sánchez (en la mesa “Poesía de los sentidos”) y por la tarde, revisando el ejercicio de la lectura y la literatura árabe contemporánea, como entrevistadora de Mansoura Ez Eldin, autora de la novela Detrás del paraíso, en el auditorio del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez.

Ahí, sobresalió el papel de la mujer en la sociedades de oriente medio, las problemáticas lingüísticas de las traducciones y las diversas tendencias de la literatura árabe que se está creando actualmente, la cual, se dijo ”está más abierta al mundo, mirando a su cultura desde afuera”.

Media hora más tarde, casi en el ocaso, ya en el vestíbulo reservado para conversaciones entre escritores y periodistas, Haddad forja un cigarro mientras amplia su postura respecto a ítems que han generado confusión en el diálogo entre Occidente y Oriente medio.

“Cuando se habla del mundo árabe no puedo más que enfadarme -señala-, porque no hay nada que así lo establezca: ¡estamos hablando de 22 países! Nos une la lengua pero hay muchas diferencias, históricas incluso; entonces hay que ir más a lo micro”, apunta en un fino español al que le varían los acentos.

Católica devenida a atea, Haddad se expresa con toda la libertad sobre religión, sociedad, poesía o cultura árabe. Cuenta que a los 10 años, en la clase de francés, la profesora leyó un poema de Paul Eluard (“Libertad“) que proyectó en ella el ánimo de escribir poesía. De sus ocho poemarios, se han publicado en nuestro país Allí donde el río se incendia (2007) y El regreso de Lilith (2010).

Hablando de libertad, durante la charla con Mansoura, ella explicaba que la mujer árabe es libre, me gustaría conocer tu opinión, ¿cuál es tu postura…?

Tener curiosidad es bueno porque nos ayuda a comprendernos mejor, la curiosidad es importante pero debe ser recíproca (de Occidente a Oriente y viceversa); sin embargo, considero que no es sano mirar a la mujer árabe como un prototipo raro o un animal de circo que se debe estudiar porque es un fenómeno anormal.

Tenemos que mirar hacia todos los ángulos para ubicar dónde está la incomprensión, porque los prejuicios e imágenes que otros han fabricado no son del todo exactas.

“En cualquier país cuando se dice ‘mujer árabe’ se piensa de manera insistente en una mujer oprimida que seguramente existe y que desgraciadamente es mayoría, pero hay otra mujer, minoría, a la que se necesita también ver y escuchar, porque representa la esperanza para las otras mujeres, porque aspira a ser auténtica. Comprendo que en el mundo árabe también se contribuye a mantener deformada nuestra imagen y muchas mujeres árabes son sus propias enemigas al quedarse en la idea de víctima y no hacer nada para cambiar; sin embargo, no estoy de acuerdo con Mansoura cuando comenta que las mujeres oprimidas tienen dentro de sí un espacio de libertad, porque eso es literatura, pero cuando no puedes salir de casa, cuando no puedes ponerte los vestidos que quieres, cuando no puedes ir a la escuela a estudiar o a trabajar, eso no es vida”.

“Considero que la fuerza está en la educación de los hijos, cambiar lo patriarcal.

Trabajas en la difusión de la literatura árabe, ¿consideras que la literatura puede modificar nuestra visión del mundo árabe?

Seguro. Creo en el poder de la literatura. Hice una antología de poesía libanesa moderna para el español y fue difícil pero pensaba que al leer la poesía se podrían descubrir que no somos muy diferentes entre nosotros, porque todos tenemos problemas y también un espacio para la esperanza; lo importante es darnos la mano, considerar las diferencias como una fuente de riqueza y no de amenaza.

Como poeta, Joumana Haddad mereció los premios Internacional Norte Sur de la Fundación italiana Pescarabruzzo y el Blue Metropolis para la literatura Árabe en Montreal; y es también miembro de Beirut39, proyecto literario conformado por la organización de Hey Festival que reunió a principios de año a treinta y nueve escritores de todas las nacionalidades árabes en el marco de las actividades de la “capital mundial del libro”. (Con información de Nadia Islas Navarro).
 Fuente: N.com

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